Aunque ya estoy viejo y amargado, aún alcanzo a imaginar el impacto que podría tener la película Cómo Entrenar a Tu Dragón en un niño de cinco años que va al cine por primera vez. Quizás este hipotético niño todavía no conoce a Harry Potter, ni está cansado de ver el mismo argumento reciclado una y otra vez, y tampoco ha cultivado un profundo cinismo como respuesta a la condescendencia que Hollywood muestra por el público infantil. Desde ese inocente punto de vista, Cómo Entrenar a Tu Dragón puede ser una entretenida y visualmente dinámica experiencia para toda la familia, con un sólido mensaje de tolerancia y con un joven héroe que debe luchar contra sus propias inseguridades para triunfar sobre la adversidad. Pero para los cínicos que estamos hartos de las mismas fórmulas, no pasa de ser un producto más, tal vez un poco superior al promedio por la ausencia de "humor pop" y por generar algunas emociones que no se sienten del todo artificiales.
La trama se centra en Hiccup (voz de Jay Baruchel), joven habitante de un pueblo vikingo afligido desde hace siglos por una plaga de dragones que amenaza su existencia. Como todos los adolescentes de la aldea, Hiccup sueña con ser un cazador de dragones, pero ni siquiera su padre Stoick (voz de Gerard Butler) cree que el débil y tímido muchacho logre algún día cumplir su sueño. Sin embargo Hiccup parece tener suerte durante una batalla, y consigue herir a un dragón joven; pero cuando lo busca para ejecutarlo, se da cuenta de que no tiene el valor de hacerlo. Y así comienza una amistad secreta entre el joven y el dragón, que no solo les enseñará un punto de vista distinto sobre su conflicto, sino que podría incluso ayudarlos a terminar la plaga de una vez por todas.
Entonces, tenemos OTRO protagonista que se siente incomprendido, aislado de su comunidad e incapaz de complacer a su padre, hasta que un mágico evento lo ayuda a descubrir su potencial y le da la confianza para probar su valor. Bostezo. La verdad no me interesó la historia que cuenta Cómo Entrenar a Tu Dragón, pero me gustó el modo como la cuenta. Para variar, el guión está inspirado en una popular (?) franquicia literaria escrita por Cressida Cowell (¿será maestra en Hogwarts?), y tal vez esa riqueza de fondo añadió profundidad a los personajes, pues no se sienten como títeres del director (o de los animadores), sino como habitantes de un universo consistente y atractivo, aunque poco original. Desde luego es fácil adivinar el camino que tomará el argumento, pero no sentí ese apresuramiento, ese hueco emocional que afecta tantas otras películas del mismo estilo y las limita a ser una secuencia de escenas unidas por obligación, y no por genuina coherencia narrativa.
En el aspecto técnico merece aplauso el esfuerzo de DreamWorks Animation. El diseño de los personajes es un poco blando (y, en algunos casos, sospechosamente similar al de Asterix), pero la animación misma y los efectos especiales (particularmente las simulaciones de fuego y fluidos) me sorprendieron bastante, no tanto por su fría precisión numérica, sino por su integración a un entorno que no pretende ser ni cien por ciento realista, ni totalmente caricaturesco, sino una agradable combinación que aprovecha los puntos fuertes de la "cinematografía digital" y minimiza sus limitaciones. Entonces, aunque me decepcionó la historia, puedo recomendar Cómo Entrenar a Tu Dragón por ser una cinta familiar que no insulta la inteligencia de los niños, ni reta la paciencia de los adultos que los acompañan (o los que van solos, como yo... gracias empleados de Cinemex por no llamar a la policía para denunciar al único hombre solo, con apariencia de asesino serial, en un cine lleno de alegres familias). Por desgracia hemos llegado al punto en el que una cinta infantil no debe ser realmente buena para resaltar... basta con que no sea tan mala como las otras para merecer nuestro tiempo y nuestro dinero. Ese es exactamente el cinismo que los niños de hoy necesitarán para sobrevivir el entretenimiento popular del mañana. Entre más rápido aprendan, mejor.
Calificación: 6.5
martes, 30 de marzo de 2010
lunes, 29 de marzo de 2010
Justice League: Crisis on Two Earths
El concepto de los universos paralelos fue abrazado por la industria de los comics casi desde sus inicios, pues ofrecía una nueva veta creativa para presentar historias que de otro modo no hubieran sido posibles, por resultar demasiado extravagantes, controversiales o contradictorias a la sagrada "continuidad". En particular la editorial DC Comics explotó el concepto con tal entusiasmo que para mediados de los ochentas su venerable familia de superhéroes se encontró sumida en una impenetrable maraña de conexiones causales, conflictos temporales y mundos alternativos que ni los legendarios archivistas de la empresa podían comprender. Entonces llegó la mini-serie Crisis on Infinite Earths, como una acción decisiva para unificar el "Universo DC" y tratarlo con mayor cohesión y disciplina. Sin embargo, los "mundos paralelos" siguieron usándose con moderación para añadir variedad a los enfrentamientos entre los héroes y villanos de siempre. La cinta Justice League: Crisis on Two Earths es una notable muestra de ello, y me hizo pensar nuevamente que estas modestas producciones animadas directas a DVD pueden ser tan entretenidas y satisfactorias como las costosas cintas de acción viva que Hollywood produce en el mismo género.
El comienzo de Crisis on Two Earths es un poco desconcertante: El heroico Lex Luthor (voz de Chris Noth) y su fiel aliado, el Guasón (voz de James Patrick Stuart), colaboran para robar cierta tecnología de una fortaleza blindada. Pero cuando son descubiertos, el Guasón se sacrifica para garantizar el escape de Luthor... quien de inmediato es detenido por el Sindicato del Crimen, una organización de villanos cuyos integrantes tienen sospechoso parecido con Superman, Batman, la Mujer Maravilla, Flash y los demás integrantes de la Liga de la Justicia. ¿Qué está pasando? Claro, estamos en un mundo paralelo donde las versiones (ligeramente distorsionadas) de los bien conocidos héroes han usado sus poderes para cometer crímenes y amenazar a la humanidad. Entonces, en un último esfuerzo, Luthor usa la tecnología robada para trasladarse a nuestro universo... donde se le considera un supervillano, y es de inmediato capturado por la Liga de la Justicia "real". Desde luego nadie cree en su bizarra historia, empezando por Superman (voz de Mark Harmon), pero eventualmente deciden ayudarlo, y el equipo (con la excepción de Batman) se traslada a la Tierra alterna para enfrentar su más peligrosa misión.
A diferencia de la excelente película Justice League: The New Frontier, Crisis on Two Earths no está basada en una novela gráfica específica, aunque toma elementos del relato JLA: Earth 2 (escrito por Grant Morrison). De hecho, el propósito original de la cinta fue servir como transición (bajo el nombre de Justice League: World Collide) entre la aclamada serie animada Justice League y su sucesora, Justice League Unlimited. Sin embargo nunca se completó por razones económicas y ahora, cinco años después, la vemos "re-formateada" para funcionar independientemente de sus predecesoras televisivas. Creo que fue una buena decisión, pues no hace falta haber seguido las series para apreciar la película, y su cataclísmico argumento gana un poco de suspenso al no garantizar la supervivencia de algunos personajes (supongo que esa fue exactamente la meta de escritores como Gardner Fox, Marv Wolfman y Jim Shooter cuando establecieron originalmente el "multiverso" de DC). Como sea, la premisa no es muy original pero me pareció bien escrita, con adecuado balance de drama, ciencia ficción y, por supuesto, las esperadas peleas entre "nuestros" héroes y sus maquiavélicos duplicados. La corta duración de la cinta no deja tiempo para explicaciones ni introducciones, de modo que parte de su atractivo (al menos para mi) fue deducir las equivalencias entre el universo tradicional y el alternativo, y me encontré muchas veces sonriendo con los ingeniosos diseños de "villanos" como Lobo (parece integrante de YMCA), Green Arrow (excepto vestido de rojo), Black Canary (si fuera actriz porno), y Jimmy Olson... ¡no, Jimmy! ¿Cómo pudiste?
Entre los aspectos negativos de la película incluiría esa misma brevedad, pues requiere un implacable ritmo que resta gravedad a lo que podría haber sido una historia épica, con ambigua moralidad y ambiciosa envergadura. Tampoco tragué del todo el drama familiar entre el presidente de los Estados Unidos y su hija; imagino que fue un débil intento por añadir "humanidad" a la historia y no limitarla exclusivamente a los poderosos héroes, pero se siente como una excusa para repetir la vieja moraleja de "no hace falta tener super-poderes para ser héroe". En cuanto a las voces, los fans de las series animadas se decepcionarán por la ausencia de Kevin Conroy, George Newbern y Clancy Brown en sus tradicionales roles de Batman, Superman y Lex Luthor, respectivamente. Sin embargo, el trabajo de los "novatos" William Baldwin, Mark Harmon y Chris Noth me pareció muy aceptable. Y, desde luego, James Woods es absolutamente apropiado para Owlman, la versión criminal de Batman, y sin duda el mejor personaje de la película entera.
