sábado, 28 de abril de 2012
"Los Vengadores" (The Avengers)
Desde la más temprana edad me gustaba leer comics, pero no fue sino hasta los diez u once años cuando empecé a coleccionarlos sistemáticamente, siguiendo títulos específicos y sumergiéndome en las respectivas mitologías de Marvel y DC (nunca fui "exclusivo" de alguna editorial). Entre los primeros comics que tomé "en serio" fue The Avengers, pues Stan Lee ya sabía que el secreto para capturar al público no estaba en las batallas cósmicas y coloridos disfraces, sino en el examen del lado humano y vulnerable de los personajes. The Avengers era el medio perfecto para ello, pues reunía un grupo de superhéroes con muy distintas ideologías y personalidades, de modo que su mera interacción era tan entretenida (o a veces más) que sus peleas contra villanos y demás amenazas. Afortunadamente el director Joss Whedon comprende instintivamente esta gran verdad (como ha demostrado en la larga lista de proyectos que lo han consagrado como "dios nerd"), y me alegra decir que la película Los Vengadores es una afortunada conjunción de artista y material, como no había visto desde la primera Spider-Man.
Continuando lo establecido en las cintas Thor y Captain America: The First Avenger, Los Vengadores comienza con el análisis de la fuente de energía denominada Tesseract, cuyo ilimitado poder podría representar energía limpia e inagotable para la humanidad... o al menos eso es lo que el Coronel Nick Fury (Samuel L. Jackson) quiere que pensemos. Pero el semi-dios Loki (Tom Hiddleston), aún sediento de venganza contra su hermano Thor y contra la humanidad entera, tiene un plan para robar el Tesseract, y de paso conquistar al mundo. Entonces Fury se da cuenta de que existen amenazas mucho más grandes de lo que puede enfrentar con la organización S.H.I.E.L.D., y se da a la tarea de reunir a varios extraordinarios individuos (y un semi-dios) para prepararse contra el inevitable ataque de Loki. Desafortunadamente el Capitán América (Chris Evans), Iron Man (Robert Downey Jr.), Natasha Romanoff (Scarlett Johansson), Bruce Banner (Mark Ruffalo) y el agente Clint Barton (Jeremy Renner) se muestran recelosos y desconfiados... sobre todo porque Barton fue hipnotizado por Loki para trabajar de su lado.
Bueno, la trama se complica bastante, pero prefiero detenerme ahí para no revelar demasiado. Baste decir que Whedon escribió un libreto generalmente balanceado para re-introducir a los personajes, justificar su alianza y ponerlos a pelear como equipo contra una de esas amenazas cósmicas que Nueva York sufre con tanta frecuencia. Digo "generalmente balanceado" porque en una historia tan saturada de personajes, acción y drama, se vuelve inevitable tener algunos tropiezos en el libreto y algunos roles mal desarrollados. Por ejemplo, Loki sigue pareciéndome un villano flojo y ambiguo; su motivación y sus métodos no son consistentes con lo que hemos visto en los comics, donde puede ser un formidable y malicioso manipulador (después de todo se trata del arquetípico "trickster"). También encontré un poco torpe la secuencia del “Heli-Carrier” (aunque el vehículo mismo superó todas mis expectativas de “fanboy”), donde Iron Man y el Capitán América tratan de reparar un motor durante quince minutos... parece una pobre excusa para insertar una aparatosa escena de acción. Y, para ser uno de los personajes principales, no sabemos prácticamente nada de Clint Barton. Por suerte está interpretado por Jeremy Renner, un actor tan bueno que con una sola mirada podemos deducir su carácter y su relación con otro miembro del equipo, así que no hay mucho problema; pero aún así yo hubiera preferido que se sacrificara alguna de las escenas de acción gratuitas para sacarle más dimensión a un personaje potencialmente interesante.
De cualquier modo estos son problemas menores, y ocurren principalmente durante la primera mitad de Los Vengadores, cuando apenas se "acomodan las piezas" de la historia. Por lo demás, Whedon consiguió una entretenida y satisfactoria (e inesperadamente graciosa) culminación del “universo cinemático” que Marvel Studios construyó desde Iron Man en el año 2008, y me dio gusto ver por fin cosechadas las semillas que se plantaron en aquella película. En lo que respecta a los actores, todos se notan más maduros y confortables en sus roles. Cuando vi Captain America: The First Avenger, tenía dudas sobre la juventud del protagonista, pero me complace decir que, en efecto, Chris Evans logró evocar la gravedad y liderazgo que convierten al Capitán América en la conciencia y "alma" de Los Vengadores. Lo mismo aplica a Chris Hemsworth como Thor, más cuidadoso con su poder y más conciente de sus responsabilidades hacia Asgard y hacia la Tierra. El que sigue deliciosamente inmaduro es Robert Downey, Jr. repitiendo con gran entusiasmo al ególatra y carismático Tony Stark. Finalmente, Scarlett Johansson como Natasha Romanoff y Mark Ruffalo como Bruce Banner quedan como personajes secundarios (junto con el mencionado Renner), pero sus vivaces diálogos y sólidas actuaciones evitan que se pierdan en el caos de la historia.
Como ocurre con las mejores películas (y, para el caso, con los mejores comics), lo que más se quedó en mi memoria fueron los momentos dramáticos de Los Vengadores, así como la interacción de sus personajes. Sin embargo, eso no impide que la acción sea vibrante, explosiva y muy emocionante. Quizás la escala de la destrucción urbana en la batalla final no está al mismo nivel que la de Transformers: Dark of the Moon pero, por otro lado, Los Vengadores no termina mareando y saturando nuestros sentidos. Por el contrario, la acción es siempre clara y hasta lógica (bueno, tan lógica como puede serlo en el Universo de Marvel), y la cooperación entre los héroes se siente orgánica y justificada. Se nota que Whedon conoce a la perfección la mitología de estos personajes, entiende el lenguaje narrativo de los comics y, más importante, sabe cómo balancearlo con el estricto paradigma del "cine espectáculo", resultando en una triunfal obra que, sin ser perfecta, cumple su cometido y establece las bases de una franquicia prácticamente inagotable. Hablando de lo cual... ¿cuándo dejarán finalmente que Brian Michael Bendis o Mark Millar escriban el libreto de una película Marvel? La combinación Bendis/Millar/Whedon sería extraordinaria, y espero sinceramente que la veamos en The Avengers 2 o, como quizás debería llamarse, The Ultimates.
Calificación: 9.5
viernes, 27 de abril de 2012
¡Piratas! Una Loca Aventura (The Pirates! Band of Misfits)
Lo que me pareció más interesante de ¡Piratas! Una Loca Aventura fue el cambio de nombre que sufrió alrededor del mundo. En su nativa Inglaterra el título "oficial" es The Pirates! In an Adventure with Scientists (¡Los Piratas! En una Aventura con Científicos), pero en muchos países (incluyendo México y Estados Unidos) llega con el título en inglés de The Pirates! Band of Misfits (¡Los Piratas! Banda de Desadaptados). Obviamente los distribuidores temieron que la mención de "científicos" alejaría a los niños (y quizás algunos padres) por pensar que se trata de una cinta educativa o "ñoña". En fin, dejaré las conclusiones a personas más inteligentes que yo; simplemente me limito a señalar esta vergonzosa anécdota. Regresando al tema cinematográfico, la película me pareció medianamente divertida y fundamentada en una innovadora premisa, pero está muy distante del mejor trabajo que ha realizado el estudio británico Aardman Animations.
