Pesadilla en la Calle Elm (A Nightmare on Elm Street)

A mediados de los ochentas mis amigos y yo acostumbrábamos ir al cine (en Plaza Universidad, por si a alguien le interesa) todos los viernes, saliendo de la escuela. Recuerdo perfectamente el día que vimos los cortos de la original A Nightmare on Elm Street, pues nos dejaron perplejos e intensamente interesados en ese extraño villano con poderes sobrenaturales, que no tenía nada en común con Jason Voorhees, Michael Myers o los incontables clones que pululaban en el cine "slasher" tan popular en esa década. Recuerdo incluso que saliendo del cine no comentamos la película que habíamos visto (no se cual fue), sino los mencionados cortos, proponiendo teorías sobre el origen del misterioso monstruo. Unos pensaban que era un brujo; otros que se trataba de un fantasma (sí, todos éramos irredentos "geeks"). Como sea, nunca habíamos visto escenas como la de la lengua saliendo del teléfono, o las escaleras que se convierten en líquido viscoso. Faltaban aún meses para ver la película, pero estábamos seguros de que sería algo especial.

Me disculparán por estas remembranzas de viejo, pero las menciono porque me parece imposible que el público contemporáneo pueda sentir la misma novedad y anticipación con Pesadilla en la Calle Elm, la nueva versión de aquella seminal obra. El primer error que comete el director Samuel Bayer es tratar de re-inventar un personaje demasiado conocido, con sólida presencia en la conciencia popular, cuya cinta más reciente apenas tiene siete años (la mediocre pero divertida Freddy Vs. Jason, del 2003). Además, como dicta la tendencia moderna, Bayer se aleja del "kitsch" que evoca el horror ochentero para hacer una película más violenta, brutal y "realista", descartando la siniestra personalidad del villano e ignorando el grotesco surrealismo de la original. Entonces, al igual que otros recientes re-makes (Friday the 13th, Halloween y The Texas Chainsaw Massacre), el resultado es un estéril e innecesario refrito que no solo falla en su intento por revivir la franquicia, sino que ni siquiera entiende por qué está fracasando.

En fin... la trama se apega a lo que ya conocemos: la adolescente Nancy (Rooney Mara) y sus amigos Quentin (Kyle Gallner), Kris (Katie Cassidy) y Jesse (Thomas Dekker) empiezan a tener pesadillas sobre un misterioso hombre de rostro desfigurado que los amenaza con un guante hecho de cuchillos. Pero cuando las heridas que sufren en sus sueños se manifiestan en la realidad, los jóvenes se dan cuenta de que sus vidas corren peligro, y tratan de averiguar la identidad y motivación de su perseguidor. Entonces, conforme sus amigos mueren a manos del asesino, Nancy trata de resolver el misterio, y descubre que su origen está más cercano de lo que ella imaginaba...

A pesar de lo expresado en los párrafos anteriores, les aseguro que traté de ver Pesadilla en la Calle Elm sin prejuicios ni injustas comparaciones con su predecesora, pero es muy difícil hacerlo, pues se empeña en reproducir escenas “clásicas“ sin otro motivo que satisfacer a los fans (sobra decir que no lo logra). Por el lado positivo puedo decir que me gustó encontrar una desviación del argumento original durante la segunda mitad de la película. ¿Podría tratarse del anhelado “ángulo fresco” que nos llevaría por un camino distinto e inesperado? Desafortunadamente no. Mis esperanzas fueron infundadas, pues la película regresa rápidamente a la vieja fórmula y a sus cansadas muestras de efectos especiales que no me provocaron la menor emoción, terror o suspenso.

Atribuyo gran parte del problema al mencionado Samuel Bayer, cuyo pobre sentido narrativo no logra armar las escenas en un todo coherente. Clásico síntoma de los jóvenes directores con amplia experiencia en comerciales televisivos y videos musicales, donde el énfasis está en las imágenes y no en el flujo de una historia. Entonces, por mucho que el equipo de producción se esmere en la cinematografía, iluminación y escenarios, es un desperdicio de tiempo y recursos cuando no acompañan un relato entretenido e interesante. Los cómplices (o víctimas) del director son los inexpresivos actores que interpretan los papeles juveniles. Entre todos no logran juntar un ápice de personalidad, y sus pobres intentos de drama se reducen a gritar, gemir y decir "fuck" tantas veces como lo permita el censor. Me entusiasmó un poco encontrar el nombre del veterano Clancy Brown en los créditos, pues usualmente mejora todas las películas en las que participa. Desafortunadamente su presencia resultó demasiado breve y casi invisible. Y así llegamos al nuevo Freddy: Jackie Earle Haley. Después de la buena respuesta que tuvo en Watchmen (donde dio vida al ambiguo Rorschach), había grandes expectativas sobre su interpretación del célebre Fred Krueger. Lamentablemente el libreto no le deja espacio para desarrollar al villano, y se queda en el típico "monstruo de la semana", sepultado bajo un estilizado maquillaje que parece la combinación de una tortuga y de Gary Oldman en Hannibal.

Mis expectativas sobre Pesadilla en la Calle Elm eran bajas, y aún así quedé decepcionado por su nula ambición, plana dirección e ineptas actuaciones. Quizás podría parecer levemente entretenida para quien no tenga conocimiento alguno sobre Freddy Krueger, o las ocho previas películas donde aparece, o la serie televisiva de los noventas, o los incontables comics, juguetes, videos musicales y libros, sin mencionar las parodias en The Simpsons, South Park, Robot Chicken, ¡y hasta The Fresh Prince of Bel Air! En serio, creo que cualquiera de esas parodias sería más recomendable que perder hora y media en una nueva versión que nadie pidió y que (con suerte) será rápidamente olvidada para no manchar el legado de la saga original. No quiero decir que hayan sido grandes películas de excelsa calidad, pero al menos eran entretenidas. Y si la nueva versión no pudo siquiera alcanzar ese bajo estándar, será preferible olvidarla como una pesadilla después de despertar, pues sabemos que algo tan inocuo y trivial no regresará para atormentarnos. A menos que la encontremos accidentalmente en televisión en un par de años.
Calificación: 5