Por el gran número de personajes tampoco hay tiempo para profundizar en sus emociones y motivación; tal vez por eso Crisis on Two Earths se siente más impersonal que Wonder Woman, Green Lantern: First Flight o Gotham Knight. Sin embargo me pareció más entretenida por la dinámica interacción entre los personajes, los esporádicos momentos de humor y hasta la "ciencia" detrás de la ciencia ficción (no tiene mucho sentido, pero se ajusta a los parámetros establecidos por algunas de las mejores historias sobre universos paralelos), de modo que la pondría más o menos al mismo nivel visual y narrativo que Superman/Batman: Public Enemies. Sigo pensando que Justice League: The New Frontier es la mejor cinta animada de DC Comics; pero sin duda Crisis on Two Earths merece una sólida recomendación, y siento que puede ser disfrutada tanto por espectadores casuales como por fans de los comics, aunque desde luego será más divertida para estos últimos. Alguna recompensa debíamos tener por ser "geeks".
Calificación: 8
El comienzo de Crisis on Two Earths es un poco desconcertante: El heroico Lex Luthor (voz de Chris Noth) y su fiel aliado, el Guasón (voz de James Patrick Stuart), colaboran para robar cierta tecnología de una fortaleza blindada. Pero cuando son descubiertos, el Guasón se sacrifica para garantizar el escape de Luthor... quien de inmediato es detenido por el Sindicato del Crimen, una organización de villanos cuyos integrantes tienen sospechoso parecido con Superman, Batman, la Mujer Maravilla, Flash y los demás integrantes de la Liga de la Justicia. ¿Qué está pasando? Claro, estamos en un mundo paralelo donde las versiones (ligeramente distorsionadas) de los bien conocidos héroes han usado sus poderes para cometer crímenes y amenazar a la humanidad. Entonces, en un último esfuerzo, Luthor usa la tecnología robada para trasladarse a nuestro universo... donde se le considera un supervillano, y es de inmediato capturado por la Liga de la Justicia "real". Desde luego nadie cree en su bizarra historia, empezando por Superman (voz de Mark Harmon), pero eventualmente deciden ayudarlo, y el equipo (con la excepción de Batman) se traslada a la Tierra alterna para enfrentar su más peligrosa misión.
A diferencia de la excelente película Justice League: The New Frontier, Crisis on Two Earths no está basada en una novela gráfica específica, aunque toma elementos del relato JLA: Earth 2 (escrito por Grant Morrison). De hecho, el propósito original de la cinta fue servir como transición (bajo el nombre de Justice League: World Collide) entre la aclamada serie animada Justice League y su sucesora, Justice League Unlimited. Sin embargo nunca se completó por razones económicas y ahora, cinco años después, la vemos "re-formateada" para funcionar independientemente de sus predecesoras televisivas. Creo que fue una buena decisión, pues no hace falta haber seguido las series para apreciar la película, y su cataclísmico argumento gana un poco de suspenso al no garantizar la supervivencia de algunos personajes (supongo que esa fue exactamente la meta de escritores como Gardner Fox, Marv Wolfman y Jim Shooter cuando establecieron originalmente el "multiverso" de DC). Como sea, la premisa no es muy original pero me pareció bien escrita, con adecuado balance de drama, ciencia ficción y, por supuesto, las esperadas peleas entre "nuestros" héroes y sus maquiavélicos duplicados. La corta duración de la cinta no deja tiempo para explicaciones ni introducciones, de modo que parte de su atractivo (al menos para mi) fue deducir las equivalencias entre el universo tradicional y el alternativo, y me encontré muchas veces sonriendo con los ingeniosos diseños de "villanos" como Lobo (parece integrante de YMCA), Green Arrow (excepto vestido de rojo), Black Canary (si fuera actriz porno), y Jimmy Olson... ¡no, Jimmy! ¿Cómo pudiste?
Entre los aspectos negativos de la película incluiría esa misma brevedad, pues requiere un implacable ritmo que resta gravedad a lo que podría haber sido una historia épica, con ambigua moralidad y ambiciosa envergadura. Tampoco tragué del todo el drama familiar entre el presidente de los Estados Unidos y su hija; imagino que fue un débil intento por añadir "humanidad" a la historia y no limitarla exclusivamente a los poderosos héroes, pero se siente como una excusa para repetir la vieja moraleja de "no hace falta tener super-poderes para ser héroe". En cuanto a las voces, los fans de las series animadas se decepcionarán por la ausencia de Kevin Conroy, George Newbern y Clancy Brown en sus tradicionales roles de Batman, Superman y Lex Luthor, respectivamente. Sin embargo, el trabajo de los "novatos" William Baldwin, Mark Harmon y Chris Noth me pareció muy aceptable. Y, desde luego, James Woods es absolutamente apropiado para Owlman, la versión criminal de Batman, y sin duda el mejor personaje de la película entera.
Por el gran número de personajes tampoco hay tiempo para profundizar en sus emociones y motivación; tal vez por eso Crisis on Two Earths se siente más impersonal que Wonder Woman, Green Lantern: First Flight o Gotham Knight. Sin embargo me pareció más entretenida por la dinámica interacción entre los personajes, los esporádicos momentos de humor y hasta la "ciencia" detrás de la ciencia ficción (no tiene mucho sentido, pero se ajusta a los parámetros establecidos por algunas de las mejores historias sobre universos paralelos), de modo que la pondría más o menos al mismo nivel visual y narrativo que Superman/Batman: Public Enemies. Sigo pensando que Justice League: The New Frontier es la mejor cinta animada de DC Comics; pero sin duda Crisis on Two Earths merece una sólida recomendación, y siento que puede ser disfrutada tanto por espectadores casuales como por fans de los comics, aunque desde luego será más divertida para estos últimos. Alguna recompensa debíamos tener por ser "geeks".
Calificación: 8
domingo, 28 de marzo de 2010
Recuérdame (Remember Me)
Entiendo el atractivo de las películas románticas que muestran a dos personas enamoradas a pesar de obstáculos como sus distintos niveles sociales, sus tragedias pasadas o inseguridades personales. El problema es que no me interesan porque muy rara vez se sienten reales o creíbles. La mayor parte del tiempo son exageradas fantasías de amor incondicional e inmediato expresado en clichés y con dos posibles resoluciones: tragedia o felicidad eterna. Por eso encuentro más tolerable el romance cuando es un elemento secundario en una película, y no cuando es el eje absoluto del argumento. Lamentablemente ese es el caso de Recuérdame, un drama romántico juvenil que sigue estrictamente la descripción arriba mencionada. Sin embargo, la cinta tiene dos cosas a favor (o en contra): La primera es la presencia de Robert Pattinson, ídolo de millones de adolescentes gracias a su casta e inofensiva interpretación de un trágico vampiro en la saga Twilight; y la segunda es un final inesperado que quizás escandalice a algunas personas e inspire a otras. A mi me pareció un truco barato para simular relevancia en lo que no pasa de ser otra telenovela con pobre lógica y forzadas emociones que no resultó satisfactoria ni entretenida.
Pattinson interpreta a Tyler Hawkins, hijo de una acaudalada familia, cuyo resentimiento por el suicidio de su hermano se ha transformado en constante rebeldía y depresión (por no mencionar su rampante tabaquismo). Una noche, durante uno de sus exabruptos semi-alcohólicos, Tyler es arrestado por involucrarse en una pelea callejera, y cuando descubre que la hija del policía que lo arrestó estudia en la misma universidad que él, decide seducirla como venganza. Pero no será fácil, pues la joven Ally Craig (Emilie de Ravin) vive tras una pared de indiferencia erigida por una horrible tragedia en su pasado. Sin embargo el plan tiene inesperados resultados cuando ambos jóvenes se enamoran, y se ayudan mutuamente a superar los traumas que los han atormentado toda su vida. Hasta que, claro, algo se interpone en el camino de su felicidad.
Estimo que gran parte del público (femenino) que verá Recuérdame quedará satisfecho por la mera presencia de Robert Pattinson, su torturada mirada y desaliñada barba. Perfecto. Me alegra que disfruten la película. Pero quienes esperen una historia original o interesante quedarán defraudados, pues este predecible relato es penosamente similar a tantos otros melodramas fundamentados en el caprichoso sufrimiento de los personajes... y su igualmente arbitrario "amor". La única variación es la mencionada conclusión, y desde luego no revelaré lo que ocurre, pero baste decir que no mejora la película; solo la hace memorable por su audacia y barata explotación de algo que nadie esperaría encontrar en una cinta romántica.
Por lo demás, encontré las actuaciones funcionales; Pattinson no ganará premios, pero al menos muestra buena presencia y, si alguna vez logra desechar el estigma de vampiro, podría sorprendernos con una sólida carrera como actor, y no como personificación de fantasías adolescentes. Pierce Brosnan tiene algunos de los mejores (y más racionales) diálogos de la película, y me hubiera gustado que su papel fuera más amplio. Emilie de Ravin es previsiblemente adorable como la frágil Ally; y, finalmente, sentí bastante desperdiciado al gran Chris Cooper como su estricto padre policía.
El final resultó ser una distracción tan grande que me cuesta trabajo separarlo de las virtudes intrínsecas de la película, así que me limitaré a interpretar mi más básica reacción: estuve aburrido durante gran parte de Recuérdame; interesado en algunos breves momentos de drama familiar; y sorprendido por unos segundos cuando vi hacia donde se dirigía la película. A fin de cuentas no puedo recomendarla, pero aprecio el trabajo que se invirtió en transmitir un válido mensaje de esperanza e inspiración para nuestra vida diaria; solo hubiera deseado que encontraran un modo más digno para expresarlo, sin explotar las reacciones viscerales de su público para obtener un falso efecto de importancia y profundidad. No me opongo a que el cine nos engañe; simplemente espero que sepa cómo hacerlo para que no parezca una trampa.
