Nunca es buena señal cuando al principio de una película vemos el logo de la Federación Mundial de Lucha Libre (WWE, o alguna de sus subsidiarias). No deseo juzgar a los aficionados de tal actividad, pero creo que sería imposible negar que a lo largo de los años esta organización ha co-producido películas de ínfima calidad (como la risible The Marine), cuya única razón de ser (además de hacer fácil dinero) ha sido promover algún personaje moldeado por los diestros equipos de mercadotecnia e imagen que manejan ese deporte. Me abstengo de poner comillas en la palabra "deporte" porque si bien desconfío de su legitimidad, no pongo en duda el desempeño físico de quienes lo practican. En otras palabras, los resultados de las batallas podrán ser falsos, pero el entrenamiento y algunos golpes deben sentirse reales.
Además, entiendo la conexión entre lucha libre y cine (especialmente en el género de acción... ojalá el destino no nos depare algún drama o comedia romántica con un monolítico luchador en el papel principal). Después de todo, en una actividad donde el éxito depende de la popularidad, podemos estar seguros de que las grandes figuras serán al menos personas con gran carisma y "showmanship", que fácilmente podría trasladarse del ring a la pantalla grande, como ocurrió con Dwayne "The Rock" Johnson, la persona que mejor ha logrado la transición de luchador a legítimo actor... si no contamos a Tor Johnson.
Esta vez le toca el turno a Steve Austin (nombre real: Steven Williams) y aunque no tiene el talento de Johnson (Dwayne), al menos muestra adecuada presencia escénica y atisbos de humor que suavizan su extra-ruda apariencia, haciéndolo accesible como héroe de acción incluso en las más predecibles y genéricas escenas de Los Condenados. La desechable trama combina ingredientes bien conocidos, que no requieren gran preparación ni desarrollo para meternos de lleno en la acción: diez violentos prisioneros condenados a muerte son involuntariamente reclutados para participar en un cuasi-legal "webcast" donde los "concursantes" deberán luchar hasta la muerte, y el único sobreviviente ganará una considerable suma de dinero... por no mencionar su libertad. Pero el conflicto no está confinado a un ring o arena, sino a lo largo y ancho de una agreste isla tropical, lo cual provee amplia oportunidad de planear emboscadas, acechar a los enemigos y despacharlos de muy creativas maneras. ¿Logrará sobrevivir el héroe de la película?
Por mucho que quiera burlarme del burdo libreto y su falta de originalidad, admito que pasé un buen rato viendo Los Condenados; después de todo, no aspira a ser siquiera una sobresaliente película de acción, sino sólo un plato de comida rápida que satisfaga momentáneamente para olvidarse diez minutos después. Como dije, Steve Austin encaja bien en el papel de estoico y silencioso anti-héroe (supongo que fue buena idea no darle extensos diálogos dramáticos), y el resto del elenco ocupa con igual acierto sus ingratos roles, desde los variados prisioneros (que incluyen una pareja casada y al siempre entretenido Vinnie Jones), hasta los organizadores de la operación, cuya villanía queda establecida en los primeros segundos de la película.
Desde la original The Most Dangerous Game, de 1932 (basada en un cuento corto publicado en 1924) hemos visto muchos refritos del concepto de "cacería humana"; algunos, como The Running Man son huecos ejercicios de acción con poca sustancia; otros, como Battle Royale y su secuela, imprimen inusitada profundidad y significado a la violencia. Los Condenados se apega más a la primera descripción, pero lo hace de manera suficientemente profesional y directa para lograr su simple propósito de entretener y sorprendernos levemente con unas contadas muertes sangrientas. Supongo que también trató de dejarnos un mensaje sobre la violencia en los medios de comunicación y la hipocresía de quienes los condenan (ahem), pero será mejor dejar esas denuncias a un lado y simplemente divertirnos con esta vetusta receta de acción y violencia que al menos está bien dirigida y ofrece abundante brutalidad sin disculparse por sus excesos mientras que otras películas, más caras y prestigiosas, deben limitarse para no arriesgar su éxito en taquilla. Francamente, prefiero la honesta y superficial ultra-violencia de Los Condenados en vez de la insípida y sobredirigida pseudo-acción de Max Payne, Babylon A.D. o Bangkok Dangerous.
Calificación: 7.5
Señor,no le parece que este filme es basura, claro que los tres filmes que nombra al final tambien son pesimos, pero Los condenados no solo tiene violencia-light sin sentido sino que intenta dar un mensaje contra la violencia, pero los que van a ver estas cintas son a los que les gusta este tipo de violencia y ademas lo hace mal por lo cual no llega a inmpactar al espectador, haciendo que lo olvide.
ResponderBorrarKira: Gracias por tu interpretación de esta humilde película. No deseo contradecirte, sino sólo señalar que en ocasiones esa "violencia light", empleada en el contexto correcto, puede resultar entretenida aunque carezca de mensaje. Y creo que "Los Condenados" logra en cierta medida ese simple propósito. Pero entiendo si no lo consideras así. Muchas gracias y saludos.
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