La trama gira en torno al Capitán Pirata (voz de Hugh Grant), cuyo sueño dorado es ganar el premio de Pirata del Año, el cual se decide principalmente por la cantidad del botín que el triunfador haya recaudado en sus viajes por los mares. Sin embargo, la competencia está muy fuerte ese año, y el Capitán tiene pocas probabilidades de ganar. Pero cuando aborda el barco de un cierto científico inglés, descubre que su "perico" Polly podría ser mucho más valioso de lo que aparenta. Entonces la aventura se traslada a las calles de Londres, donde los piratas y el científico tratan de probar el valor del ave, mientras se escabullen de los guardias de la Reina Victoria (voz de Imelda Staunton), quien odia a los piratas y está determinada a exterminarlos. Sin embargo, como usualmente ocurre, el peligro principal podría estar mucho más cerca de lo que el Capitán sospecha...
El estudio británico Aardman Animations es más famoso por los fantásticos cortometrajes de Wallace and Gromit, por los cuales han ganado Óscares y todo tipo de premios. Su primera incursión en largometrajes fue con la sólida Chicken Run, pero desde entonces su calidad ha tendido a decaer (con la fugaz excepción de Wallace & Gromit: The Curse of the Were-Rabbit). Desafortunadamente ¡Piratas! Una Loca Aventura continúa la tendencia, pues si bien está llena de pintorescos personajes y situaciones vagamente divertidas, la historia es tan blanda que no logra generar emoción alguna, o interés por los personajes. Me gustó el brusco giro "científico" que da la trama, pues se aleja de las dudosas prácticas de los piratas, al mismo tiempo que estimula nuestra imaginación con apariciones de célebres personajes históricos y menciones de "meta-humor" bien planteadas y de indudable ingenio; no obstante, las frecuentes (e innecesarias) secuencias de acción, así como el forzado desenlace (el cual me recordó The Freshman) restan fuerza a los atributos de la cinta y desmeritan el esfuerzo de los artistas que colaboraron en su realización.
Hablando de lo cual (y hablando de "ñoños"), aquí va mi queja principal como nerd de la animación: me encanta la técnica de "stop-motion" empleada en ¡Piratas! Una Loca Aventura y me da enorme gusto que Aardman siga usándola en vez de caer en la fácil trampa de la animación digital. El simple hecho de que los personajes y algunos escenarios existan en el mundo real como marionetas con esqueleto metálico y maquetas increíblemente detalladas refuerza (al menos en mi humilde opinión) los puntos buenos de la cinta; sin embargo siento que los realizadores están apoyándose demasiado en auxiliares digitales, y ya casi perdieron por completo el "look" imperfecto y artesanal que podemos admirar (por ejemplo) en los mencionados cortos de Wallace and Gromit, o en la encantadora serie televisiva Creature Comforts. En este aspecto creo que el norteamericano Henry Selick está manteniendo un mejor balance entre "hecho a mano" y 3D, como podemos ver en sus cintas Coraline y Monkeybone. Fin de la diatriba de Comic Book Guy. Entonces, creo que ¡Piratas! Una Loca Aventura puede divertir a los niños, y sin duda me pareció más entretenida que otras recientes cintas animadas (bueno, tampoco he visto muchas últimamente porque ya me intoxiqué de pixeles), así que puedo darle la más tenue recomendación para pasar una amable tarde familiar. Sin embargo, en el contexto de la obra del estudio Aardman, es otro paso hacia atrás, así que hubiera preferido quedarme en casa para ver un par de episodios de Creature Comforts y ahorrarme el viaje al cine. O, en el peor de los casos, hubiera visitado a otros "piratas" para verla en casa sin gastar tanto dinero.
Calificación: 6.5
martes, 24 de abril de 2012
Una Separación (A Separation)
Largamente aclamada como una de las mejores películas del 2011, Una Separación tardó bastante en llegar a México, pero por fin podemos confirmar las virtudes de esta cinta iraní, cuyo engañosamente simple argumento oculta devastadoras reflexiones sobre la naturaleza humana, por no mencionar una fascinante mirada a la vida "normal" en Irán, un país probablemente incomprendido por los habitantes del mundo occidental. Habiendo dicho eso, debo decir que me gustó más por su contenido cultural que por su argumento, y no estoy seguro de compartir la mencionada aclamación e hipérbole que se ha vertido sobre esta película.
El título Una Separación comienza exactamente con eso... el divorcio de Nader (Peyman Moadi) y Simin (Leila Hatami), una pareja de clase media iraní que ha llegado a una importante decisión: Simin quiere emigrar a otro país, donde su hija pre-adolescente Termeh (Sarina Farhadi) tendrá más oportunidades de educación y desarrollo profesional; pero Nader se siente obligado a quedarse en su casa, donde cuida a su anciano padre deshabilitado. El juez dictamina que esa no es razón suficiente para permitir el divorcio, y que ambos deben resolver sus conflictos domésticos, con lo cual Simin decide irse de la casa, obligando a Nader a contratar a la humilde Razieh (Sareh Bayat) para cuidar a su padre durante el día. Y así comienza una cadena de eventos y decisiones que cambiará a todos los implicados, o al menos les hará replantear las prioridades en sus vidas.
Como dije al principio, me gustó Una Separación tan solo por introducirnos a la vida cotidiana del pueblo iraní, mucho más "occidentalizado" de lo que yo imaginaba, pero aún así sujeto a la omnipresente influencia de la religión en todos los aspectos de su existencia. Independientemente del drama familiar que impulsa la película, me pareció más importante su función como "desmitificación" de la cultura islámica que, gracias al cine y la televisión, seguramente ha tomado dimensiones mucho más exóticas y siniestras en la mente del resto del mundo (sobre todo aquellos que consumimos abundantes cantidades de entretenimiento producido en los Estados Unidos). Desde luego esto no solo refleja el entorno natural de la cinta, sino la diestra visión del director Asghar Farhadi, quien encuentra al mismo tiempo las diferencias que nos separan de sus personajes, y las similitudes que nos conectan con ellos, sin importar en qué parte del mundo nos encontremos (estoy seguro de que hasta las tribus perdidas del Congo sufren las mismas desavenencias familiares).
En cuanto al argumento formal de la película, me alegra decir que ignora los esquemas del cine comercial para mostrarnos un desarrollo orgánico y realista de eventos y decisiones que moldean el destino de los personajes. En ese aspecto Una Separación no es como otros dramas familiares... y sin embargo cubre con éxito el mismo terreno narrativo sin echar mano de clichés dramáticos para hacernos sentir las emociones y conflictos de los personajes. El elenco completo es perfecto, y la película funciona porque desde la primera escena los aceptamos como gente real. Por su parte, Farhadi logra un manejo magistral de cámaras, locaciones y coreografía de escena, pero sin lucimientos innecesarios; casi diría que Una Separación parece un documental, pero no quiero dar la impresión de que pertenece al saturado nicho del "documental simulado", porque no es así... la sensación de realismo y presencia inmediata se debe justamente a que la cámara no estorba ni se hace notar. Estamos en la misma habitación que los actores, y en ocasiones puede ser incómodo...
Habiendo dicho eso, me temo que algunos detalles se perdieron en la traducción; terminé con la impresión de que perdí importantes elementos de la historia por desconocer ciertos pormenores de la sociedad en Irán (por ejemplo, no entendí si los "prestamistas" tienen influencia oficial en los procesos judiciales, o si es una instancia de corrupción gubernamental). Además de esos "huecos culturales" (los cuales son culpa mía, naturalmente) encontré algunos momentos repetitivos, que podrían justificarse como "apretar las tuercas del drama", aunque podrían eliminarse sin perder el impacto de la historia, al mismo tiempo que harían más ágil la cinta. Pero bueno, a fin de cuentas creo que Una Separación vale la pena para cinéfilos acostumbrados a cine "de arte" sin explosiones ni super-héroes; y aunque en mi caso disfruté más la experiencia cultural, no niego que la cinta ofrece bastante en lo que respecta a su argumento, actuaciones y dirección. Y, ¿quién sabe? No descarto que pudiera iniciar una polémica sobre la separación entre iglesia y estado. Al fin que no es un tema muy controversial...