Calificación: 5
Pattinson interpreta a Tyler Hawkins, hijo de una acaudalada familia, cuyo resentimiento por el suicidio de su hermano se ha transformado en constante rebeldía y depresión (por no mencionar su rampante tabaquismo). Una noche, durante uno de sus exabruptos semi-alcohólicos, Tyler es arrestado por involucrarse en una pelea callejera, y cuando descubre que la hija del policía que lo arrestó estudia en la misma universidad que él, decide seducirla como venganza. Pero no será fácil, pues la joven Ally Craig (Emilie de Ravin) vive tras una pared de indiferencia erigida por una horrible tragedia en su pasado. Sin embargo el plan tiene inesperados resultados cuando ambos jóvenes se enamoran, y se ayudan mutuamente a superar los traumas que los han atormentado toda su vida. Hasta que, claro, algo se interpone en el camino de su felicidad.
Estimo que gran parte del público (femenino) que verá Recuérdame quedará satisfecho por la mera presencia de Robert Pattinson, su torturada mirada y desaliñada barba. Perfecto. Me alegra que disfruten la película. Pero quienes esperen una historia original o interesante quedarán defraudados, pues este predecible relato es penosamente similar a tantos otros melodramas fundamentados en el caprichoso sufrimiento de los personajes... y su igualmente arbitrario "amor". La única variación es la mencionada conclusión, y desde luego no revelaré lo que ocurre, pero baste decir que no mejora la película; solo la hace memorable por su audacia y barata explotación de algo que nadie esperaría encontrar en una cinta romántica.
Por lo demás, encontré las actuaciones funcionales; Pattinson no ganará premios, pero al menos muestra buena presencia y, si alguna vez logra desechar el estigma de vampiro, podría sorprendernos con una sólida carrera como actor, y no como personificación de fantasías adolescentes. Pierce Brosnan tiene algunos de los mejores (y más racionales) diálogos de la película, y me hubiera gustado que su papel fuera más amplio. Emilie de Ravin es previsiblemente adorable como la frágil Ally; y, finalmente, sentí bastante desperdiciado al gran Chris Cooper como su estricto padre policía.
El final resultó ser una distracción tan grande que me cuesta trabajo separarlo de las virtudes intrínsecas de la película, así que me limitaré a interpretar mi más básica reacción: estuve aburrido durante gran parte de Recuérdame; interesado en algunos breves momentos de drama familiar; y sorprendido por unos segundos cuando vi hacia donde se dirigía la película. A fin de cuentas no puedo recomendarla, pero aprecio el trabajo que se invirtió en transmitir un válido mensaje de esperanza e inspiración para nuestra vida diaria; solo hubiera deseado que encontraran un modo más digno para expresarlo, sin explotar las reacciones viscerales de su público para obtener un falso efecto de importancia y profundidad. No me opongo a que el cine nos engañe; simplemente espero que sepa cómo hacerlo para que no parezca una trampa.
Calificación: 5
sábado, 27 de marzo de 2010
¿En Dónde Diablos Está Osama? (Where in the World is Osama Bin Laden)
Quizás no hacía falta OTRO documental denunciando la guerra en Irak, la fallida política exterior de los Estados Unidos y la interminable pugna política en el Medio Oriente, pero al menos ¿En Dónde Diablos Está Osama? se toma la molestia de presentar el conflicto desde un punto de vista más honesto y personal, entrevistando a ciudadanos y gente normal de aquella región, obviamente interesada en conservar su empleo, mantener a su familia y vivir en paz, a diferencia de los gobernantes que solo buscan mejorar su posición a costa de los mismos ciudadanos que pretenden "proteger". Y aunque el cineasta Morgan Spurlock disfraza algunos serios mensajes con humor, animación y música, no permite que perdamos de vista las ridículas contradicciones y evidente hipocresía que quienes perpetúan estos círculos viciosos de violencia y opresión.
Curiosamente, el documental empieza con una prueba de embarazo. Tras enterarse de que próximamente será padre, el cineasta Morgan Spurlock pretende hacer el mundo más seguro para su hijo, y decide realizar por su cuenta lo que muchos gobiernos no han logrado en casi 10 años: encontrar a Osama Bin Laden, y poner así fin al terrorismo que se ha incrementado de manera alarmante a lo largo de esa misma década. Entonces, inspirado por las películas de Hollywood en las que un individuo salva al mundo y resuelve todos los problemas, Spurlock viaja por Egipto, Marruecos, Jordania, Afganistán, Pakistán y demás polvorines de África y el Medio Oriente, indagando sobre la ubicación del hombre más buscado en el planeta. Sin embargo, lo que descubre es gente igualmente fastidiada con la amenaza del terrorismo, cuyas perspectivas políticas no muy distintas a las que podemos encontrar en cualquier otra región. De cualquier modo, ¿logrará Spurlock hacer un "schwarzenegger" y salvar al mundo de Bin Laden?
Al igual que Michael Moore (el obvio punto de comparación en este tipo de documentales), Spurlock mantiene un tono ligero y sarcástico para hacer más ameno el desfile de lúgubres pronósticos y tristes realidades sobre el extremismo religioso, el terrorismo y sus causas. Pero, a diferencia de los manipuladores documentales de Michael Moore, sentí ¿En Dónde Diablos Está Osama? mucho más analítico, honesto y mesurado (a pesar de sus animaciones estilo Mortal Kombat y sus referencias a Star Wars), pues su intención no fue hacer otra estridente denuncia contra George W. Bush ni condenar de nuevo a las ambiciosas empresas que se enriquecen con la guerra. Esta vez Spurlock simplemente pretende mostrarnos las similitudes entre las culturas, y que en todas vamos a encontrar una minoría llena de odio y rechazo, y una mayoría que solo desea vivir en paz. Honestamente eso me pareció mucho más loable y útil que otra cansada diatriba contra el gobierno de los Estados Unidos o contra Osama Bin Laden mismo (ninguno de los cuales, por cierto, se salvan de las agudas observaciones de Spurlock).
Acepto que cualquier documental va a alterar (incluso involuntariamente) la "realidad" que presenta, debido a las taimadas herramientas narrativas que se incorporan en el proceso de producción (sin olvidar la ideología de sus cineastas). Por eso no pude evitar sentir cierta desconfianza sobre las auténticas intenciones de Morgan Spurlock; además, creo entender el significado de las últimas escenas, aunque me parecieron anti-climáticas y frustrantes. Pero nada de eso impide mi aprecio por las simples realidades que muestra ¿En Dónde Diablos Está Osama?, y aunque supongo que la respuesta de cada espectador dependerá de su particular ideología social y política, no puedo negar que me pareció una mirada muy interesante a un problema común pero no siempre comprendido. A fin de cuentas, no importa si el "villano" es Al-Qaeda, los palestinos, judíos, cristianos, americanos o Bin Laden. El problema es la intolerancia y desmedida ambición de gente hambrienta de poder que no vacila en explotar la necesidad, las creencias o valores de la gente para conseguir sus fines particulares. Y, por supuesto, si eso puede ocurrir en cualquier entorno laboral o doméstico, ¿qué podemos esperar de un escenario político que abarca algunos de los países más ricos (y algunos de los más oprimidos) en el mundo? No es un mensaje nuevo ni espontáneo; pero quizás vale la pena recordarlo más seguido.
Calificación: 9
Curiosamente, el documental empieza con una prueba de embarazo. Tras enterarse de que próximamente será padre, el cineasta Morgan Spurlock pretende hacer el mundo más seguro para su hijo, y decide realizar por su cuenta lo que muchos gobiernos no han logrado en casi 10 años: encontrar a Osama Bin Laden, y poner así fin al terrorismo que se ha incrementado de manera alarmante a lo largo de esa misma década. Entonces, inspirado por las películas de Hollywood en las que un individuo salva al mundo y resuelve todos los problemas, Spurlock viaja por Egipto, Marruecos, Jordania, Afganistán, Pakistán y demás polvorines de África y el Medio Oriente, indagando sobre la ubicación del hombre más buscado en el planeta. Sin embargo, lo que descubre es gente igualmente fastidiada con la amenaza del terrorismo, cuyas perspectivas políticas no muy distintas a las que podemos encontrar en cualquier otra región. De cualquier modo, ¿logrará Spurlock hacer un "schwarzenegger" y salvar al mundo de Bin Laden?
Al igual que Michael Moore (el obvio punto de comparación en este tipo de documentales), Spurlock mantiene un tono ligero y sarcástico para hacer más ameno el desfile de lúgubres pronósticos y tristes realidades sobre el extremismo religioso, el terrorismo y sus causas. Pero, a diferencia de los manipuladores documentales de Michael Moore, sentí ¿En Dónde Diablos Está Osama? mucho más analítico, honesto y mesurado (a pesar de sus animaciones estilo Mortal Kombat y sus referencias a Star Wars), pues su intención no fue hacer otra estridente denuncia contra George W. Bush ni condenar de nuevo a las ambiciosas empresas que se enriquecen con la guerra. Esta vez Spurlock simplemente pretende mostrarnos las similitudes entre las culturas, y que en todas vamos a encontrar una minoría llena de odio y rechazo, y una mayoría que solo desea vivir en paz. Honestamente eso me pareció mucho más loable y útil que otra cansada diatriba contra el gobierno de los Estados Unidos o contra Osama Bin Laden mismo (ninguno de los cuales, por cierto, se salvan de las agudas observaciones de Spurlock).
