Un Hombre Solitario (Solitary Man)

Generalmente lo que más me interesa en una película es su argumento pero, incluso si no es muy bueno, hay muchos otros elementos que pueden rescatarla. En el caso de Un Hombre Solitario, ese elemento redentor es Michael Douglas... y ni siquiera sé si me estoy refiriendo a su actuación o a su mera presencia. En este punto de su carrera ya no hay mucha diferencia. Claro que aún es capaz de dar vida y realismo a personajes específicos (Gordon Gekko en Wall Street: Money Never Sleeps es un ejemplo reciente), pero incluso en películas malas con personajes trillados (por ejemplo, Beyond a Reasonable Doubt) su participación basta para hipnotizar al espectador durante noventa minutos y crear la ilusión de entretenimiento. Supongo que esa es la auténtica marca de una "estrella de cine", que le permite trascender el éxito económico o la efímera popularidad. En otras palabras, no me gustó Un Hombre Solitario, ni podría recomendarla; pero disfruté la experiencia tan solo por ver a Michael Douglas en otra de sus carismáticas interpretaciones.

En esta ocasión Douglas tiene el papel de Ben Kalmen, otrora exitoso magnate en el negocio de los autos usados, hasta que ciertas operaciones ilegales destruyeron su reputación. Su vida privada tampoco fue fácil, pues sus múltiples infidelidades terminaron destruyendo su matrimonio con Nancy (Susan Sarandon), y perjudicaron la relación con su hija Susan (Jenna Fischer). E incluso ahora, viviendo con Jordan (Mary-Louise Parker), una mujer más joven, Ben sigue persiguiendo chicas universitarias. Sin embargo ya lo está alcanzando la edad, tiene problemas de salud, y sus esfuerzos por reiniciar su negocio están por derrumbarse. ¿Podrá usar su talento como vendedor para restaurar su vida?

Para no darle muchas vueltas, Un Hombre Solitario es básicamente uno de esos "estudios de carácter" que tanto les gustan a los escritores de Hollywood. La historia propiamente casi no existe, lo cual nos deja con una larga cadena de escenas dramáticas, diálogos profundos y conflictos familiares, todo ello anclado por un protagonista lleno de fallas y problemas que, a pesar de todo, trata de redimirse. Como dije, los actores (con Douglas a la cabeza) logran ahuyentar el aburrimiento... hasta cierto punto. Pero por mucho esfuerzo que hagan, cuesta trabajo mantener el interés en una trama monótona y carente de dirección. O, quizás sea más apropiado decir "carente de movimiento". Aunque hay un par de giros inesperados en el libreto, no parece haber un impulso narrativo hacia una conclusión lógica o satisfactoria. Solo múltiples instancias de Ben comportándose como un patán insensible, y enfrentando las consecuencias de sus acciones. ¿Hay algún mensaje importante en esto? ¿No actúes como un patán insensible? Creo que pudo sacarse algo más sustancioso de esta premisa, pero bueno… quizás no hubiera sido tan “artístico”.

Los pocos (y muy breves) momentos que realmente brillan son los que Douglas comparte con Danny DeVito. Asumo que su colaboración en muchas películas debe reflejar una amistad en la vida real, y eso les da una química natural y creíble, cuyo humor mientras platican sobre "los viejos tiempos" está sazonado por cierta gravedad cuando chocan sus opiniones sobre otros temas. De nuevo, no sé si estoy hablando de los personajes, o de los actores. Como sea, fue lo que más me gustó de la película, aunque tampoco quiero despreciar el trabajo de Jenna Fischer en un raro rol dramático; Mary-Louise Parker, prácticamente en un cameo como el nuevo "amor" de Ben, aunque solo sea por conveniencia; Imogen Poots como la cínica e inteligente estudiante que aprende algo de su veterano padrastro; Jesse Eisenberg como el tímido estudiante que encuentra en Ben un mentor con inusuales consejos sobre mujeres; y Susan Sarandon como la ex-esposa del protagonista, quien toma filosóficamente las constantes "travesuras" de su inmaduro "ex". Entonces, repito, no me gustó Un Hombre Solitario como película, pero disfruté las actuaciones y no sentí que perdiera mi tiempo. O quizás sí; definitivamente me hubiera divertido más viendo de nuevo Wonder Boys o, para el caso, The War of the Roses. Sin embargo aprecio el trabajo de Douglas en su madurez; ojalá encuentre nuevas películas que sepan aprovecharlo, mientras haya tiempo.

Calificación: 6