Calificación: 8.5
domingo, 22 de abril de 2012
Intrusos (Intruders)
Tras su auspicioso debut internacional con la secuela 28 Weeks Later, el director español Juan Carlos Fresnadillo regresa a la pantalla grande con un estilo de terror más sutil y psicológico en su nueva cinta Intrusos, la cual pretende añadir un elemento dramático más complejo al que normalmente encontramos en similares cintas de la variedad "fantasma vengativo". Desafortunadamente el énfasis en el drama familiar no bastó para rescatar la torpe estructura de la película ni su perezoso libreto.
La trama de Intrusos presenta dos historias paralelas. En España el pequeño Juan (Izán Corchero) tiene pesadillas donde lo ataca una siniestra figura sin rostro. ¿O acaso son reales los ataques? ¿Y por qué su sufrida madre Luisa (Pilar López de Ayala) está preocupada todo el tiempo? ¿Estará ocultando algo? Por otro lado, en Londres, John Farrow (Clive Owen) trabaja como constructor de rascacielos y tiene una feliz vida con su esposa Sue (Carice Von Hauten) y su hija Mia (Ella Purnell), hasta que un fatídico día la niña descubre un viejo manuscrito oculto en un árbol, donde se cuenta parcialmente la historia de "Cara Hueca", el monstruo sin rostro. Y cuando la niña trata de continuar la historia por su cuenta, empieza a recibir tenebrosas visitas del mismo ente. ¿Podrá lograr que sus padres le crean?
La premisa de Intrusos tiene potencial, y hay un par de intrigantes ideas en el libreto, pero su desarrollo me pareció tan flojo y difuso que no asusta ni entretiene, y mucho menos despierta interés por los personajes. Desde luego emplea todos los clichés del género... apariciones en la noche, armarios oscuros con puertas rechinantes, visitas a la iglesia en busca de respuestas... pero la historia no acaba de "cuajar", y entre más vueltas da, más aburrida se vuelve, de modo que cuando llega la "gran revelación" que unifica la historia de Juan y Mia, solo provoca bostezos, pues fue muy fácil adivinarla desde los primeros quince minutos. ¿O sería ese el propósito? La verdad no estoy seguro, y de cualquier modo no importa mucho.
Es una lástima, pues Fresnadillo reunió un buen elenco, y como director posee indudable talento para crear escenas intensas, hábilmente diseñadas para sacar el máximo provecho de sus locaciones, atmósfera y efectos especiales. Pero cuando falla el más básico sustento narrativo, sus esfuerzos son en vano, y por mucha tétrica música de piano y violines que nos endilgue (cortesía del compositor Roque Baños), no alcanza a provocar una reacción emocional o siquiera visceral (y mejor ni hablemos del "origen" del enigmático "Cara Hueca"... aunque admito que me recordó al villano principal de The Frighteners). A fin de cuentas me gustaron los ingredientes de Intrusos, pero no su receta ni el producto final. Aprecio que Fresnadillo haya hecho algo original (bueno, en lo que cabe) en vez de continuar con secuelas o re-makes, y aunque no tuvo mucha suerte esta vez, sé que podrá sorprendernos cuando encuentre el material correcto, y desde luego me gustaría que fuera en el género de terror.
Calificación: 6
sábado, 21 de abril de 2012
¿Sabes Quién Viene? (Carnage)
Roman Polanski, junto con otros audaces directores como Francis Ford Coppola y Martin Scorsese, formó parte de la "nueva escuela" que cambió el rostro del cine comercial en la década de los setentas, dejando atrás los anquilosados esquemas moralistas y edificantes que la industria venía arrastrando desde los años cincuentas, cuando el famoso Código Hays censuró severamente la "indecencia" en el cine. Sin embargo, a diferencia de Coppola y Scorsese, Polanski parece haber mejorado con la edad, pues si bien algunas de sus obras "juveniles" siguen siendo admirables (Repulsion, The Tenant), creo que sus películas modernas ofrecen una gama más amplia de atributos artísticos y narrativos. En otras palabras, creo que Polanski está viviendo su mejor época creativa, como demuestran (en mi humilde opinión) las cintas The Ninth Gate (1999), The Pianist (2002) y The Ghost Writer (2010). Por eso tenía tanto interés en ver su nueva cinta, ¿Sabes Quién Viene?, en la que además reúne un maravilloso elenco; y aunque me pareció divertida y muy interesante, a fin de cuentas queda como una obra menor, de inferior impacto e ingenio que el de sus recientes películas.
El argumento (basado en una obra teatral de Yasmina Reza, quien también co-escribió el libreto) comienza con engañosa simplicidad: un grupo de niños discute en un parque, y uno golpea a otro con una vara, lastimándole la boca. Posteriormente nos encontramos en el hogar de la familia Longstreet, donde Penelope (Jodie Foster) y Michael (John C. Reilly), los padres del niño golpeado, reciben a Nancy (Kate Winslet) y Alan Cowan (Christoph Waltz), los padres del niño agresor. Al principio la conversación es amable y conciliadora; Nancy y Alan admiten que lo que hizo su hijo estuvo mal, y que necesita disculparse y reconocer su mala decisión; Penelope y Michael están de acuerdo, y no están interesados en provocar un escándalo; simplemente quieren asegurarse de que no ocurra de nuevo. Pero cuando gradualmente se incrementa el tono de la discusión, comienzan a asomarse las inseguridades y rencores personales de las parejas... y poco a poco se desmorona el disfraz de civilización para revelar una faceta más oscura de la interacción humana...
Incluso si no se mencionara en los créditos, sería obvio que ¿Sabes Quién Viene? está basada en una obra teatral. Con excepción del prólogo y epílogo, toda la historia se desarrolla en una sola locación (el departamento de la familia Longstreet), y se fundamenta en la fuerza de los diálogos y en la intensidad de las actuaciones. En cierto modo es una obra de teatro filmada, y por lo tanto es difícil apreciar la mano de Polanski; pero bueno... incluso sin su característica atmósfera o estilo visual, la película funciona a pesar de sentirse un poco afectada y pretenciosa. Supongo que es natural; en este tipo de historias minimalistas vemos frecuentemente compensada la sencillez estructural con exagerado drama, pues en vez de buscar un gran despliegue visual, el director se enfoca en la evolución (o "de-evolución") de los personajes, lo cual es justamente el punto de esta cinta. Es un experimento válido y bastante entretenido, aunque en algunos momentos me pareció superficial y poco creíble. El conflicto entre las parejas comienza de manera realista, pero su escalamiento es demasiado rápido y obviamente está diseñado para contrastar sus valores morales, al mismo tiempo que expone la hipocresía de sus respectivos nichos sociales.
Habiendo dicho eso, hay mucho que disfrutar en las actuaciones; Jodie Foster y John C. Reilly encarnan a la pareja liberal y progresiva de clase media, tan "políticamente correcta" que corren el riesgo de convertirse en caricaturas. Por su parte, Kate Winslet y Christoph Waltz interpretan una "power couple", obviamente adinerada pero accesible y casual, lo cual solo subraya sus diferencias con los anfitriones. Todos muestran un excelente desempeño, aunque mi favorito fue Christoph Waltz por su cínico punto de vista y brutal honestidad, cómicamente contradictoria con su trabajo de abogado tratando de encubrir el más reciente escándalo de una gran empresa farmacéutica. Junto con el elenco, los engranes del libreto giran con asombrosa precisión, jugando con nuestras expectativas y arrojando un par de sorpresas que quizás no cambian el curso de la trama, pero que sin duda la sazonan deliciosamente (por cierto, excelente uso de vómito digital... no diré más).