Acepto que cualquier documental va a alterar (incluso involuntariamente) la "realidad" que presenta, debido a las taimadas herramientas narrativas que se incorporan en el proceso de producción (sin olvidar la ideología de sus cineastas). Por eso no pude evitar sentir cierta desconfianza sobre las auténticas intenciones de Morgan Spurlock; además, creo entender el significado de las últimas escenas, aunque me parecieron anti-climáticas y frustrantes. Pero nada de eso impide mi aprecio por las simples realidades que muestra ¿En Dónde Diablos Está Osama?, y aunque supongo que la respuesta de cada espectador dependerá de su particular ideología social y política, no puedo negar que me pareció una mirada muy interesante a un problema común pero no siempre comprendido. A fin de cuentas, no importa si el "villano" es Al-Qaeda, los palestinos, judíos, cristianos, americanos o Bin Laden. El problema es la intolerancia y desmedida ambición de gente hambrienta de poder que no vacila en explotar la necesidad, las creencias o valores de la gente para conseguir sus fines particulares. Y, por supuesto, si eso puede ocurrir en cualquier entorno laboral o doméstico, ¿qué podemos esperar de un escenario político que abarca algunos de los países más ricos (y algunos de los más oprimidos) en el mundo? No es un mensaje nuevo ni espontáneo; pero quizás vale la pena recordarlo más seguido.
Calificación: 9
viernes, 26 de marzo de 2010
El Caza Recompensas (The Bounty Hunter)
Para no andar con rodeos diré desde el principio que El Caza Recompensas es uno de esos bodrios realizados con el único propósito de lucir a dos populares y atractivos actores, con el mínimo esfuerzo posible dedicado a la trama, dirección y estilo. Sin embargo, sería más ilustrativo describir esta película mencionando lo que NO es: no es graciosa, no es emocionante, no es divertida. En resumen: No es nada. Simplemente 100 minutos de Gerard Butler y Jennifer Aniston discutiendo sin pasión, corriendo sin propósito y tratando de hacer creíble su forzadísima interacción. No debería extrañarnos entonces que tampoco haya ingenio en el libreto ni sinceridad en las actuaciones. O siquiera actuaciones.
El Caza Recompensas sigue las peripecias de la reportera Nicole Hurley (Jennifer Aniston) y su ex-esposo Milo Boyd (Gerard Butler), ex-policía y ahora cazador de prófugos. Al principio de la película Nicole investiga un dudoso suicidio que podría encubrir algo más siniestro y, por seguir nuevas pistas sobre el caso, falta a una cita que tenía en el juzgado por un previo accidente automovilístico, convirtiéndose así en "prófuga de la justicia". Y ¿quién es el cazador de recompensas asignado para llevarla a presidio? Nada menos que Milo. Sin embargo, lo que comienza como una constante persecución y lucha de voluntades toma un rumbo inesperado cuando la pareja re-descubre los sentimientos que originalmente los unieron. Pero el romance deberá esperar, pues algunos peligrosos criminales se han dado cuenta de que la reportera está demasiado cerca de la verdad sobre el supuesto suicidio, y deciden "silenciarla" (junto con su guardián) antes de que sea demasiado tarde.
No es la primera vez que Jennifer Aniston trata de mantener a flote una mala película tan solo con el brillo de su "estrella". Ocasionalmente puede funcionar esa barata (o muy costosa) estrategia, pero creo que en toda su carrera Aniston no había tratado de endilgarle al público una mediocridad de este tamaño con el mero anzuelo de su carisma, socarrona simpatía y atractivo físico. En cuanto a Gerard Butler, entre menos se diga, mejor. Su desempeño dramático es por lo general decente; sin embargo resulta obvio que carece de aptitud para la comedia pues, al igual que hizo en The Ugly Truth, lo vemos de nuevo exagerando sus diálogos y actitudes, quizás con la intención de acentuar el humor, sin darse cuenta de que en realidad está aniquilando la poca gracia que pudiera tener la película. Y si combinamos esa artificial actuación con la inexistente sustancia de los personajes, tenemos como resultado un desastre que primero provoca pena ajena, y después irritación por saber que una vez más caímos en la vieja trampa de Hollywood.
Sin embargo estas son solo consecuencias del problema principal: un libreto absolutamente plano, sin energía ni el más elemental empuje narrativo para atrapar al espectador en las aventuras de los protagonistas. Quizás si el romance hubiera funcionado no importaría tanto que el "misterio" fuera al mismo tiempo incomprensible y aburrido. Pero como ninguno de los dos aspectos ofrece interés alguno, solo nos quedan los "simpáticos" desfiguros de los actores. Y, bueno... ya hablamos de eso. Finalmente, debo mencionar la agobiante banda sonora que en cada escena se esfuerza por convencernos de que nos estamos divirtiendo; sobra decir que lo único que logra es exacerbar la tortura, pues si bien las canciones no son inherentemente malas, sin duda se sienten como torpes distracciones incompatibles con el pesado tono de la película, subrayando su apatía con el simple intento de disfrazarla.
Recomiendo mantenerse a la mayor distancia posible de esta película. Quienes sean fans de Jennifer Aniston, mejor vean algunos DVDs de Friends; hasta los peores episodios parecerán hilarantes comparados con la antipática "comedia" de El Caza Recompensas. Y para seguidores de Gerard Butler (sí, hay una obligatoria escena sin camisa para demostrar que no ha perdido los músculos de 300) sugiero re-visitar alguna de sus cintas de acción, donde sus limitaciones como actor no son tan evidentes. Cuando los productores, escritores y director muestran tan poco interés en su película, resulta natural que la respuesta del público sea igual. Pero hasta la indiferencia me parece una actitud demasiado positiva para este intolerable fiasco. Solo queda esperar que Jennifer Aniston encuentre pronto su "Blind Side" para recuperar un poco de la credibilidad que sigue perdiendo en cintas como esta, porque el recuerdo de Friends no durará para siempre.
Calificación: 3
El Caza Recompensas sigue las peripecias de la reportera Nicole Hurley (Jennifer Aniston) y su ex-esposo Milo Boyd (Gerard Butler), ex-policía y ahora cazador de prófugos. Al principio de la película Nicole investiga un dudoso suicidio que podría encubrir algo más siniestro y, por seguir nuevas pistas sobre el caso, falta a una cita que tenía en el juzgado por un previo accidente automovilístico, convirtiéndose así en "prófuga de la justicia". Y ¿quién es el cazador de recompensas asignado para llevarla a presidio? Nada menos que Milo. Sin embargo, lo que comienza como una constante persecución y lucha de voluntades toma un rumbo inesperado cuando la pareja re-descubre los sentimientos que originalmente los unieron. Pero el romance deberá esperar, pues algunos peligrosos criminales se han dado cuenta de que la reportera está demasiado cerca de la verdad sobre el supuesto suicidio, y deciden "silenciarla" (junto con su guardián) antes de que sea demasiado tarde.
No es la primera vez que Jennifer Aniston trata de mantener a flote una mala película tan solo con el brillo de su "estrella". Ocasionalmente puede funcionar esa barata (o muy costosa) estrategia, pero creo que en toda su carrera Aniston no había tratado de endilgarle al público una mediocridad de este tamaño con el mero anzuelo de su carisma, socarrona simpatía y atractivo físico. En cuanto a Gerard Butler, entre menos se diga, mejor. Su desempeño dramático es por lo general decente; sin embargo resulta obvio que carece de aptitud para la comedia pues, al igual que hizo en The Ugly Truth, lo vemos de nuevo exagerando sus diálogos y actitudes, quizás con la intención de acentuar el humor, sin darse cuenta de que en realidad está aniquilando la poca gracia que pudiera tener la película. Y si combinamos esa artificial actuación con la inexistente sustancia de los personajes, tenemos como resultado un desastre que primero provoca pena ajena, y después irritación por saber que una vez más caímos en la vieja trampa de Hollywood.
Sin embargo estas son solo consecuencias del problema principal: un libreto absolutamente plano, sin energía ni el más elemental empuje narrativo para atrapar al espectador en las aventuras de los protagonistas. Quizás si el romance hubiera funcionado no importaría tanto que el "misterio" fuera al mismo tiempo incomprensible y aburrido. Pero como ninguno de los dos aspectos ofrece interés alguno, solo nos quedan los "simpáticos" desfiguros de los actores. Y, bueno... ya hablamos de eso. Finalmente, debo mencionar la agobiante banda sonora que en cada escena se esfuerza por convencernos de que nos estamos divirtiendo; sobra decir que lo único que logra es exacerbar la tortura, pues si bien las canciones no son inherentemente malas, sin duda se sienten como torpes distracciones incompatibles con el pesado tono de la película, subrayando su apatía con el simple intento de disfrazarla.
Recomiendo mantenerse a la mayor distancia posible de esta película. Quienes sean fans de Jennifer Aniston, mejor vean algunos DVDs de Friends; hasta los peores episodios parecerán hilarantes comparados con la antipática "comedia" de El Caza Recompensas. Y para seguidores de Gerard Butler (sí, hay una obligatoria escena sin camisa para demostrar que no ha perdido los músculos de 300) sugiero re-visitar alguna de sus cintas de acción, donde sus limitaciones como actor no son tan evidentes. Cuando los productores, escritores y director muestran tan poco interés en su película, resulta natural que la respuesta del público sea igual. Pero hasta la indiferencia me parece una actitud demasiado positiva para este intolerable fiasco. Solo queda esperar que Jennifer Aniston encuentre pronto su "Blind Side" para recuperar un poco de la credibilidad que sigue perdiendo en cintas como esta, porque el recuerdo de Friends no durará para siempre.
