Inspirado en una novela de Rosemary Sutcliff, el guión tiene como protagonista a Marcus Aquila (Channing Tatum), hijo del general romano que estaba al mando de la Novena Legión cuando desapareció en los territorios del norte veinte años atrás. A pesar de que el ambicioso joven logró ascender rápidamente en las filas del ejército, siempre sufrió el menosprecio de sus semejantes por la deshonra de su padre, quien permitió la captura del estandarte dorado del Águila, símbolo del Imperio Romano y máxima representación de su legión. Entonces, cansado de soportar la humillación de ese legado, Marcus decide limpiar el nombre de su familia y restaurar su honor recuperando el Águila que perdió su padre, para lo cual se interna en territorio desconocido con su esclavo celta Esca (Jamie Bell) como único acompañante y traductor. Pero quizás Esca tenga otros planes una vez que regresa a su antiguo terruño, donde todos los habitantes son enemigos de su "amo"...
El director Kevin McDonald no es muy famoso, aunque tiene en su haber películas bastante buenas, desde The Last King of Scotland y State of Play, hasta el fascinante documental Touching the Void. Con esas intensas obras en su filmografía, parecería perfecta su participación en un drama “peplum“, donde la aventura y la violencia se conjugan con idealizados valores de honor, deber y justicia. El problema es que McDonald centra la película en Channing Tatum, un ex-modelo convertido en "actor" gracias a su apariencia física y no a su inexistente talento. Sin embargo, para ser justos, creo que Tatum consiguió en esta cinta la mejor actuación de su carrera... lo cual no es decir mucho. Pero al menos evita arruinarla con su monótona voz y hueca expresión. También ayuda que durante gran parte de la historia haga pareja con Jamie Bell, un sólido actor con talento real que usualmente vemos en roles dramáticos, aunque esta vez afronta con igual destreza el súbito giro a "héroe de acción", complementando las peleas de la película con calladas emociones que ocultan su auténtico propósito y motivación. Este enigmático personaje contribuye a hacer más interesante la película, y a mantenernos en suspenso durante la lenta parte central que dedica a desarrollar la relación entre el arrogante soldado romano y su astuto esclavo celta.
Lo cual me lleva a la más importante advertencia sobre El Águila de la Legión Perdida: no es una película de acción. Cierto, hay algunas épicas batallas al principio y al final, con decenas de soldados peleando entre el lodo y la neblina de las fantásticas locaciones escocesas. Pero yo estimaría que el 95% de la película está compuesto por escenas dramáticas en las que Marcus trata de conciliar su ambición militar con el legado de su padre; del afable Tío Aquila (Donald Sutherland) dándole sabias lecciones de vida sobre el error de vivir en el pasado; y, sobre todo, de Marcus y Esca caminando por el bosque y discutiendo sobre lealtad, valor y los factores sociales que dividieron a sus respectivas naciones. Suena aburrido, pero el libreto está bien escrito y hay ideas interesantes en estos intercambios que casi compensan el leeeento ritmo de estas escenas, por no mencionar el engaño general del estudio que trató de vender la película como una cinta de acción en el estilo de Gladiator o la mencionada Centurion.
Y, por si fuera poco, las escasas peleas y batallas que luce la película están casi totalmente exentas de sangre, pues El Águila de la Legión Perdida es "PG-13", así que quienes esperaban gráficas decapitaciones, fuentes de sangre y el cruento salvajismo de las tribus celtas saldrán decepcionados. Por otro lado, estimo que los estudiosos de la historia romana quedarán complacidos por el asombroso realismo y detalle que el equipo de producción consiguió al recrear este período histórico. Claro, siempre habrá expertos que encuentren anacronismos e inconsistencias culturales; pero como simple espectador quedé sorprendido por lo creíble que se "siente" la vida del siglo segundo, en algunos aspectos brutalmente primitiva, y en otros cruelmente contemporánea. Entonces, me inclino a recomendar El Águila de la Legión Perdida con la advertencia de que no es acción con un aderezo de drama, sino un inteligente drama histórico con acentos de acción para impulsar las ideas que nos presenta. Imagino que esta metódica narrativa funcionó mejor en forma de novela, pero de cualquier modo disfruté la dirección de Kevin McDonald, la impresionante cinematografía de Anthony Dod Mantle y las actuaciones de Donald Sutherland y Jamie Bell, así como de muchos otros actores secundarios que capturan la energía y contradicciones de la vida durante el origen de la civilización moderna. Habiendo dicho eso, me hubiera gustado más con gráficas decapitaciones, chorros de sangre y vísceras voladoras. Pero bueno, admito que de niño nunca saqué 10 en Historia.
Calificación: 7.5
Hola Pablo, has estado enfermo? Odio tener que decirtelo, más porque soy conciente de que no es de mi incumbencia, pero tienes comentarios pendientes desde X-Men First Class
ResponderBorrarAnónimo: No había respondido comentarios porque estuve en Tailandia teniendo extrañas aventuras con los criminales locales mientras buscaba a un amigo extraviado. No es cierto; estoy bromeando. Simplemente tuve mucho trabajo, en ocasiones lejos de una computadora. Pero ya me puse al corriente. Mis disculpas por la demora (que quizás continúe) y que tengas muy buena semana!
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