Entonces, aunque no esté a la misma altura de la reciente filmografía de Roman Polanski, ¿Sabes Quién Viene? ofrece un rato de risas incómodas, reflexión y melodrama clasista con excelentes actores e impecable producción (mención especial para la música de Alexandre Desplat, muy esporádica pero ideal para establecer el tono de la obra). Me hubiera gustado que el personaje de Alan profundizara más en su teoría del "Dios de la Carnicería"; y, fiel a su origen teatral, el final se siente como un "telón" inesperado que deja demasiadas cosas en el aire. No obstante ¿Sabes Quién Viene? merece una recomendación para fans de la comedia negra (o el drama ligero... no estoy seguro cuál descripción sea más apropiada) y para seguidores de Roman Polanski, en particular los que prefieren aquellos thrillers psicológicos que el cineasta realizó en su juventud. Ah, y también la recomiendo para padres de familia que prefieran mantenerse al margen de las riñas de sus hijos... su actitud queda completamente justificada.
Calificación: 8.5
viernes, 20 de abril de 2012
El Fantasma de Madeline O'Malley (The Innkeepers)
Por fin un buen estreno de terror en cines de México. Publico de nuevo la crítica para comodidad de los lectores.
Hace un par de años la película House of the Devil puso en el mapa al director Ti West, quien demostró ser capaz de contar una buena historia al estilo de la "vieja escuela", creando una tensa atmósfera, apretando gradualmente las tuercas del suspenso y finalmente recompensándonos con un final violento y satisfactorio. Su siguiente película, Cabin Fever 2: Spring Fever fue totalmente lo opuesto: una grotesca secuela que combinó humor negro y abundante sangre (por no mencionar otros fluidos corporales) con personajes honestos y realistas... dentro de lo que cabe en una película sobre romance juvenil e infecciones cutáneas. Con estos antecedentes, no sabía exactamente qué esperar de su nueva cinta, The Innkeepers; ¿sería otro metódico thriller "retro" o un nuevo festín de excesos viscerales?
Bueno, pues desde los créditos iniciales queda claro que The Innkeepers será un pausado melodrama sobrenatural ubicado en el viejo hotel Yankee Pedlar, el cual vio mejores épocas antes de caer en la obsolescencia y el desuso. Ahora, a punto de cerrar sus puertas para siempre, solo quedan dos empleados para atender a los pocos huéspedes que aún lo habitan. Entonces, sin mucho que hacer, Claire (Sara Paxton) y Luke (Pat Healy) pasan el tiempo conversando trivialidades y planeando el sitio web donde pretenden documentar las ocurrencias paranormales que supuestamente han encontrado en el lúgubre hotel. Desafortunadamente su "evidencia" se reduce a un par de borrosas fotos y algunos videos poco convincentes. Pero quizás durante ese fatídico fin de semana encontrarán más manifestaciones de las que esperaban...
Aunque apenas se estrenó en sistemas de Video On Demand, The Innkeepers ya está dividiendo a su audiencia. Algunos la consideran lenta y aburrida, pues "no pasa nada" durante la primera hora. Otros la aclaman como re-encarnación del horror sobrenatural de los setentas, donde los personajes, la atmósfera y el suspenso eran más importantes que los "sustos" y los efectos especiales. Mi opinión reside en un punto intermedio, pues si bien me gustó mucho el pausado ritmo de la historia y el cuidado invertido en el desarrollo de los personajes, también sentí un poco torpe la introducción de elementos paranormales cuando finalmente ocurren. En cierto modo podría comparar esta película con la reciente Insidious, no por su tema sino por su sobrio estilo y disciplina para crear una sensación de terror gradual y mesurada, ocasionalmente sazonada con obligatorios sobresaltos que no se sienten forzados, sino orgánicos dentro del ritmo de la cinta.
Los personajes también difieren del estándar moderno de terror, donde todos tienen mucha "actitud", hablan a gritos y reaccionan exageradamente ante cualquier evento inesperado. Por el contrario, Claire y Luke comparten una química afable y casual, haciendo totalmente creíble su amistad de muchos años y su afines actitudes hacia la vida y el trabajo. Obviamente son "slackers" con pocas perspectivas futuras (y ambos lo saben), pero eso no empaña su buen humor y divertidos diálogos, que no solo pretenden hacernos sonreír, sino que arteramente van revelando los secretos del hotel, la leyenda del fantasma que lo habita (una joven mujer que cometió suicidio cuando su novio la abandonó en el altar) y los improvisados experimentos de grabaciones "EVP" que los empleados acostumbran hacer. Healy tiene el papel obviamente cómico y lo hace muy bien; pero es Sara Paxton quien se roba la película con su perfecta actuación de mujer vulnerable e inquisitiva, aunque sea víctima ocasional de sus malas decisiones. Al igual que otras "chicas Disney", Paxton está acumulando una sólida filmografía en el género de terror, y el talento que demuestra en The Innkeepers sugiere que puede enfrentar papeles sofisticados que trasciendan la típica "chica final" o damisela en peligro. Otra actriz en mitad de una transición similar (aunque de mayor edad) es Kelly McGillis, a quien muchos recordarán como el interés romántico en Top Gun (1984); pero ahora, en la madurez de su carrera, está abrazando el cine fantástico, añadiendo clase y credibilidad con su mera presencia a películas que tienen la suerte de contarla entre su elenco.
En retrospectiva me parece notar algunos agujeros en la trama de The Inkeepers, por no mencionar el ambiguo final que se niega a darnos las respuestas que esperábamos (o quizás estén ahí; simplemente tenemos que pensarle un poco); pero nada de eso me impide darle una recomendación por ser una sólida película de terror (siempre y cuando no esperemos "gore" o material "extremo"), adornada con muy buenas actuaciones, un libreto inteligente (incluso si es frustrante de vez en cuando) y la cuidadosa dirección de Ti West, consagrándose definitivamente como una de las más interesantes voces del horror contemporáneo (en mi humilde opinión). Entonces, no será para todos los gustos y podría aburrir al público más impaciente, pero The Innkeepers será una agradable experiencia para fans del horror clásico y para quienes estén cansados de re-makes, secuelas directas a DVD y copias diluidas de éxitos pasados. Y lo mejor es que el Yankee Pedlar Inn realmente existe, así que podré incorporarlo a mi soñado "tour" de sitios paranormales (fecha estimada de salida: 2050).
Calificación: 8.5
martes, 17 de abril de 2012
El Monstro del Mar!
Aprecio muchísimo lo que el director/ escritor/ productor/ camarógrafo/ editor/ animador Stuart Simpson intentó hacer con la película El Monstro del Mar!, un exuberante "multi-homenaje" al cine de culto de antaño que muestra genuino afecto por los pintorescos temas del cine fantástico de los años cincuentas, las rebeldes y atractivas heroínas de las cintas de Russ Meyer en los sesentas, y la textura cinematográfica del cine “underground” que popularizaron artistas como Richard Kern y Casandra Stark durante los setentas. Sin embargo, en un claro caso de "forma sobre fondo", Simpson cuidó tanto el estilo de su película que olvidó escribir un guión más interesante, que no fuera una simple colección de escenas "cool" acompañadas por una banda sonora que igualmente aprobarían Quentin Tarantino y Annette Funicello.