Calificación: 3
miércoles, 24 de marzo de 2010
Triangle
Me gusta el cine fantástico por su simple capacidad para explorar historias ajenas a nuestra realidad, pero sujetas a una lógica y raciocinio tradicional… en otras palabras, no importa si es Ripley a bordo del Sulaco o el Dr. Malcolm en la Isla Nublar; todos entendemos el peligro de las criaturas con grandes dientes afilados. Sin embargo, existe un inestable sub-género que busca subvertir la realidad misma y nuestra percepción de ella. Algunas personas le llaman "realidad alterada", y lo describo como un sub-género "inestable" porque algunos cineastas perezosos lo emplean a modo de pretexto para contar historias incoherentes que pretenden resolver todo con un "twist" (por ejemplo, el clásico "todo fue un sueño") que realmente no explica nada y sólo trata de justificar su incompetencia. Sin embargo esta inusual estrategia puede generar ocasionalmente obras interesantes y provocativas que nos abren la mente y nos obligan a contemplarlas desde inesperados puntos de vista. La cinta Triangle resultó ser una de esas raras ocasiones, gracias a su narrativa “escheriana” de lógica bizarra pero internamente consistente, que no hace trampas para llevarnos por un camino espiral hasta una conclusión al mismo tiempo inevitable e inesperada.
Desde luego no conviene revelar demasiado sobre el argumento, así que bastará mencionar que la protagonista de la historia es Jess (Melissa George), una joven madre soltera agobiada por su difícil situación doméstica. Entonces, para descansar un rato, acepta la invitación a un paseo marítimo en compañía de varios amigos. Desafortunadamente el viaje adquiere un tono siniestro cuando la embarcación naufraga al encontrar una inexplicable tormenta, y los tripulantes se ven obligados a abordar un trasatlántico abandonado en alta mar, que milagrosamente encuentran cuando parecían agotarse sus esperanzas de sobrevivir. Pero lo que encuentran a bordo no solo pondrá en peligro sus vidas, sino su interpretación de la realidad misma.
El director Christopher Smith tuvo un mediano debut con la cinta de horror subterráneo Creep, pero su talento se manifestó por completo (en mi humilde opinión) con su segunda película, Severance, donde mostró gran ingenio y destreza para combinar sangre, comedia y mordaz comentario social en una económica y concisa historia. Supongo que hubiera sido fácil continuar su carrera en la misma línea (como hicieron con gran acierto sus compatriotas Neil Marshall y Jake West); sin embargo Smith muestra en Triangle notable madurez como director y guionista, contándonos una historia densa y oscura que en nada recuerda el convencional slasher de Creep, ni el gracioso "gore" británico de Severance. Por la naturaleza de su elástica narrativa, Triangle puede parecer confusa y hermética al principio, pero Smith nos facilita el lento desarrollo con sólidos momentos de suspenso y terror que no son gratuitos adornos, sino parte integral del rompecabezas que paulatinamente debemos resolver.
Por el lado negativo tengo que señalar al elenco secundario; no son malos actores, pero parecen simple relleno con el beneficio adicional de ofrecer más víctimas para la amenaza oculta a bordo del trasatlántico. También noté algunos efectos especiales poco afortunados, aunque se pueden disculpar en vista del reducido presupuesto de la película y su ambición visual Además, como usualmente ocurre con este tipo de historias, Triangle puede ser frustrante para quien espere una narrativa más sencilla y lineal. Al principio la trama parece una variación de Open Water; después se convierte en una especie de "casa embrujada" en alta mar; y luego entra a la realidad subjetiva de David Lynch o Rod Serling. Bueno, no estoy diciendo que Christopher Smith sea tan bueno como David Lynch... simplemente sugiero que hay similitudes en su estilo y onírica dirección. Por suerte la actriz Melissa George nos acompaña en este pesadillesco recorrido con aplomo y perfecta credibilidad, lo cual no es fácil si consideramos el surrealismo de la historia y la dificultad de transmitir el conflicto interno de la protagonista cuando ni siquiera entendemos su motivación (al menos al principio).
Como sea, Triangle no es la primera película que emplea una paradójica estructura para sorprendernos con inesperadas revelaciones y profundos temas. Sin embargo me pareció muy entretenida e interesante, con abundante suspenso y una perturbadora atmósfera de incertidumbre que transmite exitosamente la confusión y angustia de los personajes. Supongo que podría clasificarse como ciencia ficción o terror psicológico; pero sin importar su etiqueta puedo recomendarla y al mismo tiempo alegrarme por haber encontrado otro director que parece encaminado a desafiar nuestras expectativas y elevar la calidad del cine fantástico. Los comentarios sobre Black Death, la siguiente película de Christopher Smith parecen igualmente positivos, y solo queda esperar que no sea descarrilado por su creciente éxito. El género necesita más artesanos como él.
Calificación: 8.5
Desde luego no conviene revelar demasiado sobre el argumento, así que bastará mencionar que la protagonista de la historia es Jess (Melissa George), una joven madre soltera agobiada por su difícil situación doméstica. Entonces, para descansar un rato, acepta la invitación a un paseo marítimo en compañía de varios amigos. Desafortunadamente el viaje adquiere un tono siniestro cuando la embarcación naufraga al encontrar una inexplicable tormenta, y los tripulantes se ven obligados a abordar un trasatlántico abandonado en alta mar, que milagrosamente encuentran cuando parecían agotarse sus esperanzas de sobrevivir. Pero lo que encuentran a bordo no solo pondrá en peligro sus vidas, sino su interpretación de la realidad misma.
El director Christopher Smith tuvo un mediano debut con la cinta de horror subterráneo Creep, pero su talento se manifestó por completo (en mi humilde opinión) con su segunda película, Severance, donde mostró gran ingenio y destreza para combinar sangre, comedia y mordaz comentario social en una económica y concisa historia. Supongo que hubiera sido fácil continuar su carrera en la misma línea (como hicieron con gran acierto sus compatriotas Neil Marshall y Jake West); sin embargo Smith muestra en Triangle notable madurez como director y guionista, contándonos una historia densa y oscura que en nada recuerda el convencional slasher de Creep, ni el gracioso "gore" británico de Severance. Por la naturaleza de su elástica narrativa, Triangle puede parecer confusa y hermética al principio, pero Smith nos facilita el lento desarrollo con sólidos momentos de suspenso y terror que no son gratuitos adornos, sino parte integral del rompecabezas que paulatinamente debemos resolver.
Por el lado negativo tengo que señalar al elenco secundario; no son malos actores, pero parecen simple relleno con el beneficio adicional de ofrecer más víctimas para la amenaza oculta a bordo del trasatlántico. También noté algunos efectos especiales poco afortunados, aunque se pueden disculpar en vista del reducido presupuesto de la película y su ambición visual Además, como usualmente ocurre con este tipo de historias, Triangle puede ser frustrante para quien espere una narrativa más sencilla y lineal. Al principio la trama parece una variación de Open Water; después se convierte en una especie de "casa embrujada" en alta mar; y luego entra a la realidad subjetiva de David Lynch o Rod Serling. Bueno, no estoy diciendo que Christopher Smith sea tan bueno como David Lynch... simplemente sugiero que hay similitudes en su estilo y onírica dirección. Por suerte la actriz Melissa George nos acompaña en este pesadillesco recorrido con aplomo y perfecta credibilidad, lo cual no es fácil si consideramos el surrealismo de la historia y la dificultad de transmitir el conflicto interno de la protagonista cuando ni siquiera entendemos su motivación (al menos al principio).
Como sea, Triangle no es la primera película que emplea una paradójica estructura para sorprendernos con inesperadas revelaciones y profundos temas. Sin embargo me pareció muy entretenida e interesante, con abundante suspenso y una perturbadora atmósfera de incertidumbre que transmite exitosamente la confusión y angustia de los personajes. Supongo que podría clasificarse como ciencia ficción o terror psicológico; pero sin importar su etiqueta puedo recomendarla y al mismo tiempo alegrarme por haber encontrado otro director que parece encaminado a desafiar nuestras expectativas y elevar la calidad del cine fantástico. Los comentarios sobre Black Death, la siguiente película de Christopher Smith parecen igualmente positivos, y solo queda esperar que no sea descarrilado por su creciente éxito. El género necesita más artesanos como él.
Calificación: 8.5
lunes, 22 de marzo de 2010
Mi Vecino es un Espía (The Spy Next Door)
Incluso antes de los créditos Mi Vecino es un Espía ya cometió un error irreparable: mostrarnos algunas de las mejores escenas en la carrera de Jackie Chan, lo cual nos recuerda la tremenda audacia de este actor... y nos hace sospechar que nunca la veremos en esta película. Pero bueno... Chan (el actor) tiene fama de nunca doblegarse ni rendirse, lo cual queda claro con su participación en otra más de sus fallidas (y a veces horribles) películas norteamericanas, que siempre han parecido aniñadas y diluidas copias de su seminal trabajo en Hong Kong. No… rectifico: para añadir variedad a su repertorio, esta vez nos ofrece una aniñada y diluida copia de una película norteamericana: The Pacifier.
Al igual que The Pacifier, Mi Vecino es un Espía nos muestra a un hábil agente secreto en su más difícil misión: lidiar con un grupo de niños indisciplinados. El agente es Bob Ho (Jackie Chan), y los niños son los hijos de su novia Gillian (Amber Valletta). Debido a una emergencia ella debe ausentarse unos días, y Bob se ofrece para cuidarlos, lo cual ya sería difícil por sí mismo; pero la situación empeora cuando uno de los niños roba accidentalmente un archivo secreto, lo cual los pone en la mira de un peligroso villano ruso. ¿Logrará Bob controlar a los niños, hacerse su amigo y capturar al villano?
