lunes, 27 de octubre de 2008

Quémese Después de Leerse (Burn After Reading)


El año pasado los Hermanos Coen recibieron mucha atención por su multi-premiada cinta No Country for Old Men, y supongo que eso elevó demasiado las expectativas para su siguiente película. Pero es conveniente recordar que, por talentosos que sean, no son infalibles; y como prueba podemos ver en su filmografía altibajos tan pronunciados como el que seguramente se declarará después de Quémese Después de Leerse. Cierto, esta vez el declive no fue tan pronunciado como el que existió entre O Brother Where Art Thou y The Man Who Wasn't There, o el que separó Intolerable Cruelty y The Ladykillers (aunque muchos dirán que no hubo tal declive, y que ambas películas fueron igualmente mediocres), pero como quiera que sea, es casi seguro que Quémese Después de Leerse decepcionará a mucha gente impresionada por la sombría e impactante No Country for Old Men.

La trama sigue las peripecias que desatan un par de ineptos individuos cuando tratan de vender un disco con información clasificada que extravió la esposa de un analista de la CIA. Simultáneamente vemos como el retiro forzado empieza a desmoronar la psique de tal analista. Y una tercera sub-trama sigue los romances de un empleado gubernamental con varias mujeres que de algún modo están relacionadas con el problema entero. Y así, combinando contundente drama personal con incongruente humor, la trama avanza en irregulares saltos hasta llegar a un abrupto y cínico final que podrá ser lógico, pero que no por eso resulta satisfactorio. En resumen, otra gran broma de los Hermanos Coen a costa de su público.

Los primeros 20 minutos son fascinantes por su retrato del lado humano del espionaje, no en el ridículamente glamorizado nivel de James Bond, sino en el entorno más prosaico, realista y paranoico de conflictos en la oficina, problemas personales, y los insospechados niveles de complejidad cuando se combinan de maneras inesperadas. Así, el "simple" adulterio de una esposa se convierte en un drama político; el retiro de un sólido trabajador con problemas de alcoholismo crece hasta poner en peligro la seguridad nacional (o lo que sea que esté en riesgo... nunca queda exactamente clara la importancia de la información en juego); y se revela que las altas posiciones de poder están ocupadas por personas exactamente iguales a las que tratan de controlar, y sobre las que se sienten superiores.

Pero cuando entran a la trama los elementos cómicos (en la forma de Frances McDormand y Brad Pitt), la tensión se evapora y es reemplazada por humor forzado... el tipo de humor que cree ser mucho más gracioso de lo que realmente es. Ahora, para ser honestos, el humor se oscurece paulatinamente hasta volverse intensamente negro y sardónico. Cuando las múltiples tramas empiezan a entrelazarse y finalmente vemos con claridad la secuencia de causas y consecuencias, sólo queda admirar la audacia de los guionistas y la metódica dirección que nos llevó por el irregular pero entretenido paseo; un claro caso de "el viaje es mejor que el destino".

La (casi) siempre acertada elección de actores eleva inmensamente el fragmentado guión; George Clooney encuentra el balance perfecto entre patético y simpático; David Rasche y J.K. Simmons son perfectos como los pragmáticos oficiales de la CIA que apenas comprenden la bizarra cadena de eventos. El personaje de Frances McDormand es fascinante, y creo que merecería una película para sí misma, en vez de sólo ser el irritante "comic relief" en lo que hubiera podido ser un sobrio thriller político. Curiosamente, el actor que falla es Brad Pitt; no sé si habrá sido por inspiración propia o por dirección de los Coen, pero es el único que se siente como un títere del guión y no como una persona real y palpitante tratando de navegar los extraños giros que el destino depara. Usualmente Pitt es un excelente actor, pero esta vez el material no le ayudó a encontrar el "centro" del personaje. O algo así.

Creo que Quémese Después de Leerse tiene más cosas positivas que negativas, aunque el balance dependerá necesariamente del humor y tolerancia de cada espectador. Escuché comentarios en el cine sobre una violenta escena, que aparentemente arruinó la experiencia para muchas personas; para mí fue el punto donde la historia empezó a mejorar. Entonces, quedan advertidos: considero que esta inusual película merece recomendación por las actuaciones y el ocasional ingenio de su libreto; pero el aberrante tono y atípico final podría descomponer el resto de la película para aquellos que no estén acostumbrados al impredecible estilo de humor que caracteriza los Hermanos Coen. Ahora que lo pienso en ese contexto, quizás No Country for Old Men fue en realidad la broma...
Calificación: 8

2 comentarios:

Vick dijo...

Como dices, es el viaje laberintico de la pelicula lo que uno disfruta mas, al menos yo, llego un momento en que se me olvido el orden de secuencias a la mitad del filme. Despues del exito de No country.... es algo dificil que de inmediato un cineasta logre un filme igual de bueno o exitoso y esto siento ya les paso a los Coen con Fargo, pero yo si la disfrute, como dices unos actores ejecutan su rol mejor que otros pero no pierde interes.
PD David Rasche es un actor siento yo que debe ser recuperado por la industria de su pais, siento que tiene personalidad y carisma comico, visto sobretodo por la serie Sledge Hammer aunque solo le den roles simplones podria funcionar.

Pablo del Moral dijo...

Vick: Me da mucho gusto saber que Rasche tiene más de un fan! ;-) Por cierto, si quieres verlo en un papel intenso y dramático que sólo refuerza lo que dices, puedes rentar United 93 (la cinta de Paul Greengrass que refleja lo ocurrido a bordo del 4o. avión secuestrado el 11 de Septiembre del 2001). No es un rol estelar, pero se aprecia su presencia en el ensamble de actores. Saludos y gracias.