La casi inexistente trama comienza con la llegada de tres chicas peligrosas (asesinas a sangre fría, de hecho) a un desolado pueblo en la costa de Australia, donde de inmediato reciben la advertencia de no meterse al agua. Desde luego las rebeldes Beretta (Nelli Scarlet), Blondie (Karli Madden) y Snowball (Kate Watts) solo siguen sus propias reglas, así que no hacen caso y de inmediato se ponen a festejar en la triste playa, lo cual atrae la atención de la reprimida Hannah (Kyrie Capri), mesera local que vive con su abuelo inválido. Al mismo tiempo vemos cómo unos pescadores locales son salvajemente destrozados por una extraña criatura que acecha en el mar, esperando víctimas que se acerquen demasiado en la orilla. Y por eso el abuelo de Hannah está tan preocupado cuando su inocente nieta acepta la invitación de las tres chicas malas, cuya velada de baile, drogas y alcohol se ve bruscamente interrumpida por la criatura sedienta de sangre...
No hay mucha historia, ni giros complicados en la plana narrativa, pero al menos Simpson y su cuarteto de guapas actrices logran dar cierta profundidad a los personajes por medio de algunos sangrientos "flashbacks" (en el caso de la pandilla femenina) y con algunas tensas conversaciones entre Hannah y su abuelo, quien revela algunos secretos familiares relacionados con el monstruo (perdón, "monstro"). Pero eso es todo... el resto del tiempo transcurre entre paseos en automóvil, baile "a go-go", discusiones sin razón entre las muchachas, y algunos momentos de "color local", donde vemos a los humildes pescadores tratando de encontrar sustento en el peligroso mar, donde solo los espera una violenta muerte. En otras palabras, es como una ácida ensalada de Faster Pussycat! Kill! Kill!, The Horror of Party Beach y Hot Rod Girls Save the World. Rara receta, pero el sabor fue inesperadamente agradable.
Lo mejor, desde luego, son las escenas "gore" que empapan el principio y el final de la película, cuando llega el inevitable enfrentamiento con la criatura, la cual está realizada con una ingeniosa combinación de efectos prácticos, miniaturas y un poco de trucos digitales para integrarla con las tomas reales. El resultado es cien por ciento "low-tech", pero eso es precisamente lo que necesita El Monstro del Mar!, y contribuye en gran medida a la deliciosa atmósfera "retro" evocada por la música, la ropa, las actuaciones y hasta la cinematografía misma. Entonces, aunque no puedo decir que El Monstro del Mar! sea una buena película, definitivamente me pareció una experiencia divertida que funcionará mejor para fans de los géneros a los que rinde homenaje (cine de monstruos de los cincuentas, melodramas juveniles de los sesentas, y cine "punk" barato pero muy energético). Me alegra que sigan produciéndose películas de este tipo, desafiantes y destinadas al fracaso económico por estar totalmente dedicadas a expresar la visión de un artista con dudoso talento narrativo, pero abundante entusiasmo por corrientes cinematográficas extintas que merecen ser recordadas. Y, bueno, cualquier monstruo con tentáculos desata automáticamente mi fiebre lovecraftiana, así que tan solo por eso se gana una muy subjetiva recomendación.
Calificación: 7
domingo, 15 de abril de 2012
Locura en el Paraíso (Wanderlust)
Entre la avalancha de comedias vulgares y "post-modernas" (o lo que sea) inspiradas o producidas por Judd Apatow, Role Models fue una de mis favoritas, pues no solo me pareció graciosa, sino honesta en la interacción de sus personajes y en la estructura de su narrativa (además rendía homenaje a Kiss, lo cual siempre ayuda). Desde entonces el director David Wain prefirió enfocarse en televisión (incluyendo una de mis "micro-series" favoritas, Children's Hospital); y ahora que regresa a la pantalla grande con Locura en el Paraíso (uf... sin palabras) el resultado no me pareció tan gracioso y sincero, aunque ciertamente ofrece algunas risas y ocasionales reflexiones sobre el consumismo, la vida moderna, y los peligros de pensar que existe una solución perfecta contra esos "males".
Al centro de Locura en el Paraíso encontramos a la pareja de George (Paul Rudd) y Linda (Jennifer Aniston), exitosos profesionistas neoyorquinos (o tan exitosos como pueden serlo en el clima económico contemporáneo) que súbitamente pierden sus fuentes de ingreso. Entonces, sin otra alternativa viable, deciden mudarse a la mansión sureña de Rick (Ken Marino) el hermano de George, quien tiene una modesta pero segura oferta de trabajo. En el camino George y Linda caen por accidente en una "comuna" hippie llamada Elysium, y pasan una noche mágica que les hace cuestionar su estilo de vida "yuppie". Por eso, cuando fracasa la situación con su hermano, George sugiere a Linda que regresen a Elysium y pasen un tiempo replanteando sus metas y examinando sus opciones a futuro. Y así comienza una visita al "paraíso" que no siempre será cómoda o perfecta (o siquiera higiénica), pero que definitivamente cambiará sus vidas... aunque también podría destruir su relación.
No sé si habrá sido porque vi recientemente la película Martha Marcy May Marlene, donde se examina el lado siniestro de estas "comunas", pero Locura en el Paraíso me pareció demasiado frívola y conveniente, cuando pudo aprovechar la oportunidad para examinar (con humor) los pros y contras del renacimiento "hippie" cuya propuesta de una vida simple y comunitaria evoca las ideas de los "revolucionarios sociales" de los años sesentas (lo más que se acerca la cinta es durante una conversación "secreta" entre Linda y el anciano fundador de la comuna), mismas que aparentemente está ganando nuevos adeptos entre la gente cansada de los excesos impuestos por la frenética vida moderna. Desafortunadamente el director David Wain y su co-guionista Ken Marino prefieren quedarse en un nivel mucho más simple, con chistes obvios y superficiales que a veces provocan risas, pero sin el respaldo de un mensaje real como complemento del humor. Claro, es más fácil poner hombres desnudos en situaciones inapropiadas, y esperar que el público lo encuentre automáticamente gracioso.
Como ocurre frecuentemente en este sub-género de comedia, la mayor parte de las risas no proviene de las escenas que la película considera más graciosas (por ejemplo, las forzadas apariciones del novelista-enólogo-nudista, o el clásico "freak-out" de una persona seria y reprimida que ingiere accidentalmente drogas alucinógenas), sino de pequeños momentos íntimos de revelación personal, probablemente improvisados por los hábiles actores secundarios. Paul Rudd y Jennifer Aniston tienen los roles estelares, pero no resultan muy graciosos, pues simplemente repiten sus clásicas rutinas de "pez fuera del agua" que hemos visto en otras películas. Ambos tienen considerable encanto personal (aunque sus detractores pensarán otra cosa) y lo explotan al máximo para congraciarse con el espectador; pero por debajo del "carisma" lo único que hacen es reaccionar con una mezcla de ofuscación y tolerancia ante las bizarras ideologías de los pintorescos personajes que los rodean. Y son esos personajes secundarios quienes tienen los mejores diálogos y ocurrencias, desde Michaela Watkins como la semi-alcohólica cuñada de George, hasta Kathryn Hahn como la "hippie" más extrema en su fervor naturista, sin olvidar al co-guionista Ken Marino como el odioso hermano Rick; Malin Akerman en el perfecto papel de "inocente-seductora" aficionada al amor libre; y Jessica St. Clair, cuyo nombre menciono únicamente para celebrar que por fin le dieron su propia serie de televisión.
