En muchos aspectos la cinta Engaño es exactamente igual a los genéricos "thrillers eróticos" que llenan los espacios nocturnos de ciertos canales de cable que no mencionaré (Cinemax). Pero mientras que esos ineptos productos parecen filmados con equipo casero y con toda la creatividad de una telenovela, Engaño gana credibilidad y categoría gracias a la excelente cinematografía del italiano Dante Spinotti, la atractiva dirección del novato Marcel Langenegger y, desde luego, al brillante elenco... que desafortunadamente no es muy bien aprovechado por el aburrido y predecible libreto.
Igual que los mencionados thrillers baratos de Cinemax, la trama gira en torno a poder, sexo y la peligrosamente seductora combinación de ambos. Al principio conocemos al tímido contador corporativo Jonathan McQuarry (Ewan McGregor), quien parece resentir su rutinaria existencia, pero al mismo tiempo carece del empuje o iniciativa para cambiarla... hasta que un casual amigo lo introduce al exótico mundo de "la Lista", un club sexual secreto que no se basa en un lugar específico, sino en una red de individuos económicamente poderosos (hombres y mujeres) que se contactan telefónicamente para sesiones de pasional y anónimo sexo. Al principio McQuarry disfruta el tácito peligro y misterio del club pero, por supuesto, las cosas se complican cuando empieza a construir una relación más profunda con una de las mujeres que conoce, violando las reglas de la Lista e iniciando una serie de eventos que ponen su libertad y su vida en peligro.
A pesar de la satinada patina de riqueza visual (que combina escenas cálidas y frías con buen efecto narrativo) y el sofisticado diseño de producción, la trama es demasiado básica y predecible. Parece imperdonable, pero el título mismo anuncia el rumbo que tomará el argumento (y no sólo el título en español, sino también el original) y, efectivamente, sigue el patrón que esperamos una vez que queda establecida la situación principal. Peor aún, esta es una de esas historias que requiere que los personajes se comporten estúpidamente para avanzar la trama, en vez de aplicar un poco de sentido común. Entonces, durante más de una hora, no nos queda sino acompañar al protagonista en obvias escenas y cansinas "sorpresas" que hemos visto mejor implementadas en otras películas. Quizás sabiendo eso, el final añade otra revelación (más predecible aún que las anteriores) en el desesperado esfuerzo por asombrarnos con su (inexistente) ingenio.
Lo único que mantiene Engaño a flote es la presencia escénica de Ewan McGregor y Hugh Jackman, que a base de carisma retienen el interés del espectador. Y aunque hay un convincente y atractivo elenco femenino (que incluye a Natasha Henstridge, Michelle Williams, Maggie Q y la siempre fascinante Charlotte Rampling), su función es primariamente decorativa (igual que en Cinemax - por favor notar la escena con Maggie Q, en la que explica importantes porciones del misterio vestida únicamente con un "dolly" semi-transparente), excepto cuando deben interpretar los oxidados engranes de la raquítica maquinaria dramática, como en el caso de Lisa Gay Hamilton en el ingrato papel de una policía que investiga el asesinato de un miembro de la Lista.
No encuentro en Engaño mucho por recomendar pero, además de su indolencia dramática, tampoco hay nada notoriamente malo. Simplemente se trata de una trillada cinta de suspenso erótico sin mucho suspenso y sin mucho erotismo, sostenida por dos buenos actores en malos papeles y con un estilo visual llamativo que atraerá a quienes encuentran "estimulantes" los catálogos de The Sharper Image. Ésta es una de esas raras películas en las que siento que perdí el tiempo, pues la experiencia fue perfectamente mediocre y automáticamente olvidable. Desde luego hubiera preferido ver una mejor película, pero incluso una peor me hubiera hecho sentir algo... aunque fuera risa o enojo. Pero no aburrimiento... ese es el pecado capital del cine, y hasta Uwe Boll lo entiende.
Calificación: 5
lunes, 10 de noviembre de 2008
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