Operación Skyfall (Skyfall)

Lo diré de una vez: Operación Skyfall es la primera película de James Bond que genuinamente me ha gustado en más de veinticinco años. Cierto, aprecié el estilo "realista" que adoptó la saga desde que Daniel Craig tomó el papel del legendario espía británico; y sin duda me gustó la tendencia de emplear directores talentosos, aunque no necesariamente asociados con el cine de acción. Sin embargo las cintas Casino Royale y Quantum of Solace me parecieron de algún modo menos que la suma de sus partes; buenos actores, buena dirección, espectaculares secuencias de acción... pero con argumentos tediosos o tan "sofisticados" que terminaban ignorando la emoción que deberían producirnos las aventuras de este icónico personaje. Afortunadamente el cineasta Sam Mendes no olvidó ese importante elemento, y gracias a ello su interpretación de Bond es más intensa, íntima y dinámica que la de cualquier otra cinta desde que Timothy Dalton abandonó la franquicia.

Como siempre, Operación Skyfall comienza con una extraordinaria secuencia de acción en la que James Bond (Daniel Craig), con ayuda de la novata agente Eve (Naomie Harris), persigue al individuo que robó una lista con la identidad secreta de muchos agentes británicos infiltrados en organizaciones terroristas. Desafortunadamente la persecución termina con la escapatoria del ladrón. Tres meses después M (Judi Dench), directora del servicio de inteligencia foráneo, debe enfrentar acusaciones de incompetencia cuando un misterioso villano revela públicamente la lista, provocando que muchos agentes secretos sean ejecutados en territorio enemigo. Por si fuera poco, el Ministro de Inteligencia y Seguridad Gareth Mallory (Ralph Fiennes) sugiere el retiro de M, pues siente que la "época de los espías" ya terminó gracias al nuevo entorno cibernético donde ahora se libran las batallas políticas. ¿Quedará alguien que pueda encontrar al villano y salvar el nombre de M, aunque sea utilizando estrategias de "la vieja escuela"?

Llevo años diciendo que lo mejor de las recientes películas de James Bond ha sido la actuación de Judi Dench como M; por eso me dio mucho gusto encontrarla en Operación Skyfall como una participante más activa de la historia, en vez de quedar relegada a la elegante oficina donde ocasionalmente regaña a Bond por no seguir las reglas. Creo que me gusta tanto el personaje de M porque es el único que evoca el genuino cine de espías, donde la intriga y el suspenso eran más importantes que la acción y las explosiones. Afortunadamente el director Sam Mendes rescató esos viejos valores, y aunque ciertamente hay excelentes escenas de acción en Operación Skyfall, lo que más recuerdo después de verla son los momentos dramáticos y la grata interacción entre Bond y el resto del elenco, no solo Dench, sino la novata agente interpretada por Naomie Harris, y Javier Bardem como el obligatorio antagonista quien, por cierto, resulta ser uno de los mejores villanos en la historia de la franquicia. Su mezcla de ambición, traumas emocionales y cinismo lo hacen tan interesante como Bond mismo, y aunque quizás Bardem exagera un poco su actuación en algunos momentos, no cabe duda que logra transmitir un aire de amenaza combinado con vulnerabilidad rara vez encontrada en el cine de acción. Basta con ver la absolutamente hipnótica escena donde lo introducen por primera vez.

Sin embargo los héroes reales de la película son los guionistas Neal Purvis, Robert Wade y John Logan. Me gustó mucho cómo inician la trama con un tono épico de alcance global, y luego reducen gradualmente la escala hasta un conflicto intensamente personal, concentrando el suspenso y el impacto de la acción al mismo tiempo que apoyan el desarrollo de los personajes. En un nivel más abstracto, los escritores diseccionan la esencia misma de James Bond, extirpando el relleno y tumefacción narrativa que acumuló a lo largo de cincuenta años, y terminan replanteando muchos elementos de la saga con base firme en las novelas de Ian Fleming, pero dejando abiertas las puertas para innovaciones y aventuras futuras. Y además de todo eso, tienen tiempo para divertirnos con traviesos guiños y referencias al legendario pasado de Bond y sus más icónicos elementos: la pistola Walther PPK, el martini agitado (no revuelto), la obligatoria visita al casino y, desde luego... el Aston Martin DB5. En otras palabras, una sincera "carta de amor" al personaje como complemento de una muy necesaria resurrección que le devuelve el vigor y energía de antaño.

Desde luego no puedo hacer tantos halagos sin balancearlos con algunas quejas sustanciales. Me gustó mucho el libreto, pero también encontré múltiples inconsistencias, fallas lógicas y agujeros narrativos que con alarmante frecuencia me "sacaban" de la película por su obvia presencia. No puedo enumerar todos porque revelaría "spoilers" considerables, pero creo que puedo mencionar un par de instancias bastante representativas de los problemas mencionados. Ejemplo 1: La increíble secuencia inicial termina con una tragedia que pudo ser fácilmente evitada con una o dos palabras que a nadie se le ocurrió decir. Ejemplo 2: Eventualmente la trama nos lleva a una secuencia de "hackeo" computarizado tan ridículamente falsa que hace que Swordfish parezca realista. Sí, son detalles pequeños pero son muchos, y su acumulación a lo largo de la película desinfló un poco mi entusiasmo por esta sólida y muy entretenida re-invención de James Bond, un personaje que yo ya había descartado como reliquia histórica incapaz de sobrevivir en un entorno dominado por más exitosos imitadores "modernizados", como Jason Bourne o Ethan Hunt. Pero bueno, a fin de cuentas los aciertos de Operación Skyfall superan con creces las fallas, y me da gusto poder finalmente recomendar con entusiasmo una nueva película de James Bond. Espero sinceramente que esto marque un cambio de dirección en la saga (si la familia Broccoli es inteligente, seguramente llevará varios camiones de dinero a la casa de Sam Mendes para garantizar su participación en las siguientes películas). Y en cuanto a Judi Dench, sigo empeñado en que deberían darle su propia franquicia de precuelas donde la viéramos combatiendo a los enemigos del Imperio con astucia y "spycraft", en vez de automóviles invisibles y plumas explosivas.
Calificación: 9