Entonces, creo que reí lo suficiente con Locura en el Paraíso para darle una recomendación, pero al mismo tiempo me decepcionó que su humor fuera tan fácil y predecible (¿no usaba Archie Bunker este mismo material a mediados de los setentas?) Tampoco me gustó que al final trataran de añadir drama artificial por medio de factores externos (villanos corporativos que amenazan el futuro de Elysium) e internos (una aparente infidelidad que puede romper la relación de los protagonistas), como si los guionistas se hubieran dado cuenta demasiado tarde de que no existe una historia concreta, sino solo una cadena de "sketches" humorísticos con el tema general de "vida natural vs. civilización". Como dije antes, creo que Wain dejó pasar la oportunidad de examinar con mayor profundidad ambos lados de la moneda; o quizás debió hacer lo opuesto, abandonando las fórmulas narrativas pre-fabricadas para sumergirse de lleno en el surrealismo y contradicciones de la vida "hippie". Habiendo dicho eso, tengo interés en el DVD de Locura en el Paraíso, pues estimo que los "outtakes" podrían ser más graciosos que la película misma. No me importa si eso significa que pagué por ver en el cine un "trailer" de dos horas promocionando dicho DVD. Suena como una moraleja perfecta para el tema anti-consumista.
Calificación: 7
sábado, 14 de abril de 2012
[REC]³ Génesis
Antes que nada, un recuento rápido: la cinta española [REC] (2007) me pareció una de las mejores exponentes del sub-género zombie, y además una de las pocas que han sabido emplear a la perfección la técnica pseudo-documental, que hoy vemos tan mal usada por decenas de imitadores sin talento. El libreto, los personajes, la economía narrativa y, desde luego, los momentos de terror, hicieron de [REC] una experiencia memorable que sigue (y obviamente seguirá) influyendo al moderno cine fantástico. La secuela, [REC]² trató de ser una continuación (semi)lógica de la historia, pero cometió el fatal error (en mi humilde opinión) de introducir (SPOILER) un elemento sobrenatural/religioso que no solo corrompió el tradicional concepto del zombie, sino que perjudicó retroactivamente la brillante cinta original. Y ahora nos llega [REC]³ Génesis, la cual continúa las malas tendencias de su predecesora al mismo tiempo que abandona algunos elementos que hicieron interesante la franquicia.
Al principio de [REC]³ Génesis nos encontramos en la boda de Clara (Leticia Dolera) y Koldo (Diego Martín), con varios "videógrafos" profesionales y amateur grabando el evento para la posteridad. La familia, amigos y parientes llenan la iglesia y todos están felices. Pero, ¡un momento! ¿Qué tiene el tío Víctor (Emilio Mencheta) en la mano? Ah, es solo una mordida de perro; nada de importancia. La ceremonia religiosa transcurre sin problemas, y posteriormente los recién casados y sus invitados se trasladan a un amplio salón/jardín para la correspondiente recepción (o "convite"), donde todos bailan y comen gozosamente. Uy, parece que el tío Víctor se emborrachó demasiado rápido, pues camina torpemente y tiene una extraña expresión en el rostro... casi como si quisiera devorar a los festejantes. Y, bueno, no hace falta decir que así empieza la infección de zombies. El caos resultante separa a los recién casados Clara y Koldo, y durante el resto de la película vemos sus esfuerzos por reunirse, mientras tratan de mantenerse vivos, y quizás encontrar una explicación racional de lo que está ocurriendo.
A pesar de que el título lleva la palabra "Génesis", [REC]³ no es exactamente una "precuela", pues si bien revela el posible origen de la infección (al menos en forma hipotética), hay indicaciones de que los eventos ocurren paralelamente a los de [REC] y [REC]². En otras palabras, no hace falta haber visto aquellas cintas para entender la tercera parte... aunque quizás serían preferibles como sustituto, pues [REC]³ Génesis no pasa de ser otra genérica cinta de zombies con un débil tema romántico como eje emocional, el cual, honestamente, no funcionó para mi. De hecho, solo me hizo recordar otros zombie-amoríos como Zombie Honeymoon y Dance of the Dead, los cuales encontraron un balance mucho más afortunado entre horror, comedia y romance. Hablando de lo cual, [REC]³ Génesis también adopta un tono más ligero, con elementos de humor que sirven como respiro del terror. Algunos de estos momentos cómicos se sienten bien integrados a la trama ("Gavilán o Paloma"), mientras que otros parecen relleno encajado a la fuerza (por ejemplo "John Esponja").
Sin embargo, el cambio más significativo (espero que no cuente como SPOILER) es el abandono de la "cámara en mano", para pasar a una narrativa visual más convencional. Cierto, los primeros veinte minutos usan la típica técnica del video casero, pero el director Paco Plaza eventualmente la abandona, no sé si porque la encontró muy limitante, o porque ya estaba cansado de encontrar excusas para que los protagonistas siguieran grabando incluso en situaciones de inminente peligro. A fin de cuentas, dudo que esta decisión perjudique mucho a la película (ya tiene bastantes problemas entre su libreto e ilógica premisa), pero quizás los puristas o fans de la serie lo consideren una traición a la fórmula que le dio éxito internacional. Por el lado amable, la cámara "normal" permite apreciar mejor las escenas "gore", poco frecuentes, pero jugosas cuando finalmente llegan.
Entonces, como (sarcástico) punto de comparación, [REC]³ Génesis me pareció inmensamente mejor que Quarantine 2: Terminal, la secuela del re-make norteamericano Quarantine; pero como heredera de la saga [REC] fue una decepción que solo se distingue de incontables obras similares (muchas de ellas directas a DVD) por ser una sólida producción española con título famoso. No me arrepiento de verla, y tampoco me aburrió, lo cual gana la más tenue recomendación; sin embargo hubiera preferido que Plaza empleara su talento y recursos en una historia nueva, que no necesite explotar la fama de su trabajo anterior (claro que eso fue probablemente decisión de los productores). El final de [REC]³ Génesis no parece definitivo, pero puede servir como conclusión de la trilogía; esperemos que la dejen descansar (al menos hasta el re-re-make en veinte años) y los cineastas apliquen sus esfuerzos en algo fresco, tan original e impactante como lo fue la original [REC]. Quizás sea un riesgo económico mayor, pero las recompensas serían más satisfactorias, tanto para ellos como para el público.
Calificación: 6.5
martes, 10 de abril de 2012
The Dead
No hace falta decir que el género de zombies está sobre-saturado. Abundan los libros, comics, series de TV, y sobre todo películas que emplean al zombie como genérico enemigo de fácil explicación y difícil exterminación. Algunos dicen que la tendencia obedece al descontento con la política mundial; otros dicen que es una reacción subconsciente al “fin de los días“. Por la razón que sea, tenemos zombies hasta en la sopa, y para que una nueva película sobre el tema logre sobresalir, necesita ofrecer algo genuinamente innovador, o al menos mostrar un inusual dominio del drama humano indispensable en toda buena obra sobre "muertos vivientes". La nueva cinta sudafricana The Dead cumple parcialmente esos requerimientos y, adornada con espectaculares efectos especiales, se convierte en una de las mejores películas de zombies que he visto en los últimos doce meses. Claro, la pobre competencia hace muy fácil ese logro, pero aún así me pareció una experiencia muy interesante no solo por el drama y el "gore", sino por las ideas que expresa y las locaciones que usa para contar una historia a la vez simple y compleja.
La simplicidad está en la economía de personajes y minimalista narrativa: sin muchas explicaciones comienza el "apocalipsis zombie" en África, y el soldado norteamericano Brian Murphy (Rob Freeman) aborda el último vuelo de evacuación; pero por problemas mecánicos caen al mar, y Murphy apenas llega vivo a tierra firme... donde encuentra a la horda de muertos vivientes en busca de carne fresca. Entonces, con mínimas provisiones y armamento, comienza la dura marcha por la sabana, hasta que encuentra a Daniel Dembele (Prince David Oseia), sargento del gobierno federal, en busca desesperada de su hijo que posiblemente está en alguno de los improvisados campamentos donde se refugian los sobrevivientes. Pero con la amenaza constante de los zombies, por no mencionar el inmisericorde clima y árido terreno, hay pocas posibilidades de sobrevivir, sobre todo cuando el rencor racial impide la mutua confianza entre ambos soldados...
