Por su reseña en scifi.com quedé con la idea de que Weirdsville contaría con elementos sobrenaturales que la convertirían en un curioso híbrido de cine policiaco y de horror; pero al verla descubrí que no hay nada oculto o terrorífico en la trama, y que la cinta realmente pertenece a la categoría de thrillers modernos como Go y Spun (y, hasta cierto punto, la de surrealistas comedias como After Hours, de Martin Scorsese).
La trama sigue a Dexter (Scott Speedman) y Royce (Wes Bentley) un par de ineptos jóvenes canadienses fanáticos de las drogas, que accidentalmente se encuentran en medio de un ritual satánico mientras tratan de sepultar ilegalmente el cadáver de Matilda (Taryn Manning), una joven fallecida por cause de una sobredosis. El problema es que los miembros del culto satánico estaban a la mitad de un igualmente ilegal sacrificio humano que tiene resultados inesperados, desatando una persecución que de algún modo incluye una caja fuerte, un millonario en estado de coma y un escuadrón de diminutos caballeros medievales. Y así (como ocurrió en las mencionadas Go y Trainspotting), el frenesí de la persecución, la tensión generada por los violentos conflictos entre los coloridos personajes, y el "psicodélico" estilo visual de la película se combinan en una alucinante experiencia repleta de humor, suspenso y algunas acertadas verdades sobre la naturaleza humana.
Debo admitir que no reconocí el nombre de inmediato, pero resulta que el director de Weirdsville es Allan Moyle, el canadiense responsable por algunas modestas pero muy entretenidas (y menospreciadas) películas que he disfrutado bastante, como Empire Records, Pump Up the Volume y Times Square. Afortunadamente este maduro cineasta (de más de sesenta años) logra imprimir la misma juvenil energía y caótica narrativa en Weirdsville, y si bien la trama no resulta muy profunda o significativa, al menos ofrece algunos válidos comentarios sobre el uso de drogas, la ambición desmedida y la simple amistad entre personas con similares "intereses".
Otro punto a su favor es la acertada elección de actores. Allá por 1999, Wes Bentley prometía convertirse en un fenómeno de la actuación, gracias a su perfecto desempeño en American Beauty. Y aunque sólo lo hayamos visto desde entonces ocupando papeles secundarios en películas menores (¿Ghost Rider? ¿Soul Survivors? ¡Creo que su mejor película desde entonces ha sido P2!), no queda duda de su talento al verlo esta vez transformado en un atolondrado drogadicto con más entusiasmo que cerebro. Por su parte, Scott Speedman me pareció funcional pero anónimo en Underworld, xXx: State of the Union o The Strangers, pero en Weirdsville su personaje cobra vida y demuestra que hay genuino talento tras su apariencia de súper-modelo. Además, como adorno adicional, tenemos un elenco de apoyo compuesto por sólidos actores de carácter, como Elizabeth Lennie, la hilarante Maggie Castle y el genial Matt Frewer (más conocido como Max Headroom).
Si algo falla en la película es el guión, que frecuentemente nos obliga a tragar coincidencias demasiado convenientes y resoluciones arbitrarias (aunque eventualmente sean satisfactorias), pero de cualquier modo creo que puedo disculpar esos traspiés en virtud de la simpática atmósfera canadiense, el irreverente humor y la perfecta banda sonora. Entonces puedo recomendar esta ignorada película cuyo bajo presupuesto e indescriptible historia tal vez evite que encuentre un nicho fácilmente comercializable... lo cual podría ser por sí mismo un punto más a su favor, especialmente para aficionados al cine independiente de difícil clasificación. Weirdsville podrá ser difícil de categorizar, pero muy fácil de disfrutar.
Calificación: 8.5
¿dónde puedo verla? gracias
ResponderBorrarAnónimo: En Amazon.com puedes adquirir el DVD por tan solo cinco dólares:
ResponderBorrarhttp://goo.gl/L70Gc
Saludos y suerte!