El legendario Orson Welles es más conocido como  director de la venerada película Citizen Kane, y como escritor, actor y  productor de la notable adaptación radial de War of the Worlds, que en 1938 causó pánico en los  Estados Unidos cuando miles de personas creyeron que se trataba de un  noticiero real anunciando la invasión de los marcianos. Pero antes de  todo eso Welles fundó la compañía teatral Mercury en 1937, donde empezó a  afinar su celebrado estilo. Y pocas cosas lo demuestran mejor que su  ingeniosa adaptación de Julio César, la icónica obra de William  Shakespeare, en la que trasladó la acción a la moderna Italia fascista  de Mussolini (o al menos moderna en aquella época).  La cinta Me and Orson Welles, de Richard  Linklater, entreteje realidad y ficción al contarnos las aventuras de  Welles y su compañía durante la preparación de esa puesta en escena,  llena de problemas, humor y hasta romance. El resultado es un  entretenido bocadillo histórico, con buen sabor pero demasiado ligero,  en gran parte por la cantidad de ingredientes que se usaron en su  confección.Al principio de Me and Orson Welles encontramos al joven estudiante Richard Samuels (Zach Efron) reclutado casi accidentalmente por el mismísimo Orson Welles (Christian McKay) para interpretar el papel de Lucio en su audaz versión de Julio César. Así vamos conociendo, a través de Richard, las relaciones y dinámica dentro del Teatro Mercury, desde las indiscreciones románticas de Welles hasta los conflictos con su sufrido productor John Houseman (Eddie Marsan). La guía de Richard en este nuevo mundo es la inteligente y servicial Sonja Jones (Claire Danes), firme creyente en el talento de Welles y enamorada del ambiente teatral. Desde luego el joven queda prendado con ella, aunque quizás no pueda competir con la ascendente carrera de la muchacha.
Me and Orson Welles no es  una biografía de Orson Welles, ni un serio análisis de su innovadora  versión de Julio César, pero quizás debió serlo. En cierto sentido la  película me gustó mucho; las actuaciones son generalmente buenas y el  libreto ofrece interesantes revelaciones sobre el mito de Welles,  entregadas con humor y detalles históricos bien seleccionados (no  necesariamente verídicos). Sin embargo la trama abarca muchos  aspectos absolutamente fascinantes, y por falta de tiempo sentí que no  profundizó en ellos tanto como me hubiera gustado. Quizás reduciendo el  enfoque de la narrativa hubiera sido posible examinarlos con mayor  detenimiento, ya fuera el contraste entre la genialidad de Welles y sus  vicios humanos, o la divertida vida "tras bambalinas" donde chocan  tantas personalidades creativas, o incluso el proceso requerido para  adaptar Shakespeare a una alegoría política moderna. Pero cuando tantas  sub-tramas comparten la atención, es natural que se sientan fracturadas y  superficiales... sobre todo si son constantemente interrumpidas por el  obligatorio romance que aporta muy poco a la película.
Entre lo  mejor que aporta es la presencia de Claire  Danes; su luminoso rostro y estilo de actuación se presta  maravillosamente bien para el período histórico de la película, y su  personaje (al mismo tiempo soñador y práctico) es instantáneamente  atractivo, especialmente cuando le explica al protagonista (y a  nosotros) los manejos y costumbres en el Teatro Mercury. El popular Zach Efron  tiene un decente desempeño como el inexperto estudiante, asombrado ante  su buena fortuna pero con suficiente confianza para alcanzar el estándar  requerido por Welles; sin embargo Efron se ve constantemente opacado  por los más experimentados actores que lo rodean... lo cual nos lleva al  increíble Christian McKay, cuya interpretación de Orson Welles se roba  la película entera (aunque vale decir que tiene práctica). De acuerdo a la estructura  del libreto su papel es solo secundario, pero la fuerza de su actuación y  su arrolladora personalidad lo convierten en la figura central, ya sea  que aparezca en la escena o no. Tan solo por Danes y McKay vale la pena  ver Me and Orson Welles; lástima que el  libreto no quiso explotarlos mejor.
De cualquier modo disfruté  mucho esta película, y si me quejo es solo porque tiene tantas cosas  buenas que terminan estorbándose. Inicialmente pensé que el estilo  vanguardista y melancólico del director Richard  Linklater no encajaría bien en una cinta “de época” (como ocurrió  parcialmente en The Newton Boys); sin embargo  resultó muy compatible, manteniendo un travieso guiño hacia los  convencionalismos del Hollywood clásico, sin perder de vista el  dinamismo y estructura requeridos para atraer al público contemporáneo. A  pesar de mis quejas Me and Orson  Welles me pareció una película absolutamente recomendable, que  sin duda será más divertida para quienes estén familiarizados con la  vida del genial Orson Welles; pero incluso quienes apenas reconozcan el  nombre podrían encontrar suficiente razón para investigar su obra gracias a esta simpática película, cuya desmedida  ambición narrativa fue su único pecado. Tratándose de Orson Wells,  supongo que resulta apropiado; por algo lo seguimos recordando.Calificación: 8.5
  
3 comentarios:
Pablo, esta película la viste en el cine o en DVD?
saludos!
Pablo: el otro día vi Amistad, de Spielberg, y me gustó mucho. Me pareción una gran película con buenas actuaciones e inusual impacto emocional. No me explico por qué quedó tan olvidada esa película.
Saludos!
Question: La vi en TV, por medio del servicio Dish OnDemand. Saludos!
Anónimo: Totalmente de acuerdo! Tampoco se por qué nunca se le ha tratado con la misma reverencia que Schindler's List o The Color Purple. Alguna vez leí que su argumento confunde algunos elementos históricos, pero eso no le quita el impacto a la película por sí misma. Como sea, me da gusto que siga descubriéndose después de tantos años. Un saludo y mucha suerte!
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