Trol (TrollHunter)

Nota: Por el reciente estreno de esta película en México publico nuevamente la crítica. Ojalá les sea útil.

Después de recibir tantos aplausos en festivales de cine, la cinta noruega TrollHunter (Trolljegeren) llegó por fin a DVD de Región 1, y aunque sin duda es una experiencia divertida e ingeniosa, no me pareció TAN buena como la pintó la hipérbole en el Internet. Para empezar, ya estoy cansado del formato "pseudo-documental" empleado por tantas cintas independientes de terror para añadir un ángulo "fresco y original" a historias trilladas y predecibles. Cierto, TrollHunter tiene aspectos y locaciones poco convencionales, pero su estructura, ritmo y hasta sus personajes son demasiado similares a los de cintas como The Tunnel, The Last Exorcism y Lake Mungo. En otras palabras... ya sean fantasmas, aliens o trolls, son simplemente ingredientes opcionales en una vieja receta.

La cinta comienza con la clásica advertencia de que el "documental" está realizado con pietaje descubierto en un disco duro abandonado por un grupo de jóvenes universitarios que desaparecieron misteriosamente en los bosques de Noruega. El pietaje comienza como una investigación normal sobre el monitoreo de osos silvestres, cuyo número está cuidadosamente controlado por el gobierno. Entonces, cuando aparece un oso muerto, el reportero Thomas (Glenn Erland Tosterud), su camarógrafo Kalle (Tomas Alf Larsen) y la ingeniero de sonido Johanna (Johanna Merck) creen estar en la pista de un cazador ilegal llamado Hans (Otto Jespersen), cuyos bizarros hábitos nocturnos parecen prueba definitiva de culpabilidad. Pero cuando el equipo lo interroga, el enigmático hombre les revela un secreto que nunca imaginaron; y, para probar que dice la verdad, los invita a documentar la cacería de un grupo de trolls que está matando al ganado local. Los jóvenes universitarios se burlan del supersticioso cazador, pero de todos modos acceden a acompañarlo. Después de todo, los trolls son figuras imaginarias del folklore nórdico... ¿qué peligro podrían correr?

Empecemos con lo bueno; los actores poseen ese casual estilo europeo de actuación que los hace creíbles y realistas. Mientras veía TrollHunter estuve pensando que si fuera una película norteamericana, los personajes serían cansados arquetipos del género: el tímido nerd, el odioso patán, la inocente chica atractiva, etc. Pero en manos del director André Øvredal tenemos protagonistas realmente naturales que quizás sean un poco arrogantes (lo cual encaja perfectamente en su papel de estudiantes universitarios interactuando con los "ignorantes" pueblerinos noruegos), pero sin perder sus reacciones de sincera sorpresa, duda y terror. Por su parte, el "cazador" es simplemente un individuo tenaz y valeroso, con suficiente pragmatismo para no romantizar su extraño oficio; y aunque tiene momentos de hilarante excentricidad, el actor Otto Jespersen evita convertirse en una melodramática caricatura (digamos, al estilo de Brad Dourif), o en una parodia del Capitán Ahab.

También tenemos la excelente cinematografía "verité" de Hallvard Bræin, quien aprovecha al máximo los increíbles paisajes noruegos para crear una atmósfera de serena belleza subrayada por una sensación de amenaza constante, no solo por parte de los trolls, sino del cruel entorno, que puede pasar de lo pintoresco a lo peligroso en cuestión de segundos. Y, por supuesto, tenemos a los trolls mismos. Los efectos especiales de Storm Studios superaron mis expectativas con animación fluida, texturas realistas y perfecta integración entre los monstruos digitales y los escenarios filmados en video de alta definición. Sé que la tecnología para realizar estos trucos es cada vez más accesible (en precio y conocimientos técnicos), pero aún así requiere talento artístico y visión para aprovecharla de este modo. Mis respetos para el equipo que logró tanto con tan poco.

Ahora, por el lado negativo... El libreto incluye muchas cosas que me parecieron forzadas o inverosímiles. Desde luego no me refiero a la existencia de las epónimas criaturas, sino a los elementos políticos y biológicos que el director emplea para darle a la historia un contexto más "mundano". Con el fin de evitar "spoilers" no profundizaré más en este punto, pero baste decir que ningún gobierno inteligente desaprovecharía la oportunidad de explotar a los trolls como irresistible atracción turística... especialmente en esta época de Harry Potter. Además, no estoy seguro sobre el diseño de los monstruos. Entiendo que TrollHunter pretende rendir homenaje y celebrar el folklore nórdico, y por lo tanto debe apegarse a las tradicionales descripciones de los trolls... pero la primera vez que se revelan el efecto es más cómico que terrorífico. ¿O habrá sido esa la intención del director?

No sé, pero me lleva al siguiente punto: TrollHunter me hubiera gustado más si definiera mejor su propósito. Tiene momentos cómicos, pero no es realmente una comedia; y definitivamente tiene escenas de suspenso, aunque no las suficientes (o de suficiente intensidad) para considerarse una cinta de auténtico terror (y ni siquiera mencionaré la ausencia de "gore"). Pero bueno... quizás su intención fue simplemente entretenernos con su premisa pseudo-documental mientras acompañamos a un grupo de pintorescos personajes en su bizarro "travelogue" de los hermosos paisajes noruegos. Su efecto general es como una combinación de Roald Dahl y Cloverfield; si eso suena interesante o absurdo, dependerá de cada espectador. En lo personal, me pareció una muy recomendable adición al reciente cine fantástico noruego, no tan buena como Dead Snow, pero mejor de Fritt Vilt (aunque en un estilo totalmente distinto; lo único que tienen en común es la nieve omnipresente). En resumen, me alegra haber visto TrollHunter y no me arrepiento de comprar el DVD (por cierto, no sé si habrá sido un problema del disco mismo o del PS3, pero los subtítulos desaparecían periódicamente, así que terminé viéndola dos veces; primero en noruego con subtítulos en inglés, y luego la versión doblada en inglés, para llenar los huecos que no entendí); pero tampoco la considero un clásico moderno, como algunas personas sugirieron. Y, bueno... sin duda restauró la credibilidad de los trolls como monstruos cinematográficos, tras haber sido arrastrados por el lodo en películas tan malas que son buenas… torturas.

Calificación: 8.5