Fenómeno Siniestro (Grave Encounters)

Creyendo que no se han realizado suficientes películas de terror construidas con "pietaje real", los Vicious Brothers (?) se unen al movimiento con la cinta Fenómeno Siniestro, cuyo argumento combina la premisa de pseudo-documentales televisivos como Ghost Hunters, con el exagerado drama y cámara en mano de The Blair Witch Project; y si bien la cinta aporta un par de ideas interesantes a la fórmula, sus repetitivas escenas y aburrido desarrollo (por no mencionar algunas escenas obviamente ridículas) arruinan la experiencia y la ponen entre lo peor de un sub-género ya de por sí gastado y consistentemente mediocre.

Al principio de Fenómeno Siniestro aparece uno de los productores de la película para asegurarnos con toda seriedad que lo que estamos a punto de ver son cintas grabadas por los realizadores de un "reality show" llamado Grave Encounters, en el que supuestamente empleaban la tecnología más sofisticada para encontrar manifestaciones paranormales en viejos edificios “embrujados“. Durante cinco episodios todo salió bien; pero en el fatídico sexto episodio el conductor Lance Preston y su equipo de camarógrafos, técnicos y hasta un "médium" visitaron el Hospital Psiquiátrico Collingwood, abandonado desde hace décadas, con la intención de encerrarse durante ocho horas y grabar todo lo que pudieran, no solo en video, sino en audio y hasta en fotografía tradicional, que es donde usualmente se registran más presencias espectrales. Y así vemos las supuestas cintas, con los escépticos miembros del equipo bromeando y buscando “evidencia” por los oscuros corredores del edificio; hasta que su incredulidad inicial se transforma en sorpresa y luego terror cuando encuentran una variedad de inquietantes fenómenos inexplicables. Desafortunadamente eso es tan solo el comienzo, y conforme pasan las horas se dan cuenta de que están en auténtico peligro, y quizás no todos saldrán con vida...

La primera mitad de Fenómeno Siniestro funciona razonablemente bien, cuando vamos conociendo a los personajes y encontrando junto con ellos las primeras señales de actividad paranormal (ahem). Incluso hay atisbos de humor a costa de la patente falsedad de la "televisión de realidad" (como cuando sobornan a un jardinero mexicano para que diga en cámara que vio fantasmas en los prados del edificio). Pero conforme avanza la película parece que el libreto se queda sin ideas, y nos endilga interminables escenas de gritos, cámara frenética y confusas imágenes de largos pasillos donde no ocurre nada. ¿Y debemos "asustarnos" con eso? Para colmo, las actuaciones (no muy buenas para empezar) salen de control y cruzan la línea de la exageración a la histeria, mientras que los eventos sobrenaturales se vuelven cada vez más arbitrarios y absurdos. Los directores tratan inútilmente de mantener el suspenso con el truco del "video casero", pero no logran convencernos, ni interesarnos en el destino de los personajes, cuyas discusiones son tan irritantes que se vuelve un alivio cuando por fin empiezan a ser despachados por los malévolos espíritus del manicomio. En cuanto a los efectos especiales, podemos esperar la gama completa de trucos, desde objetos que se mueven solos hasta las bien conocidas deformaciones digitales de rostros, que nos dan los pocos sobresaltos efectivos de la película (lo cual no es decir mucho).

Entre las ideas novedosas que mencioné al principio tenemos algunas misteriosas distorsiones de tiempo y espacio para acentuar el misterio y sembrar la duda sobre la realidad de la situación, o la intención de los fantasmas (o lo que sea). También me gustó el truco narrativo de mostrarnos algunas evidencias que los personajes no ven al momento de la grabación, lo cual prepara el terreno para futuros sobresaltos al final de la historia (bueno, no es gran cosa, pero al menos indica que la cinta no fue totalmente improvisada). Sin embargo nada de eso compensa la lentitud y pereza de Fenómeno Siniestro, cuyos escasos noventa minutos se sienten interminables cuando debemos pasarlos en compañía de personajes antipáticos y desechables, interpretados por actores que confunden gritos con actuación. Y si a eso añadimos confusa dirección y un guión pobremente escrito, no queda razón alguna para recomendar esta película, sobre todo cuando existen superiores obras que supieron emplear el mismo formato con un poco más de ingenio y ambición. Pero bueno... es un estilo barato y redituable, así que seguirá prosperando mientras sigamos pagando por ver cintas como ésta. Esa es la única realidad que terminó asustándome.
Calificación: 5