Quizás tratando de ser más creativos al parodiar las películas sobre deportes (y no quedarse en el mero niño-grande-retro-idiota que caracterizó a Blades of Glory, Dodgeball y otras), los creadores de Balls of Fury decidieron poner menos atención en la clásica historia de la ex-estrella que busca recapturar su pasada gloria, y enfocarse más en otro cliché: el torneo secreto donde los mejores exponentes del mundo compiten en el ambiente más extremo posible. Este tipo de historias tradicionalmente se centran en artes marciales, pero esta vez el humor radica en dedicar el torneo al "inocente" deporte del ping-pong (o "tenis de mesa", si prefieren el término menos chistoso).
Sí, el argumento pretende ser más complicado, usando como eje una investigación policíaca para descubrir al peligroso criminal que controla esos torneos. Y, por supuesto, también hay un ángulo romántico en la forma de la guapa Maggie Q, cuyo ingrato papel consiste en entrenar al típico "slacker" protagonista... aunque no puedo negar que sus breves escenas de artes marciales me hicieron desear que la película se centrara en ella, y no en el cansado "perdedor" que debe recuperar su autoestima y combatir su tortuoso pasado. Pero, a fin de cuentas, el humor se basa casi exclusivamente en tratar al ping-pong como un violento e implacable deporte, en el que peligrosas figuras compiten por dinero, honor... y por sus vidas mismas.
Esta inusual combinación funciona ocasionalmente, generando risas por la yuxtaposición de tan dispares elementos... pero no hay mucho material más allá de eso. Las mejores secuencias de la película son los múltiples encuentros de ping-pong, ya sea por la incongruencia de los contrincantes o por los efectos especiales que muestran desempeño inhumano en el deporte. Por lo demás, sólo encontré humor obvio y básico, bastante predecible y carente de auténtico ingenio. La mejor prueba de esto es la presencia de Christopher Walken como el máximo villano y organizador del torneo, cuya bizarra apariencia e impredecible actitud resultan graciosas sólo porque se trata de Christopher Walken, un respetado actor dramático que no teme hacer el ridículo para lograr un memorable papel... o para cobrar un fácil cheque. En otras palabras, su papel no es gracioso por sí mismo, sino por la persona que lo interpreta.
Y así es el resto de la película... básicamente Enter the Dragon, Mortal Kombat o D.O.A: Dead or Alive, pero con menos credibilidad y más ping-pong. Francamente no tengo mucho más que decir al respecto. Sonreí una o dos veces, pero pasé más tiempo deduciendo cómo se habían hecho los trucos digitales para representar los coloridos partidos de ping-pong. No es la situación ideal al ver una comedia, pero al menos no me aburrió... demasiado. Por eso, mi recomendación sería mejor ver una de las películas que Balls of Fury trató de copiar (sí, incluso Mortal Kombat), en vez de invertir hora y media en insulsa comedia, inútiles personajes e insípidos diálogos. Hacia el final de la película parece que hasta los cineastas perdieron el entusiasmo y sobra decir que lo mismo ocurrió al menos con este espectador. Hace falta más que Christopher Walken con una ridícula peluca para sostener una comedia.
Calificación: 5
Paso con esta película... ya no me atrae la idea "un actor serio hacien comedia". Me bastó y me sobró con De Niro haciendo "Analize That", Freeman haciendo de Dios entre otros...
ResponderBorrarNico: Buena decisión. Para ver a Christopher Walken haciendo comedia, mejor será buscar en YouTube (o sitios similares) alguno de los sketches de Saturday Night Live en los que participó (por razones que no comprendo el de "cowbell" es legendario).
ResponderBorrarA mi si me entretuvo esta comedieta, tiene unos buenos chistes y escenas, claro no se puede esperar Dr. insolito o Tootsie pero el objetivo de este filme se logra (conmigo al menos) ¿no me digan que no les causo gracia lo de las cortesanas? o lo del nuevo grillo en la caja al final? bueno creo que para que algo te de risa tienes que ir ya con la disposicion a reir y no ir a que te hagan reir.
ResponderBorrarVick: No niego que me haya hecho reír en varias ocasiones, pero a fin de cuentas me decepciona que el humor sea tan simple. Me da la impresión de que no hay gran esfuerzo detrás de la comedia. Aunque también acepto que ese es quizás el género más subjetivo del cine, y el que más depende del gusto personal.
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