Me recomendaron Itty Bitty Titty Committee porque alguna vez escribí que la película lésbica Kissing Jessica Stein era una de mis comedias románticas favoritas. Entiendo la confusión... Kissing Jessica Stein no me gustó solo por la "sexualidad alternativa" que presenta, sino porque me pareció genuinamente graciosa, honesta y un poco más creíble que la inmensa mayoría de las comedias románticas en las que la pareja central se enamora porque el guión así lo dicta, y no porque la trama, actuaciones o diálogos nos hagan creer en sus prefabricadas emociones. Y aunque Itty Bitty Titty Committee también sigue las aventuras de varias jóvenes lesbianas, su argumento aspira a llegar más allá de ser una simple una comedia romántica. De hecho, podría especular que el ángulo de comedia romántica fue empleado sólo como herramienta para hacer más digeribles sus amplias ideas.
La trama sigue el despertar político de la joven Anna (Melonie Diaz), cuyo trabajo como recepcionista de un cirujano plástico especializado en aumento de senos la pone en contacto con un grupo de activistas anti-patriarcado llamado "Clítoris En Acción" (o "CIA" por sus siglas en inglés), que pretende señalar las injusticias sociales que aún afectan a las mujeres, y lo hace por medio de improvisados actos anárquicos, arte callejero y manifiestos públicos. Y paralelamente vemos cómo su nueva ideología, amigas y actitud afectan a la familia de Anna, quien deberá aprender un poco de disciplina para balancear todos los aspectos de su vida.
Los temas y mensajes de Itty Bitty Titty Committee son poco originales aunque indudablemente válidos, como lo han sido desde que fueron propuestos hace cien años por mujeres como Elizabeth Stanton, Lucy Stone y Susan B. Anthony. De hecho, en cierto nivel esta película podría ser un muy agradecido antídoto contra películas como Wild Child, Aquamarine y Bratz: The Movie (aunque definitivamente no es para niñas), en las que el ideal femenino está determinado por el tamaño de los senos, la popularidad y la moda que dictan los medios de comunicación. Otro anacronismo que emplea la película en su loable misión es el uso de "interferencia cultural" (culture jamming ) para difundir sus ideas, una técnica que hace cuarenta años emplearon activistas como Abbie Hoffman y Joey Skaggs para ilustrar la hipocresía, estupidez y contradicciones de los mencionados medios de comunicación y de la sociedad en general. En resumen, la irreverente actitud y liberales mensajes de la película no son nada nuevo... pero siempre habrá nuevas generaciones de mujeres (y hombres) que se beneficiarán con su repetición.
Supongo que Itty Bitty Titty Committee podría tomarse como una versión ligera y juvenil de la exitosa serie de televisión The L Word, aunque menos dramática y más obvia en sus tendencias sociopolíticas. Los personajes podrán ser clichés (lesbianas "femmy", lesbianas "butch", lesbianas militares, etc.), pero las actuaciones derrochan energía y humor que el guión no siempre logra aprovechar. Entonces, como podría indicar su sugestivo título, la película emplea con éxito herramientas y fórmulas de la cultura pop actual que van de lo positivo (una fantástica banda sonora) hasta lo negativo (un absurdo final) para recordar principios de igualdad entre sexos que desafortunadamente siguen ausentes en nuestros días, a pesar de años de "progreso feminista" que parece dar dos pasos atrás con cada paso adelante. En ocasiones peca de excesiva frivolidad y melodrama romántico, pero tales elementos están bien balanceados por agudos diálogos y nobles intenciones, de modo que puedo recomendar Itty Bitty Titty Committee como una interesante y divertida película que tiene importantes cosas que decir, aunque no siempre encuentre el tono apropiado para decirlas. Y como un excelente muestrario de punk feminista.
Calificación: 8
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