La respuesta es irrelevante. Sin embargo, hay una pregunta más importante: ¿Lograrán las esporádicas secuencias de acción y acrobacias de Chan compensar las horribles escenas "cómicas" y el vomitivo libreto familiar? En corto: No. Admito que hay algunos buenos momentos con el clásico estilo de Jackie Chan, y hasta sonreí con algunos bobos chistoretes ("The Fresh Prince of Belarus"); no obstante, pasé cada segundo de Mi Vecino es un Espía ansiando regresar a casa para poner el DVD de Supercop, Armour of God o al menos Drunken Master 2, para quitarme el mal sabor y revivir mi aprecio por este legendario actor del cine asiático.
La verdad no hace falta decir más: la historia de Mi Vecino es un Espía se desarrolla exactamente como uno espera; las densas moralejas son más torpes y simples que las de un sitcom; y las actuaciones están definidas por los espesos acentos rusos de los villanos. De hecho sentí un poco de pena por Amber Valletta, una de las pocas "modelos-actrices" que parece tener genuino talento (aunque no se note en este trillado papel de madre ocupada). Al menos tiene pocas escenas, de modo que su ridículo no fue tan frecuente. Y, hablando de ridículo, mis tendencias masoquistas se deleitaron viendo la colaboración de Billy Ray Cyrus y George López… sufrimiento puro y delicioso. En fin, no hay razón alguna para recomendar Mi Vecino es un Espía, pues hay mejores películas de acción para niños, mejores comedias familiares y, desde luego, mejores películas de Jackie Chan. En resumen: un desperdicio de tiempo y recursos.
Calificación: 4
Al igual que The Pacifier, Mi Vecino es un Espía nos muestra a un hábil agente secreto en su más difícil misión: lidiar con un grupo de niños indisciplinados. El agente es Bob Ho (Jackie Chan), y los niños son los hijos de su novia Gillian (Amber Valletta). Debido a una emergencia ella debe ausentarse unos días, y Bob se ofrece para cuidarlos, lo cual ya sería difícil por sí mismo; pero la situación empeora cuando uno de los niños roba accidentalmente un archivo secreto, lo cual los pone en la mira de un peligroso villano ruso. ¿Logrará Bob controlar a los niños, hacerse su amigo y capturar al villano?
La respuesta es irrelevante. Sin embargo, hay una pregunta más importante: ¿Lograrán las esporádicas secuencias de acción y acrobacias de Chan compensar las horribles escenas "cómicas" y el vomitivo libreto familiar? En corto: No. Admito que hay algunos buenos momentos con el clásico estilo de Jackie Chan, y hasta sonreí con algunos bobos chistoretes ("The Fresh Prince of Belarus"); no obstante, pasé cada segundo de Mi Vecino es un Espía ansiando regresar a casa para poner el DVD de Supercop, Armour of God o al menos Drunken Master 2, para quitarme el mal sabor y revivir mi aprecio por este legendario actor del cine asiático.
La verdad no hace falta decir más: la historia de Mi Vecino es un Espía se desarrolla exactamente como uno espera; las densas moralejas son más torpes y simples que las de un sitcom; y las actuaciones están definidas por los espesos acentos rusos de los villanos. De hecho sentí un poco de pena por Amber Valletta, una de las pocas "modelos-actrices" que parece tener genuino talento (aunque no se note en este trillado papel de madre ocupada). Al menos tiene pocas escenas, de modo que su ridículo no fue tan frecuente. Y, hablando de ridículo, mis tendencias masoquistas se deleitaron viendo la colaboración de Billy Ray Cyrus y George López… sufrimiento puro y delicioso. En fin, no hay razón alguna para recomendar Mi Vecino es un Espía, pues hay mejores películas de acción para niños, mejores comedias familiares y, desde luego, mejores películas de Jackie Chan. En resumen: un desperdicio de tiempo y recursos.
Calificación: 4
domingo, 21 de marzo de 2010
Viene Por Ti (Coming Soon)
Los primeros treinta minutos de Viene Por Ti casi lograron restaurar mi fe en el cine de horror asiático. Cierto, la trama es absurda, el ritmo se siente lento, y el libreto cumple los cansados requisitos del género (espíritus vengativos, fantasmas femeninos y tecnología como conducto de elementos sobrenaturales). Sin embargo la concisa dirección y económicas actuaciones me recordaron por qué se volvió tan popular este estilo hace más de diez años, cuando parecía un refrescante y honesto respiro del tedioso horror norteamericano, bañado en sangre pero carente de emociones (incluyendo terror). Desafortunadamente (ya se estaba tardando la desilusión) conforme avanza la historia también vemos llegar las habituales fallas: abundantes escenas de relleno, inverosímiles investigaciones y tantas complicaciones innecesarias que terminan nublando su propósito y perdiendo de vista la simplicidad que tan bien funcionó al principio.
Hablando del principio, empecemos por ahí. La trama sigue a varios empleados de un cine tailandés, donde se exhibe un pre-estreno privado de una muy esperada cinta de terror. Aprovechando la oportunidad, los jóvenes Yod (Vorakan Rojchanawat) y Shane (Chantawit Thanasewee) planean hacer una copia en video para venderla a los piratas de películas por una atractiva suma de dinero. Sin embargo los problemas comienzan cuando Yod desaparece misteriosamente mientras realiza el duplicado; y cuando Shane trata de hacer otra copia para satisfacer a los violentos mafiosos que controlan la piratería, descubre que la película transmite una maldición mortal para quien la ve. Pero cuando trata de explicárselo a su ex-novia Som (Punch, popular cantante tailandesa), la joven se rehúsa a creerlo, no solo porque suena imposible, sino porque Shane tiene una historia de drogadicción, y quizás las manifestaciones paranormales que está experimentando sean simples consecuencias de su previa adicción... o indicaciones de que cayó nuevamente en el vicio. ¿Podrá Shane convencer a la muchacha y vencer al fantasma que los persigue antes de que se estrene la película y miles de espectadores sean expuestos a la maldición?
Ya habíamos visto fantasmas infectando la televisión, computadoras, teléfonos celulares y hasta cámaras fotográficas, de modo que el cine como catalizador sobrenatural no solo parece una progresión lógica, sino que ofrece un par de interesantes oportunidades. Por un lado el director y guionista Sopon Sukdapisit (quien también escribió Shutter) ofrece una clara fábula moralista contra la duplicación ilegal de películas; si el problema parece grande en América Latina, creo que no se compara con la extensión de esa actividad en Asia. Y además, la premisa abre las puertas para toda clase de "meta-humor" que aprovecha la paradoja de estar viendo una película acerca de una película, sugiriendo juguetonamente que nosotros, como audiencia, corremos el mismo riesgo que los espectadores que ven la película dentro de la película. No es una noción original (podemos notar elementos que se usaron hace décadas en cintas como The Tingler, The Blob y hasta The Purple Rose of Cairo, de Woody Allen), pero le da un toque de ingenio a Vienen Por Ti, sobre todo en un cine lleno de personas... o, mejor aún, casi vacío, como fue mi experiencia personal (benditas funciones matutinas).
Para evaluar esta película será determinante la tolerancia que cada espectador tenga por el horror asiático. Algunas personas considerarán que los escasos elementos semi-originales de Vienen Por Ti bastan para compensar las cansadas rutinas que emplea. Pero otros se aburrirán con su parsimonioso ritmo y la abundancia de escenas que no conducen a nada; o se irritarán por tantos enredos en el libreto que eventualmente sofocan el suspenso y desmoronan la estructura lógica que debería sustentar al terror. Como sea, tiene un par de buenos "sustos", un tenebroso villano (o villana) y un creativo (aunque innecesario) giro inesperado a la mitad de la historia. Por lo tanto puedo recomendarla como exótica curiosidad de un género moribundo, mas no como su esperada redentora. A estas alturas, sospecho que nunca llegará.
Calificación: 6
Hablando del principio, empecemos por ahí. La trama sigue a varios empleados de un cine tailandés, donde se exhibe un pre-estreno privado de una muy esperada cinta de terror. Aprovechando la oportunidad, los jóvenes Yod (Vorakan Rojchanawat) y Shane (Chantawit Thanasewee) planean hacer una copia en video para venderla a los piratas de películas por una atractiva suma de dinero. Sin embargo los problemas comienzan cuando Yod desaparece misteriosamente mientras realiza el duplicado; y cuando Shane trata de hacer otra copia para satisfacer a los violentos mafiosos que controlan la piratería, descubre que la película transmite una maldición mortal para quien la ve. Pero cuando trata de explicárselo a su ex-novia Som (Punch, popular cantante tailandesa), la joven se rehúsa a creerlo, no solo porque suena imposible, sino porque Shane tiene una historia de drogadicción, y quizás las manifestaciones paranormales que está experimentando sean simples consecuencias de su previa adicción... o indicaciones de que cayó nuevamente en el vicio. ¿Podrá Shane convencer a la muchacha y vencer al fantasma que los persigue antes de que se estrene la película y miles de espectadores sean expuestos a la maldición?
