La película School of Rock (2003), del director Richard Linklater, es definitivamente una de mis comedias favoritas, no solo por su excelente contenido musical, sino por el humor y energía del actor Jack Black (aunque comprendo por qué mucha gente no traga su "extrema" personalidad). Por eso me entusiasmó enterarme de que Black y Linklater colaborarían nuevamente en un proyecto llamado Bernie, basado en un extraño crimen cometido a fines de los años noventas en un pequeño pueblo de Texas. ¿Lograría el par capturar la misma magia a pesar del sórdido tema y tradicionalista locación? La respuesta es un definitivo "tal vez". El humor es muy distinto y el nivel de energía es mucho más conservador, pero en general persiste la alquímica mezcla de atributos que Black y Linklater aportan a una historia difícil de clasificar y fácil de disfrutar. Ah, y de paso Black encuentra nuevas oportunidades para cantar en cámara.
El epónimo Bernie Tiede (Jack Black) es un afable individuo de treinta y tantos años que ejerce considerable influencia en el pequeño pueblo tejano de Carthage, al que llegó originalmente para trabajar como director de funerales (perdón, asistente del director de funerales) en una modesta casa funeraria. Al principio llamó la atención su encanto personal y fino tacto para tratar a los dolientes, pero al poco tiempo Bernie se introdujo (con mucho éxito) en todos los aspectos sociales y culturales de Carthage, desde teatro amateur hasta organizaciones caritativas. Sin embargo su mayor triunfo llega cuando logra hacer amistad con la viuda Marjorie Nugent (Shirley MacLaine), una mujer cruel, amargada e inmensamente rica que no se lleva bien ni con los codiciosos miembros de su familia. Bernie, intuyendo el vacío emocional en la vida de Marjorie, empieza a visitarla y a tratar de aliviar su soledad. Entonces, para sorpresa de sus siempre fisgones vecinos, la viuda se vuelve gradualmente más sociable, apoyándose en Bernie como su gran amigo y compañero constante. ¿O acaso habrá algo más? La relación parece inocente, pero termina despertando las sospechas de algunas personas, incluyendo al Alguacil Buck (Matthew McConaughey), quien decide investigar por qué nadie ha visto personalmente a Marjorie desde hace varios meses...
Si no estuviera basada en una historia real (que refuerza el viejo adagio "la realidad es más extraña que la ficción"), sería difícil aceptar el bizarro comportamiento de Bernie, así como la inusual reacción del pueblo cuando se revela el secreto de su más admirado ciudadano. Jack Black demuestra su genuino talento como actor, alejándose de sus habituales bufonadas para crear un personaje al mismo tiempo natural e inescrutable, que podemos interpretar según nuestra percepción particular. El director subraya esa ambigüedad con una atmósfera tragicómica que nubla su genuina intención... ¿Es una comedia negra en el estilo de los Hermanos Coen? ¿Un cínico drama rural como In Cold Blood? ¿O simplemente un acertijo que ni siquiera el cineasta sabe resolver? A fin de cuentas no tiene importancia la respuesta, pues la fascinación de la cinta radica en sus dilemas éticos y en las contradictorias opiniones de la "gente normal" de Carthage.
De hecho, tengo la teoría de que el director usó esta singular historia tan solo como disfraz del auténtico propósito de Bernie: un examen simultáneamente crítico y afectuoso de las dinámicas sociales que mueven los pueblos pequeños, donde todos conocen (o creen conocer) la vida de los demás, y donde la opinión pública es más importante que la verdad objetiva (si es que existe tal cosa). Linklater emplea un estilo semi-documental para "llenar los huecos" de la trama... y no me refiero al estilo "documental" de frenética cámara en mano que tanto gusta en el género de terror, sino a un auténtico formato documental con entrevistas y comentarios de las personas reales que conocieron a Bernie, intercalados armónicamente con escenas interpretadas por Black, MacLaine y Matthew McConaughey quien, por cierto, ofrece una actuación muy divertida como el arrogante policía que por fin encuentra un caso suficientemente "jugoso" para aplicar sus agudos instintos investigadores (al menos en su propia opinión). Y, bueno, sobra decir que Shirley MacLaine es absolutamente perfecta como la viuda Nugent, al mismo tiempo dominante y vulnerable, lo cual explica hasta cierto punto su compleja relación con Bernie.
Afortunadamente no hay demasiadas explicaciones, y esa falta de respuestas es lo mejor de la película (en mi humilde opinión). El libreto quizás se ciñe a los "hechos reales", pero detrás de esos hechos hay un universo de posibles interpretaciones que queda a nuestro cargo definir. Para algunos el final será apropiado y evidente; para otros será injusto y deprimente. No obstante, como dije antes, lo importante no es tomar una postura absoluta, sino admirar el precario balance que Linklater y Black mantienen durante toda la película, dándole una identidad única y más memorable que si hubiera sido un melodramático recuento de un "escándalo grande en pueblo chico". Entonces, Bernie no fue "School of Rock 2" (afortunadamente), pero de cualquier modo merece una recomendación, con la advertencia de que el entorno semi-rural y la gentil ejecución podrían aburrir a los espectadores que buscaban un drama más obvio y contundente. Rara vez hay humor en un crimen, pero en este caso Linklater supo encontrarlo y transmitirlo sin ofender a las víctimas ni excusar a los culpables. Ah, y para fans de Tenacious D, prepárense para escuchar a Black cantando himnos religiosos y números de opereta; no lo hace mal, pero definitivamente prefiero "Kickapoo".
Calificación: 8.5
Estimado Pablo: ¿como buen amante del cine fantástico ochentero, qué calificación le darías a la película "The Boy Who Could Fly" de Nick Castle? Yo le doy un 6,5.
ResponderBorrarKoolebra: No la he visto desde los ochentas, y por lo tanto mis recuerdos son muy borrosos, pero creo que me gustó bastante en aquel entonces. Le pondría 8.5 basado únicamente en esa memoria positiva. Saludos!
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