La complejidad de The Dead radica en la relación que se forma entre Murphy y Dembele, la cual permite explorar algunas interesantes ideas sobre los problemas políticos de África, la hipocresía del "hombre blanco" que solo ayuda cuando ya pasaron las oportunidades económicas, y el descubrimiento de la ideología que comparten cuando ignoran su raza y cooperan contra un enemigo común. Pero el libreto co-escrito por los "Hermanos Ford" tampoco pierde demasiado tiempo en sermones sociopolíticos; simplemente deja que las ideas floten orgánicamente y se filtren entre los diálogos de los soldados (y las pocas personas que encuentran en su peregrinación), respaldados además por sólidas actuaciones donde los silencios a veces son más elocuentes que cualquier forzado monólogo. Y, claro, los cineastas nunca olvidan que, por encima de todo, están haciendo una película de terror, así que la sangre fluye copiosamente en breves pero impactantes escenas de canibalismo, violencia y peleas contra los zombies, que además de todo van creando una angustiante sensación de pesimismo y desaliento, cuando nos damos cuenta de que por muchos "headshots" y decapitaciones que los "héroes" puedan inflingir en sus enemigos, la perspectiva a largo plazo es invariablemente fatal.
Si tuviera alguna queja sería que The Dead se siente un poco larga con casi dos horas de duración. El ritmo es lento, pero ese no es el problema, sino las ocasionales escenas repetitivas que no aportan mucho a la narrativa. Por ejemplo, una incursión nocturna en busca de combustible se extiende más de lo que necesita el suspenso, y se acerca al terreno del aburrimiento, sobre todo cuando se desarrolla exactamente como esperábamos y no contribuye de manera sustancial a la trama. Y quizás el final sea un poco cursi, pero creo que para ese momento The Dead se ganó el derecho de serlo, gracias a que nunca usó las emociones forzadas ni el drama artificial que vemos con frecuencia en cintas realizadas con menor visión, como las recientes Zombie Apocalypse, Quarantine 2: Terminal o Bloodlust Zombies, las cuales serán rápidamente olvidadas en el "canon" de los zombies. Por el contrario, estimo que The Dead tiene buenas posibilidades de ser recordada no solo por sus méritos narrativos, sino por haber desafiado inmensos obstáculos económicos y logísticos (recomiendo también el fascinante "detrás de las cámaras" incluido en el DVD de Anchor Bay, para admirar la tenacidad de los Hermanos Ford... yo me hubiera dado por vencido de inmediato ante semejantes problemas). Entonces, no queda más que recomendar The Dead, pues aunque no re-inventa el género, reconoce sus mejores atributos y los explota para entretenernos con excelente "gore", al mismo tiempo que nos pone a pensar sobre una región increíblemente hermosa, pero eternamente sumida en conflictos tribales y guerra civil. Ojalá no hiciera falta algo tan extremo como una invasión de zombies para unificar al continente.
Calificación: 8.5
domingo, 8 de abril de 2012
American Pie: El Reencuentro (American Reunion)
Creo que es un caso único en la historia del cine: una otrora exitosa franquicia que arruinó su reputación y perdió la buena voluntad del público por culpa de las numerosas secuelas baratas que "tomaron en vano" el nombre "American Pie", sin ofrecer el más leve atisbo de lo que hizo populares (y marginalmente graciosas) a las primeras tres películas... ¿y ahora trata de redimirse con un regreso a la pantalla grande, usando el elenco original y con un equipo creativo que al menos sugiere la posibilidad de calidad? Quisiera creerlo, pero, como dijo el santo patrono de los escépticos... "ver para creer".
La apropiadamente titulada American Pie: El Reencuentro, comienza con una mirada a la vida actual de Jim (Jason Biggs) y Michelle (Alyson Hannigan), felizmente casados y muy ocupados criando dos hijos... lo cual interfiere con la vida íntima de la pareja, de modo que el excitable Jim ve obligado a encontrar distintas maneras de... "satisfacer sus necesidades" porque no ha tenido relaciones con su esposa desde hace meses, y está temiendo que la pasión se haya extinguido para siempre en su matrimonio. Por eso acepta con gusto la oportunidad de ver nuevamente a sus viejos amigos cuando se planea la reunión de estudiantes de la Preparatoria de East Great Falls, y sobra decir que cuando se juntan Jim, Oz (Chris Klein), Kevin (Thomas Ian Nichols), Finch (Eddie Kaye Thomas) y el inolvidable Stifler (Seann William Scott), se meten inmediatamente en los mismos problemas sexuales de antaño. Pero esta vez hay cosas más importantes en juego, y el matrimonio de Jim podría arruinarse por culpa de cierta niña que solía cuidar, y que ahora creció para convertirse en una atractiva mujer con interés en su antiguo "niñero"...
Como gran conoced... perdón, adicto a las secuelas directas a DVD, me duele decir que American Pie está entre las pocas franquicias que encuentro intolerables. Cintas como American Pie: Band Camp, American Pie: The Naked Mile, American Pie: Beta House y American Pie: The Book of Love me parecieron un insulto no solo a la trilogía original, sino a la inteligencia del público, y al género mismo de la comedia, pues no ofrecieron otra cosa que desnudos gratuitos rodeados del humor más torpe y predecible que haya visto mi televisor (lo cual es decir bastante). Sin embargo, la presencia de Jon Hurwitz y Hayden Schlossberg (creadores de Harold and Kumar) como co-directores de American Pie: El Reencuentro, me permitió albergar la tenue esperanza de que esta tardía reunión podría redimir la saga... y hasta cierto punto lo logra. El problema es que se limita a reciclar los chistes de antaño, sin proponer una nueva dirección o mostrar un ángulo distinto que aprovechara la madurez de los protagonistas. Claro, tenemos las mismas hipócritas moralejas sobre amistad y la felicidad de una relación estable... pero es lo mismo que predican incontables cintas románticas, y la verdad es que yo esperaba más de una serie que en su momento fue refrescantemente innovadora (por no mencionar irreverente) en el anquilosado universo de la comedia juvenil (uno de mis géneros cinematográficos favoritos, además de todo).
Habiendo dicho eso, no niego que hay bastantes momentos graciosos en American Pie: El Reencuentro, la mayoría centrados en la característica habilidad de Jim para caer accidentalmente en situaciones ridículas y embarazosas a pesar de sus buenas intenciones. Desde los primeros minutos encontramos otro "gag" sobre masturbación que establece el tono de la película, y así prosigue hasta el final, con los esperados desniveles en la calidad de los chistes (uno de los mejores ocurre desafortunadamente casi al principio, y establece un estándar demasiado elevado para el resto del libreto), mientras que los demás actores tienen breves momentos para lucirse (o humillarse, da lo mismo). Hablando de lo cual, lo mejor de la película (en mi humilde opinión) fue el regreso de Stifler, tan vulgar e inapropiado como siempre. Claro, esta vez lo usan como ejemplo de inmadurez, y de las trágicas consecuencias de rehusarse a crecer... pero aún así fue quien me hizo reír consistentemente, mientras que las "lecciones de vida" que aprendían los demás solo provocaban leves sonrisas. O quizás el problema es que el estilo de comedia de Judd Apatow ya alteró tanto el estándar de vulgaridad y mal gusto que ahora solo encuentro gracioso el material más extremo, mientras que los momentos emocionales de crecimiento personal e interés humano parecen tiempo desperdiciado en enseñarme cosas que no me interesa aprender. Un momento... ¿querrá decir eso que tengo un poco de Stifler dentro de mi? (Uf... podría haber estructurado mejor esa frase).
