Infierno al Volante (Drive Angry)

Definitivamente me considero fan del cine de explotación que prosperó en la segunda mitad del siglo veinte, y por eso tengo contradictorias opiniones sobre el renacimiento actual de esta corriente cinematográfica. Por un lado, me alegra que finalmente se validen como legítimo entretenimiento todas aquellas modestas películas rebosantes de melodrama, sexo y violencia; pero, por otro lado, los productores modernos tienden a imitar solo la forma, y no el fondo que definió aquel legendario cine. Y ni siquiera hablemos de que el fenómeno de la explotación y su distintiva "personalidad" están íntimamente ligados a la época en la que se desarrolló. En fin, sin extraviarnos en definiciones, podemos decir que gracias al entusiasmo de cineastas como Quentin Tarantino, Eli Roth y Robert Rodríguez (entre muchos otros), hemos visto recientemente varias películas que emulan los temas y estética del cine de explotación, pero sin alcanzar la misma reacción de asombro y perverso deleite que originalmente lo distinguió. La cinta Infierno al Volante pertenece a esa ambigua categoría, y si bien aprecio sus buenas intenciones de divertirnos a toda costa, se siente tímida en muchas ocasiones, cuando debería ser invariablemente audaz y agresiva. Aún así pasé un buen rato viéndola, y quizás ocurra lo mismo con los espectadores que no esperen una moderna épica de acción, sino una rebanada de nostálgica violencia automovilística y exagerado melodrama, no exento de humor e ironía.

Infierno al Volante no pierde tiempo estableciendo la situación, pues desde los primeros segundos vemos cómo el audaz John Milton (Nicolas Cage) escapa del Infierno a bordo de un Buick Riviera (no pregunten). Eventualmente nos enteramos de las razones que motivaron su fuga: el malvado Jonah King (Billy Burke), líder de una violenta secta satánica, mató a la hija de Milton y secuestró a su nieta, la cual será sacrificada en un ritual durante la próxima luna llena. Milton, desde luego, quiere salvar a la bebé; pero no será fácil, pues el rastro de cadáveres que va dejando lo convierte en blanco de la policía, encabezada por el tenaz Capitán (Tom Atkins). Y además, el Infierno mandó a un agente llamado "El Contador" (William Fichtner) para capturar al fugitivo y llevarlo de regreso a cumplir su condena eterna. Afortunadamente Milton cuenta con la inesperada ayuda de Piper (Amber Heard), una atractiva y valerosa mujer que, entre sus múltiples atributos, posee un potente Dodge Charger '69, que servirá para encontrar la secta satánica antes de la luna llena...

Obviamente no podemos tomar muy en serio esta trama, pero cumple su propósito de crear numerosas escenas de acción, travieso humor y hasta un poco de emotivo drama. Para lograrlo cuenta con un sólido elenco que entiende a la perfección el tono de la cinta, y el delicado balance de sinceridad y ridiculez que deben mantener para no perder al espectador. ¿Lo logran? En general creo que sí. A estas alturas no sé si Nicolas Cage actúa bien o mal; simplemente es Nicolas Cage, con todo lo que ello implica, y por lo tanto es ideal para encarnar al sufrido John Milton (¿me pregunto a qué épica literaria hará referencia ese nombre?), suficientemente rudo para verse creíble durante las peleas y balaceras, pero con la profundidad emocional en el rostro para expresar su torturado pasado e inexistente futuro. Claro que con un actor más "normal" (se me ocurre Bill Paxton o Ed Harris), la película quizás hubiera ganado niveles adicionales de sutileza y significado, pero bueno... eso rebasa los parámetros del cine B de explotación.

Aunque Cage lleve la película sobre los hombros, el resto del elenco ofrece valiosas contribuciones, empezando por la guapa Amber Heard. Su trabajo me había parecido adecuado en cintas como Zombieland, The Joneses y All the Boys Love Mandy Lane, pero hasta ahora revela su potencial como "estrella de cine"; aunque necesitará un papel mejor escrito para confirmarlo. La otra "carta fuerte" de la cinta es William Fichtner, eterno actor de carácter cuyo rostro se reconoce de inmediato, aunque olvidemos su nombre. Al principio me pareció una elección extraña como agente infernal... pero rápidamente toma posesión del papel y termina siendo uno de los elementos más memorables de la cinta; no me molestaría para nada una secuela centrada en su personaje. Y, como toda película de "neo-explotación" que se respete, Infierno al Volante cuenta con la obligatoria presencia de semi-célebres figuras del cine B, desde el omnipresente Jack McGee hasta el genial Tom Atkins (ojalá su diálogo hubiera incluido la línea "Thrill me!"). Ah, y no puede faltar mención del indispensable "atractivo femenino", en la forma de Christa Campbell y Charlotte Ross.

Lamentablemente no todo funciona tan bien como el elenco. El ex-editor Patrick Lussier ha mejorado bastante desde su torpe debut como director en The Prophecy 3: The Ascent, y sin duda adquirió experiencia en el cine B con el re-make de My Bloody Valentine, otra divertida cinta de terror en 3D. Sin embargo su trabajo sigue pareciéndome impersonal y carente del vigor indispensable para este género. Ah, y hablando del 3D, está más o menos bien empleado en Infierno al Volante, aunque me pareció que los accidentes automovilísticos y persecuciones pierden escala e impacto con el adorno extra de la fotografía tridimensional... como si fueran miniaturas o vehículos en un videojuego (aunque, con la excepción del principio y el final, todos los "stunts" automovilísticos parecen realizados "en vivo" con coches reales, lo cual me pareció una decisión muy acertada). Y en lo que respecta al "gore", la cinta se queda corta en demasiadas ocasiones, como si se asustara de mostrar mucha sangre o violencia excesivamente brutal. Supongo que hay suficiente para no quedar decepcionado, pero pudo llegar más lejos para ser genuinamente satisfactoria. Como sea, puedo recomendar Infierno al Volante porque cumple su misión de rendir tributo a cintas de venganza como Rolling Thunder, a "chase movies" como Vanishing Point; y a thrillers “satánicos” como The Devil Rides Out. Quizás no esté al mismo nivel de esos semi-clásicos, pero tampoco estamos en los setentas, así que solo queda agradecer su noble ambición y competente desempeño. Habiendo dicho eso, sospecho que me gustará más la hipotética versión "unrated" que seguramente saldrá en DVD. La auto-censura para alcanzar mayor éxito comercial fue uno de los factores que contribuyeron a la extinción (o hibernación) del cine de explotación, y desafortunadamente parece seguir vigente.

Calificación: 7.5