Punisher: War Zone

No quiero ni recordar cómo la cinta The Punisher (2004) falló miserablemente en su intento de adaptar a cine las aventuras del semi-famoso personaje de Marvel Comics creado en 1974 por Gerry Conway y John Romita Sr. (primera aparición: número 129 de Amazing Spider Man). Afortunadamente esa casa editorial ha mostrado buena disposición para rectificar sus errores fílmicos, y así como tuvimos un mejor Hulk en el segundo intento, se le dio la oportunidad a un nuevo equipo creativo para realizar otra versión de Punisher, más fiel a la fuente original y mejor construida como simple película de acción.

Punisher War Zone no pierde tiempo para entrar de lleno en la acción, mostrándonos la más reciente aventura de Frank Castle en su interminable cruzada para limpiar de criminales las calles de Nueva York. Desafortunadamente su más reciente ataque sobre la "familia" Cesare termina con la muerte accidental de un agente del FBI que se había infiltrado en la Mafia para reunir evidencia. Castle queda devastado por su accidental error, y cuando trata de disculparse con la viuda del agente se da cuenta de que ella y su hija serán las próximas víctimas del criminal Jigsaw (Dominic West), hijo de un líder criminal que Castle previamente exterminó. Entonces, con ayuda de su fiel tecno-asistente Microchip (Wayne Knight) y la velada tolerancia de la policía, Castle decide iniciar una guerra sin cuartel contra todos los grupos criminales de la ciudad, en parte para salvar a la viuda Donatelli (Julie Benz), y en parte para tranquilizar su torturada conciencia. Pero el tenaz agente Budiansky del FBI (Colin Salmon) sigue considerándolo culpable por el asesinato de su colega, y no abandonará su investigación hasta que logre arrestar al célebre vigilante...

Hay tantos elementos positivos en Punisher: War Zone que resulta doblemente decepcionante que la película falle en dos aspectos fundamentales. El elenco (con una excepción) es perfecto; Wayne Knight como el obeso Microchip, Dash Mihok como el cobarde pero leal policía Martin Soap, Dominic West como el estrambótico Jigsaw, y Doug Hutchinson como el violento e impredecible Loony Bin Jim... todos ellos dan creíble vida a sus bizarros personajes, no muy realistas en el sentido convencional, pero perfectamente caracterizados dentro del extravagante y despiadado universo que habita Punisher. El guión no se aleja mucho del estándar presente en el comic, pero fluye naturalmente gracias a su clara y consistente estructura, dando apropiado peso a sus distintos personajes y manteniendo un preciso balance entre el drama y negro humor que caracterizan los mejores momentos del personajes protagónico.

La violencia es brutal y despiadada, con jugosas explosiones de sangre y vísceras adornando cada balazo, cada decapitación o punción. La cinematografía de Steve Gainer es igualmente atractiva, bañando cada escena con vivos colores que aportan una muy particular identidad visual a la película entera. Al principio pensé que esa abigarrada apariencia no era muy consistente con los grises y sombríos paisajes urbanos del comic, pero eventualmente me di cuenta de que representa fielmente el hiper-realismo del universo Marvel, donde cada elemento estilístico y dramático eleva su intensidad para complementar la presencia de sus sobrehumanos habitantes.

Y ahora, las fallas.

La más evidente es el actor seleccionado para representar a Frank Castle. Ray Stevenson tiene obvio talento. En el necesariamente lacónico papel de Punisher hace falta un rostro duro pero expresivo, ya que gran parte de sus emociones deben transmitirse sin necesidad de diálogos, y en ese aspecto el actor cumple bien su labor. Sin embargo, nunca sentí la amenaza de su presencia, ni la intensidad de su propósito, ni su cegador deseo de venganza. Stevenson hace un buen trabajo cumpliendo las necesidades de cada escena, pero no así las del personaje. Empeorando esa enorme falla de "casting", tenemos la blanda dirección de Lexi Alexander, a quien le ocurre lo mismo que a su actor principal. Escena por escena hay buen manejo de cámara, composiciones, actuaciones y clara narrativa, tanto en los momentos dramáticos como en los de acción. Sin embargo brilla por su ausencia toda sensación de suspenso, emoción o triunfo. La película trota a buen ritmo del punto A al B al C, pero sin envolvernos emocionalmente en el drama, y sin ofrecer satisfacción al final. Quizás Alexander no tuvo mucho interés en su material; o quizás su fuerza reside en el aspecto técnico y no en el emotivo. Como sea, Punisher: War Zone resulta ser insípido entretenimiento cuando tenía todos los ingredientes necesarios para ser una contundente cinta de acción.

¿Tendrá Marvel el valor de intentar una tercera vez? Lo ignoro, y francamente ya perdí interés. Prefiero continuar leyendo el comic de Punisher donde aún me entretienen sus violentas aventuras, y no necesito una adaptación a cine para enriquecer la experiencia. En otras palabras, lo importante no es el medio sino la historia, y hasta el momento nada ha superado las que están expresadas con dibujos y palabras. Estoy perfectamente conforme con eso, y los fans del personaje harán bien en seguir ese ejemplo. Calificación: 6.5