Una de las cosas que no me gustaron de American Pie: El Reencuentro fue su sexismo... y no me refiero a la representación de las mujeres como objetos sexuales, sino al desbalance estrogenal en el elenco. La película está centrada casi exclusivamente en los hombres, mientras que las actrices (cuya participación en la trilogía original también fue memorable) tienen una presencia demasiado reducida, a veces como "cameos" de unos cuantos segundos (Natasha Lyonne y Shannon Elizabeth). E incluso las que tienen roles significativos (Alyson Hannigan, Mena Suvari y Tara Reid) no alcanzan a formar propiamente sus personajes, sino que quedan como simples catalizadores para alterar el comportamiento de sus contrapartes masculinas. No sé… quizás hizo falta una media hora adicional para darles más peso narrativo (claro que entonces estaría quejándome de que la película dura demasiado). Lo que puedo decir con confianza es que todas siguen viéndose muy bien doce años después de la primera película (Oh, no... más sexismo). A fin de cuentas creo que puedo recomendar American Pie: El Reencuentro como una mediana comedia que respeta el espíritu de la serie original pero, al igual que Stifler, se rehusó a madurar o a hacer algo provechoso con su vida (?). Como sea, reí suficientes veces para pasar un rato agradable, y por un momento olvidé las horribles secuelas directas a DVD. ¿Vendrán más después de este "re-nacimiento"? La verdad no lo sé... pero antes me gustaría tener un par de secuelas en cines, con este mismo elenco, aunque quizás con un libreto mejor estructurado, que incluya una historia real, en vez de ser una colección de viñetas jocosas pero olvidables. Harold y Kumar, también tomen nota, por favor.
Calificación: 7
viernes, 6 de abril de 2012
Espejito, Espejito (Mirror, Mirror)
Siguiendo el ejemplo de las recientes Alice in Wonderland y Red Riding Hood (por no mencionar el exitoso musical Wicked), la cinta Espejito, Espejito toma como punto de partida los más básicos conceptos de un célebre cuento de hadas, y lo desfigura hasta que queda una irreconocible versión modernizada y revisionista cuyo propósito, moraleja o función no alcanzo a comprender. Aún así, no estoy opuesto al procedimiento... después de todo, estos cuentos de hadas sufrieron incontables variaciones desde sus inicios en el folklore europeo, y no tiene nada de malo impulsar su evolución para consumo de sensibilidades modernas; el problema surge cuando el esfuerzo invertido en la "re-imaginación" no alcanza a producir una buena historia (o película, en este caso), sino solo una pueril curiosidad narrativa destinada al olvido inmediato. Pero, eso sí, con gran atención al vestuario.
Ostensiblemente basada en el cuento de Blanca Nieves (aunque no en la película de Walt Disney, sino en el relato de los Hermanos Grimm), Espejito, Espejito nos cuenta la historia de un Rey (Sean Bean) cuya esposa falleció durante el nacimiento de su hija Blanca Nieves (Lily Collins), quien creció hasta convertirse en una guapa e inteligente muchacha. Desafortunadamente el Rey desapareció en el bosque al poco tiempo de haberse casado con una nueva Reina (Julia Roberts), y ésta asumió el control del reino, tan solo para oprimir a los humildes aldeanos con impuestos excesivos que son recaudados por su mayordomo Brighton (Nathan Lane). Pero cuando Blanca Nieves sugiere un cambio en la política de la Reina, ésta ordena la muerte de la joven para eliminar su interferencia. Sin embargo Brighton no tiene el valor para matar a Blanca Nieves y la deja en el bosque, con la esperanza de que muera de hambre; pero en vez de eso la joven termina refugiándose en la casa de siete pequeños bandidos especializados en robar a los viajeros que transitan por el bosque... incluyendo al apuesto Príncipe Alcott (Armie Hammer), la última esperanza matrimonial de la Reina para recuperar la solvencia económica del reino.
Así es... el conflicto entre Blanca Nieves y su madrastra no es por su belleza, sino por ideología política; los "enanos" no son mineros, sino ladrones de caminos; el príncipe no llega hasta el final para despertar a Blanca Nieves, sino que se perfila desde el principio como renuente prometido (sin camisa) de la Reina; y el espejo no es un espejo, sino una especie de portal a un mundo paralelo (¿supongo?) donde la Reina guarda su conciencia (¿o algo así?). De hecho, la historia es tan diferente que yo esperaba al final una batalla campal, al estilo de Alice in Wonderland. Afortunadamente no fue así; en vez de eso, al final hay una pelea contra un monstruo (?). Bueno, para ser exactos hay otro final, pero no revelaré cual es, para no robarle al lector la deliciosa sensación de "pena ajena" cuando vean cómo decidió terminar la película el director Tarsem Singh.
Hablando de lo cual, uno de los puntos (cuestionablemente) positivos de Espejito, Espejito es el diseño de producción, tan opulento y rebuscado como hemos visto en las demás películas de este director. Quizás sea un poco más sobrio que el de la ridículamente excesiva Immortals, pero aún así se nota el fetiche por los colores dorados, los vestidos sobre-diseñados y disfraces tan extremos que hasta Björk los rechazaría (bueno, tal vez no). Como sea, no niego que hay algunas impresionantes imágenes y fugaces atisbos de ingenio (como los tratamientos de belleza de la Reina) para distraernos momentáneamente del humor de "sitcom", y de las forzadas actuaciones que tratan de inyectar energía en un relato predecible y aburrido. Julia Roberts trata de encontrar el balance entre malicia e ineptitud para que la Reina se sienta al mismo tiempo amenazadora y graciosa; no me pareció una actuación particularmente buena, pero por otro lado no soy gran admirador de la actriz, así que quizás la película tendrá más éxito entre sus fans. Lily Collins como Blanca Nieves es simplemente funcional... bonita, simpática e insípida (aunque porta en su rostro la constante amenaza de la “uni-ceja“). Armie Hammer vierte gran entusiasmo en el papel del príncipe, incluso cuando el guión lo traiciona con algunas escenas humillantes; y los "7 ladrones" son meros engranes del argumento; valientes cuando se requiere una secuencia de acción, y torpes cuando les toca ser "comic relief". El único que me hizo sonreír un poco fue Nathan Lane en el papel del Brighton; creo que solo él reconoció el tono "kitsch" del libreto y la futilidad de tomar en serio su personaje.
Entonces, si todo esto suena como los ingredientes ideales de un cuento de hadas, perfecto... no dejen de ver Espejito, Espejito. Pero si les parece una estrategia barata para engatusar al público con la promesa de humor, romance y aventuras para toda la familia... tienen razón; es solo un truco. No me arrepiento de haber visto Espejito, Espejito porque tenía curiosidad sobre el camino que seguiría su "modernización"; y tampoco me pareció un bodrio irredimible; simplemente una idea innecesaria y mal planteada, aunque ejecutada con suficiente pericia para disimular parcialmente sus múltiples fallas y convencernos de que nos estamos divirtiendo... siempre y cuando no analicemos demasiado sus incongruencias. Si tuviera que compararla con otras reciente re-imaginaciones de cuentos de hadas, diría que me gustó menos que Alice in Wonderland, y ligeramente más que Red Riding Hood. Solo queda ver si su fracaso beneficia o perjudica a la próxima Snow White and the Huntsman, otra reinvención que se antoja más seria y sombría. Tal vez en esa sí veremos una gran batalla final... tal como lo hubieran imaginado los Hermanos Grimm si trabajaran para un estudio de Hollywood.
Calificación: 6