Ya habíamos visto fantasmas infectando la televisión, computadoras, teléfonos celulares y hasta cámaras fotográficas, de modo que el cine como catalizador sobrenatural no solo parece una progresión lógica, sino que ofrece un par de interesantes oportunidades. Por un lado el director y guionista Sopon Sukdapisit (quien también escribió Shutter) ofrece una clara fábula moralista contra la duplicación ilegal de películas; si el problema parece grande en América Latina, creo que no se compara con la extensión de esa actividad en Asia. Y además, la premisa abre las puertas para toda clase de "meta-humor" que aprovecha la paradoja de estar viendo una película acerca de una película, sugiriendo juguetonamente que nosotros, como audiencia, corremos el mismo riesgo que los espectadores que ven la película dentro de la película. No es una noción original (podemos notar elementos que se usaron hace décadas en cintas como The Tingler, The Blob y hasta The Purple Rose of Cairo, de Woody Allen), pero le da un toque de ingenio a Vienen Por Ti, sobre todo en un cine lleno de personas... o, mejor aún, casi vacío, como fue mi experiencia personal (benditas funciones matutinas).
Para evaluar esta película será determinante la tolerancia que cada espectador tenga por el horror asiático. Algunas personas considerarán que los escasos elementos semi-originales de Vienen Por Ti bastan para compensar las cansadas rutinas que emplea. Pero otros se aburrirán con su parsimonioso ritmo y la abundancia de escenas que no conducen a nada; o se irritarán por tantos enredos en el libreto que eventualmente sofocan el suspenso y desmoronan la estructura lógica que debería sustentar al terror. Como sea, tiene un par de buenos "sustos", un tenebroso villano (o villana) y un creativo (aunque innecesario) giro inesperado a la mitad de la historia. Por lo tanto puedo recomendarla como exótica curiosidad de un género moribundo, mas no como su esperada redentora. A estas alturas, sospecho que nunca llegará.
Calificación: 6
sábado, 20 de marzo de 2010
Legión de Ángeles (Legion)
Legión de Ángeles sería una buena película "B" si redujera un poco su ambición teológica y simplificara su confusa mitología pues, a fin de cuentas, resulta ser otra variación de la popular fórmula "estado de sitio", en la que un pintoresco grupo de individuos deben atrincherarse en una remota locación y rechazar el ataque de numerosos enemigos. El hecho de que esté en juego el futuro de la humanidad, y que los atacantes sean personas poseídas no evita que el libreto visite todos los clichés establecidos en cintas que van desde la original Rio Bravo hasta su disfrazado re-make Assault on Precinct 13. Sin embargo entiendo la intención del director Scott Stewart, quien probablemente añadió un barniz pseudo-religioso para darle profundidad a su predecible libreto. No estoy seguro de que lo haya logrado, pero tampoco niego haber pasado un rato ameno con el eficaz elenco y los ocasionales momentos de violencia y acción.
Esta vez la remota locación es una cafetería en mitad del desierto de Nuevo México, donde trabaja el rudo Bob (Dennis Quaid), su hijo Jeep (Lucas Black), el filosófico cocinero Percy (Charles S. Dutton) y la cínica mesera Charlie (Adrianne Palicki), quien está próxima a dar a luz. Pero en el día de Navidad ocurre algo inesperado... la televisión solo transmite una señal de emergencia; en el horizonte se ven amenazadoras nubes de apariencia sobrenatural... y una afable anciana que visita la cafetería resulta ser un monstruo con afilados dientes que puede caminar en el techo y las paredes. En medio del pánico que desata la situación, llega el enigmático Michael (Paul Bettany), con una increíble historia sobre el Apocalipsis... y la enorme importancia que podría tener el bebé de Charlie para el futuro de la humanidad. El problema es que hay legiones de criaturas dispuestas a matar a la madre y su hijo para asegurarse de que no exista tal futuro...
La mezcla de temas religiosos con acción estilo "western" no resultará extraña para quienes hayan leído libros como American Gods y Good Omens, o comics como Preacher y The Invisibles. Legión de Ángeles captura esa misma estética gracias a sus áridas locaciones, minimalista diseño y la estéril cinematografía que nos hace sentir el aislamiento y resequedad del desértico entorno. Por otro lado los personajes son una colección de caricaturas y estereotipos fácilmente reconocibles, aunque bien interpretados por actores cuyo talento no se aprovecha, pero tampoco se desperdicia. Dennis Quaid es Dennis Quaid, como lo hemos visto en tantas otras películas. La rasposa y profunda voz de Charles S. Dutton se presta para conversaciones filosóficas y monólogos reflexivos ("De niño mi padre me decía..."), que cualquier persona reconocerá como una automática sentencia de muerte (¿Spoiler? Lo dudo). Los fans de Grey's Anatomy (o Private Practice) quizás disfruten viendo a Kate Walsh como una aterrada clienta en el restaurante sin mucho que hacer además de criticar a su esposo. Y, sorpresivamente, Paul Bettany queda bastante bien como el "hombre sin nombre". Bueno, como el Arcángel Miguel combinado con Terminator y John Wayne.
El problema principal es que la historia no tiene mucho sentido. No pretendo revelar las escasas sorpresas que guarda el libreto, pero hay tantos agujeros lógicos e inconsistencias que me costó trabajo disfrutar del dinámico ritmo y las repetitivas secuencias de acción. La motivación del conflicto central no queda clara, y tampoco la importancia de la mesera y su bebé. Supongo que el director y guionista Scott Stewart quiere que "leamos entre líneas", pero eso no disculpa la conveniente estupidez de los villanos que no pueden abrir una puerta, o los héroes que ignoran las más obvias debilidades de su "fortaleza" hasta que es necesaria otra balacera, u otro sacrificio en el cada vez más reducido grupo de personajes. Como dije al principio, podría disculpar esas deficiencias narrativas en una modesta "película B" directa a DVD, pero resultan imperdonables en una cinta "de estudio" con moderado presupuesto, actores famosos y supervisión de productores con experiencia (pero ¿experiencia en qué?). Por cierto, Stewart es otro artista de efectos especiales (veterano de ILM y The Orphanage) que hace su debut como director, y al menos mostró disciplina en ese aspecto de la película. Hay bastantes efectos en Legión de Ángeles, pero tienden a ser empleados como apoyo a la historia. Quizás decepcione a algunos espectadores ver una película sobre el Apocalipsis sin destrucción de ciudades ni cataclismos cósmicos; sin embargo admiro que el director no sacrifique nuestro interés en los personajes a cambio de simple espectáculo o exhibiciones de trucos digitales.
Ninguna de las dos fue totalmente satisfactoria, pero creo que pondría Legión de Ángeles por debajo de The Book of Eli, otro reciente thriller religioso-apocalíptico con similar estilo y atmósfera. Al menos The Book of Eli mantuvo un aire de misterio que apoyó sus puntos débiles, mientras que Legión de Ángeles apenas se sostiene con ayuda de sus aciertos técnicos y sus competentes actores. La puedo recomendar como última opción en el cine, aunque sugeriría como alternativa algunos de los libros o comics previamente mencionados, o la menospreciada cinta The Prophecy (también conocida como God's Army y Soldados de Dios), en la que se plasmó con mayor gravedad (pero no mucha pericia técnica) una similar guerra civil angelical, nada menos que con Christopher Walken como el Arcángel Gabriel y Viggo Mortensen como Lucifer. Con esos actores no hacían falta tantos efectos especiales.
Calificación: 6.5
Esta vez la remota locación es una cafetería en mitad del desierto de Nuevo México, donde trabaja el rudo Bob (Dennis Quaid), su hijo Jeep (Lucas Black), el filosófico cocinero Percy (Charles S. Dutton) y la cínica mesera Charlie (Adrianne Palicki), quien está próxima a dar a luz. Pero en el día de Navidad ocurre algo inesperado... la televisión solo transmite una señal de emergencia; en el horizonte se ven amenazadoras nubes de apariencia sobrenatural... y una afable anciana que visita la cafetería resulta ser un monstruo con afilados dientes que puede caminar en el techo y las paredes. En medio del pánico que desata la situación, llega el enigmático Michael (Paul Bettany), con una increíble historia sobre el Apocalipsis... y la enorme importancia que podría tener el bebé de Charlie para el futuro de la humanidad. El problema es que hay legiones de criaturas dispuestas a matar a la madre y su hijo para asegurarse de que no exista tal futuro...
La mezcla de temas religiosos con acción estilo "western" no resultará extraña para quienes hayan leído libros como American Gods y Good Omens, o comics como Preacher y The Invisibles. Legión de Ángeles captura esa misma estética gracias a sus áridas locaciones, minimalista diseño y la estéril cinematografía que nos hace sentir el aislamiento y resequedad del desértico entorno. Por otro lado los personajes son una colección de caricaturas y estereotipos fácilmente reconocibles, aunque bien interpretados por actores cuyo talento no se aprovecha, pero tampoco se desperdicia. Dennis Quaid es Dennis Quaid, como lo hemos visto en tantas otras películas. La rasposa y profunda voz de Charles S. Dutton se presta para conversaciones filosóficas y monólogos reflexivos ("De niño mi padre me decía..."), que cualquier persona reconocerá como una automática sentencia de muerte (¿Spoiler? Lo dudo). Los fans de Grey's Anatomy (o Private Practice) quizás disfruten viendo a Kate Walsh como una aterrada clienta en el restaurante sin mucho que hacer además de criticar a su esposo. Y, sorpresivamente, Paul Bettany queda bastante bien como el "hombre sin nombre". Bueno, como el Arcángel Miguel combinado con Terminator y John Wayne.
