Los Pitufos (The Smurfs)

Nunca fui aficionado a Los Pitufos. Cuando se estrenó en México su exitosa caricatura yo estaba al borde de la pubertad, y por lo tanto me interesaban cosas más maduras e intelectuales, como Voltron, los Súper Amigos y Lynda Carter. Tampoco coleccionaba los ubicuos juguetes, a pesar de que muchos compañeros los intercambiaban en la escuela. Bueno, en algún cumpleaños me regalaron un par de Pitufos, pero ni siquiera recuerdo cuáles eran; y probablemente terminaron derretidos, pues en aquella época yo era un entusiasta piromaniático. En resumen: no siento nostalgia alguna por estos azules personajes, ni los asocio con una etapa más feliz de mi vida. Aún así fui a ver la nueva película Los Pitufos, y naturalmente me pareció aburrida, repetitiva y solo esporádicamente graciosa.

Al principio de la película encontramos a los Pitufos viviendo alegremente en su aldea oculta en lo más profundo del bosque, y protegida por una mágica barrera de invisibilidad. Pero cuando el cruel brujo Gargamel (Hank Azaria) descubre la ubicación de la aldea, arroja un hechizo para capturar a las criaturas con ayuda de su sarcástico gato Azrael (voz de Frank Welker). Sin embargo la magia sale de control, y tanto Gargamel como un grupo de Pitufos (incluyendo a Papá Pitufo y Pitufina) son transportados mágicamente a la ciudad de Nueva York, donde harán lo posible por asimilar el extraño entorno y encontrar la manera de regresar al bosque. Los Pitufos encuentran ayuda en la pareja de Patrick Winslow (Neil Patrick Harris) y su esposa Grace (Jayma Mays), mientras que Gargamel descubre el potencial de su magia en la industria cosmética (cuando no está ocupado orinando en público).

Supongo que la idea de ubicar la historia en Nueva York no obedeció a una epifanía creativa, sino a la conveniencia de filmar en escenarios reales, en vez de gastar dinero reproduciendo digitalmente la aldea miniatura donde los Pitufos viven en hongos gigantes. Además, el cambio de locación abre numerosas oportunidades para ganar dinero con "product placement" disfrazado de comedia, aunque es tan obvio y estorboso que termina volviéndose irritante. Quizás haya cierto humor en poner a los Pitufos enfrente de fotos del Blue Man Group, o de discos Blu-Ray, pero cuando llegan al extremo de tener melancólicas conversaciones con las mascotas de M&M, sabemos que detrás estuvo la codiciosa garra de algún mercadólogo. En cuanto al argumento, es casi inexistente. Las aventuras de Gargamel tratan de ofrecer cierto comentario social sobre la falacia de la industria cosmética, pero a fin de cuentas no conducen a algo interesante. Aún así Hank Azaria interpreta al brujo con suficiente entusiasmo para convertirse en lo mejor de la película (lo cual es un halago bastante escueto). Y lo mismo aplica al valeroso Neil Patrick Harris, cuyo sentido del humor y secos diálogos aportan algunas débiles sonrisas. Por cierto, recomiendo precaución para este actor; su interacción con los Pitufos es tan convincente (desde el punto de vista histriónico) que corre el riesgo de convertirse en el nuevo Brendan Fraser.

Independientemente del elenco humano, lo importante para los niños serán los Pitufos mismos. En ese aspecto creo que podrían entretenerse con las monótonas peripecias de los pequeños personajes, quienes constantemente están metiéndose en problemas, causando caos entre los sorprendidos habitantes de Nueva York, o usando el verbo "pitufar" en imprecisas maneras, incluyendo dobles sentidos que no sé si serán comprendidos por el público infantil. Las voces en inglés me parecieron adecuadas, destacando el veterano Jonathan Winters como Papá Pitufo (apropiado, pues en la serie televisiva hizo la voz del Abuelo Pitufo), la cantante Katy Perry como Pitufina y Alan Cumming como el Pitufo Valiente. Por lo demás, la cinta Los Pitufos encaja perfectamente en la filmografía del director Raja Gosnell, quien previamente nos regaló las delicias de Scooby Doo, Scooby Doo 2: Monsters Unleashed y Beverly Hills Chihuahua. Si no perdió su licencia de director por esas películas, no la perderá por Los Pitufos, otra hueca, innecesaria y aburrida adaptación cinematográfica de una caricatura que funcionaba mejor en su medio original. Ahora solo resta esperar que recaude suficiente dinero para que los productores de Hollywood empiecen a planear las películas de Los Monchichis, los Snorkels y los Cariñositos. Queda advertido el agente de Neil Patrick Harris.

Pituficación: 5