Al igual que muchos aficionados a la ciencia ficción, considero la original The Terminator y Terminator 2 como clásicas indiscutibles del género. Creo que me gusta más la primera porque trascendió su humilde condición de "cine B" para convertirse en un inesperado éxito mundial, gracias al ingenioso libreto y la férrea dirección de James Cameron. Además, fue la que mejor aprovechó a Arnold Schwarzenegger, un pésimo actor que sin embargo resultó perfecto para interpretar al rígido e inexpresivo robot del futuro. Tanto Terminator 2 como Terminator 3: Rise of the Machines, cometieron el error de exigirle "actuar", y su incapacidad para hacerlo disminuyó la calidad de ambas cintas. Terminator: La Salvación evita esa falla usando como protagonistas a tres competentes actores que en mayor o menor medida sostienen la película, aunque no logran compensar los ocasionales tropiezos del libreto, sólido en su premisa pero torpe en sus detalles.La película comienza con un breve prólogo ubicado en el año 2007 antes de saltar hasta el año 2018, una década después del "día del juicio" en el que la computadora consciente SkyNet trató de eliminar a la humanidad con un diluvio de bombas atómicas. El plan funcionó casi a la perfección; las grandes ciudades están destruidas y los escasos sobrevivientes se agrupan en aisladas comunidades, ocultándose del cada vez más sofisticado ejército de máquinas empeñadas en el exterminio de la "amenaza humana". Pero aún hay esperanza en la forma de la Resistencia, una bien equipada organización de soldados que luchan por retomar el control del planeta. Entre ellos está el audaz John Connor (Christian Bale), considerado por algunos como el futuro redentor de la humanidad... y por otros como un falso profeta con delirios de grandeza. Entonces, cuando los líderes de la Resistencia diseñan una estrategia casi segura para destruir a SkyNet, Connor se ofrece para dar el golpe final; pero para lograrlo deberá colaborar con un inesperado aliado, que podría ser esencial para la victoria humana... o para su destrucción absoluta.
Independientemente de sus fallas o aciertos, las dos previas secuelas se limitaron a reciclar la fórmula establecida en la película original: un robot viaja al pasado para matar al futuro líder de la resistencia humana. Por el contrario, Terminator: La Salvación presenta una historia distinta ubicándonos en ese aterrador futuro, al que integra cuidadosamente la información que recibimos en las anteriores cintas. De este modo consigue mantener la continuidad y al mismo tiempo distanciarse lo suficiente de sus predecesoras para adquirir identidad propia (aunque las obligatorias frases "I'll be back" y "Come with me if you want to live" se sienten fuera de lugar, y están obviamente colocadas para calmar a los fans que hubieran protestado su ausencia). En ese aspecto siento totalmente válido este relato como parte de la mitología; quizás no era indispensable conocerlo, pero al menos evita la previa redundancia.A pesar de eso, me decepcionaron las abundantes incongruencias y fallas lógicas que presenta. Parece que por cada detalle ingenioso o escena interesante hay una forzada situación o increíble coincidencia que sabotea la película, no fatalmente, pero lo suficiente para desear que el director McG y su equipo de escritores hubieran cuidado más esos simples elementos (por ejemplo, ¿para qué necesitan monitories o teclados los robots? ¿Por qué el corazón mismo de SkyNet está protegido por un sólo androide? ¿Necesitábamos realmente un clásico monólogo de villano al final de la película?).
Entre los aciertos, como dije, está el destacado elenco, aunque también tengo quejas al respecto (no podían faltar). Christian Bale es sin duda un fantástico actor, pero su actuación carece de dimensión; por un lado muestra un balance creíble entre su disciplina militar y sus abundantes dudas internas. Sin embargo, no sentí que proyectara la presencia o carisma de líder que inspira a las tropas, especialmente en uno de los momentos menos creíbles de la película. Y, hablando de motivación, tampoco sentí justificada la actitud de un personaje femenino que toma decisiones abruptas y poco prácticas en un entorno bastante hostil. Afortunadamente el peso de la cinta es compartido por el resto del elenco y, en mi humilde opinión, creo que los mejores momentos están a cargo de Sam Worthington y Anton Yelchin. No sé si fue buena idea dividir la película entre dos protagonistas, pero esas narrativas paralelas aportan variedad y perspectivas complementarias del apocalíptico mundo futuro.Los efectos especiales son vistosos y funcionales. Quizás los robots de Terminator: La Salvación no sean tan espectaculares como los autobots de Transformers 2, pero sus batallas realmente provocan emoción y suspenso... por no mencionar que se entiende lo que ocurre en la pantalla. Punto para McG. Las bien orquestadas secuencias de acción cumplen su función de impresionar sin descuidar los requerimientos de la historia. Y aunque no siempre sean creíbles, al menos tratan de mantenerse en los más nebulosos límites de la realidad (a pesar de ello encontré uno o dos momentos que me recordaron el satírico trabajo de McG en Charlie's Angels).
Creo que Terminator: La Salvación destaca dentro de las estridentes "películas evento" de esta temporada gracias a su ambiciosa dirección y celo narrativo. Puedo recomendarla como una sólida cinta de acción que gana un modesto lugar en la saga de Terminator, e incluso me atrevería a decir que funciona como apto cierre de la saga. Sin embargo, hay un sospechoso olor a secuela en las escenas finales, y sólo queda esperar que los productores no abusen de su suerte y sepan dónde detener la franquicia. Como dice John Connor, "el destino no está escrito". Pero si lo estuviera, ojalá tenga mejores escritores que los de Terminator: La Salvación.Calificación: 8
