El problema principal es que la historia no tiene mucho sentido. No pretendo revelar las escasas sorpresas que guarda el libreto, pero hay tantos agujeros lógicos e inconsistencias que me costó trabajo disfrutar del dinámico ritmo y las repetitivas secuencias de acción. La motivación del conflicto central no queda clara, y tampoco la importancia de la mesera y su bebé. Supongo que el director y guionista Scott Stewart quiere que "leamos entre líneas", pero eso no disculpa la conveniente estupidez de los villanos que no pueden abrir una puerta, o los héroes que ignoran las más obvias debilidades de su "fortaleza" hasta que es necesaria otra balacera, u otro sacrificio en el cada vez más reducido grupo de personajes. Como dije al principio, podría disculpar esas deficiencias narrativas en una modesta "película B" directa a DVD, pero resultan imperdonables en una cinta "de estudio" con moderado presupuesto, actores famosos y supervisión de productores con experiencia (pero ¿experiencia en qué?). Por cierto, Stewart es otro artista de efectos especiales (veterano de ILM y The Orphanage) que hace su debut como director, y al menos mostró disciplina en ese aspecto de la película. Hay bastantes efectos en Legión de Ángeles, pero tienden a ser empleados como apoyo a la historia. Quizás decepcione a algunos espectadores ver una película sobre el Apocalipsis sin destrucción de ciudades ni cataclismos cósmicos; sin embargo admiro que el director no sacrifique nuestro interés en los personajes a cambio de simple espectáculo o exhibiciones de trucos digitales.
Ninguna de las dos fue totalmente satisfactoria, pero creo que pondría Legión de Ángeles por debajo de The Book of Eli, otro reciente thriller religioso-apocalíptico con similar estilo y atmósfera. Al menos The Book of Eli mantuvo un aire de misterio que apoyó sus puntos débiles, mientras que Legión de Ángeles apenas se sostiene con ayuda de sus aciertos técnicos y sus competentes actores. La puedo recomendar como última opción en el cine, aunque sugeriría como alternativa algunos de los libros o comics previamente mencionados, o la menospreciada cinta The Prophecy (también conocida como God's Army y Soldados de Dios), en la que se plasmó con mayor gravedad (pero no mucha pericia técnica) una similar guerra civil angelical, nada menos que con Christopher Walken como el Arcángel Gabriel y Viggo Mortensen como Lucifer. Con esos actores no hacían falta tantos efectos especiales.
Calificación: 6.5
viernes, 19 de marzo de 2010
Un Sueño Posible (The Blind Side)
Un Sueño Posible no es una película perfecta... pero es perfectamente inocua, pues nos cuenta una historia inspiradora de la manera más benigna posible, con buenos actores y buenas intenciones que se traducen en una experiencia amena, conciliadora... y perfectamente olvidable. En otras palabras, es una competente película familiar sin el valor (o ambición) de trascender las dos horas que pasamos en su compañía. En realidad no puedo culparla por apuntar tan bajo y dar en el blanco... aunque tampoco puedo aplaudir su reducida aspiración.
Un Sueño Posible narra las experiencias del joven Michael Oher (Quinton Aaron), abandonado por su madre drogadicta y olvidado por la sociedad, hasta que la jovial Leigh Anne Tuohy (Sandra Bullock) decide albergarlo en su hogar y hacerlo parte de su familia. De ese modo la extrema timidez y aparente ignorancia de Michael empiezan a disiparse para revelar un entusiasta jugador de fútbol americano que podría destacar en el deporte, si es que logra romper las barreras internas y externas que la vida y la sociedad han erigido a su alrededor.
El libreto está inspirado en hechos reales, aunque eso no logra ahuyentar el olor a Hollywood que satura cada escena de la película, desde los forzados momentos cómicos hasta las obligatorias escenas dramáticas que nos esperan casi al final de la película, tratando de compensar tardíamente la falta de conflicto "serio" durante el resto del relato. Quizás las cosas realmente ocurrieron así; pero de cualquier modo el guión las presenta como el clásico giro trágico que pone en peligro la felicidad de los protagonistas. Lamentablemente no logra evocar suspenso real, y el truco queda exactamente como eso... una artificial manipulación que hemos visto demasiadas veces en películas de similar manufactura.
Pasando al lado positivo, admito que me gustó la ausencia de sermones y excesivo sentimentalismo en lo que podría haber sido una lacrimosa telenovela de fervor cristiano en contra de la injusticia social. El director John Lee Hancock (veterano de The Rookie, otro competente melodrama deportivo) se rehúsa a caer en la fácil trampa de emprender una cruzada ideológica, y prefiere dejar que el mensaje se filtre entre los huecos de la sobria narrativa. Para bien o para mal, Un Sueño Posible no pretende sumergirnos en la sórdida realidad del deficiente sistema social norteamericano (eso se lo deja a Precious), e incluso encuentra momentos de humor en los comentarios racistas de algunos odiosos personajes. No obstante, el atractivo principal de la cinta radica en la aclamada actuación de Sandra Bullock, que le valió el preciado "Premio de la Academia". ¿Lo merece? Tiendo a pensar que no, aunque sin duda disfruté su labor.
En gran medida Bullock repite su clásica rutina de pícara adorable, aunque esta vez la adereza con una sutil gravedad que añade peso y honestidad al papel de ama de casa bondadosa pero audaz, con la capacidad de canalizar sus caprichos en beneficio de sus semejantes. Creo que es una de sus mejores interpretaciones en años recientes, no tanto por las emociones que genera, sino porque se siente mucho más creíble que las incontables mujeres atolondradas que usualmente personifica en el género de la comedia romántica.
Creo que no hay fallas fatales en Un Sueño Posible, así como tampoco hay razones para hacerla indispensable. Fue una agradable experiencia con simples propósitos que cumple con creces: inspirarnos, entretenernos y quizás darnos una ligera lección de humanidad para apreciar lo que tenemos. Y, por cierto, una vez más me perdí en las escenas de fútbol por mi total ignorancia de ese deporte; sin embargo no hace falta saber mucho para apreciar la pasión de los personajes y compartir sus triunfos y fracasos. Aunque me hubiera gustado saber por qué la música súbitamente se volvía de suspenso en las tomas del tabulador. Casi esperaba encontrar en él los benditos números de Lost...
Calificación: 7
Un Sueño Posible narra las experiencias del joven Michael Oher (Quinton Aaron), abandonado por su madre drogadicta y olvidado por la sociedad, hasta que la jovial Leigh Anne Tuohy (Sandra Bullock) decide albergarlo en su hogar y hacerlo parte de su familia. De ese modo la extrema timidez y aparente ignorancia de Michael empiezan a disiparse para revelar un entusiasta jugador de fútbol americano que podría destacar en el deporte, si es que logra romper las barreras internas y externas que la vida y la sociedad han erigido a su alrededor.
El libreto está inspirado en hechos reales, aunque eso no logra ahuyentar el olor a Hollywood que satura cada escena de la película, desde los forzados momentos cómicos hasta las obligatorias escenas dramáticas que nos esperan casi al final de la película, tratando de compensar tardíamente la falta de conflicto "serio" durante el resto del relato. Quizás las cosas realmente ocurrieron así; pero de cualquier modo el guión las presenta como el clásico giro trágico que pone en peligro la felicidad de los protagonistas. Lamentablemente no logra evocar suspenso real, y el truco queda exactamente como eso... una artificial manipulación que hemos visto demasiadas veces en películas de similar manufactura.
Pasando al lado positivo, admito que me gustó la ausencia de sermones y excesivo sentimentalismo en lo que podría haber sido una lacrimosa telenovela de fervor cristiano en contra de la injusticia social. El director John Lee Hancock (veterano de The Rookie, otro competente melodrama deportivo) se rehúsa a caer en la fácil trampa de emprender una cruzada ideológica, y prefiere dejar que el mensaje se filtre entre los huecos de la sobria narrativa. Para bien o para mal, Un Sueño Posible no pretende sumergirnos en la sórdida realidad del deficiente sistema social norteamericano (eso se lo deja a Precious), e incluso encuentra momentos de humor en los comentarios racistas de algunos odiosos personajes. No obstante, el atractivo principal de la cinta radica en la aclamada actuación de Sandra Bullock, que le valió el preciado "Premio de la Academia". ¿Lo merece? Tiendo a pensar que no, aunque sin duda disfruté su labor.
En gran medida Bullock repite su clásica rutina de pícara adorable, aunque esta vez la adereza con una sutil gravedad que añade peso y honestidad al papel de ama de casa bondadosa pero audaz, con la capacidad de canalizar sus caprichos en beneficio de sus semejantes. Creo que es una de sus mejores interpretaciones en años recientes, no tanto por las emociones que genera, sino porque se siente mucho más creíble que las incontables mujeres atolondradas que usualmente personifica en el género de la comedia romántica.
Creo que no hay fallas fatales en Un Sueño Posible, así como tampoco hay razones para hacerla indispensable. Fue una agradable experiencia con simples propósitos que cumple con creces: inspirarnos, entretenernos y quizás darnos una ligera lección de humanidad para apreciar lo que tenemos. Y, por cierto, una vez más me perdí en las escenas de fútbol por mi total ignorancia de ese deporte; sin embargo no hace falta saber mucho para apreciar la pasión de los personajes y compartir sus triunfos y fracasos. Aunque me hubiera gustado saber por qué la música súbitamente se volvía de suspenso en las tomas del tabulador. Casi esperaba encontrar en él los benditos números de Lost...
Calificación: 7